25, larga espera

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—¡_________!, ¡_________!, ¡__________! —intentaba parar la sangre, pero era en vano, se escurría por sus dedos

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—¡_________!, ¡_________!, ¡__________! —intentaba parar la sangre, pero era en vano, se escurría por sus dedos. Le fallaba la respiración por el llanto y no veía correctamente—. ¡Que alguien me ayude! —gritó con desesperación.

—Perdóname... Mirai —con una pequeña sonrisa su pecho dejó de moverse

—¡No!, ¡no te mueras _________! ¡Por favor respira! —la sangre le empapaba completamente sus manitos y ropa—. ¿Quién va a cuidar a Suika, Mirai y el resto de los niños? —se acostó sobre su pecho inerte y frío, su voz temblaba con cada palabra—. P-Por favor, _-_______, Suika te quiere mucho así que despierta —un ruido la alertó y giró bruscamente viendo a un sonriente Mozu cubierto con sangre

—Tú sigues pequeña —levantó su arma apuntándola y solo pudo gritar antes de que su entorno se volviera negro.

—¡Suika! —alarmados entraron Ryusui y ________ al cuarto por su fuerte grito—.  ¡¿Estás bien?!/¡¿Qué pasó?! —la mujer mayor destapó a la pequeña viendo si sufrió una herida.

—¡¿Está lastimada?!

—No —el alma ingresó de nuevo en el cuerpo del rubio—. Parece que solo fue una pesadilla —la niña no pudo más que presionar sus puños y comenzar a llorar con todas sus fuerzas al ver que estaba en su habitación viva y ella también—. Sí, una pesadilla.

La fémina se paró con ella en brazos acariciando su cabeza y con el capitán susurrándole palabras reconfortantes.

—¡¿Qué pasó?! —ingresó un agitado Ukyo al cuarto, había corrido tan rápido como pudo.

—Una pesadilla —contestaron ambos, la niña hipaba de a ratos.

—Suika —el corazón del arquero se encogió ante ello—. ¿Puedo cargarla? —extendió sus brazos.

—Solo quiere estar con ella, ya traté de cargarla pero se aferra a ella. Debió ser una pesadilla muy fuerte con nuestra latina como protagonista.

—¡Ukyo-chan!, ¡¿por qué demonios saliste disparado así del cuarto de...?! ¡¿Qué le pasó a mi bebe?! —chilló Gen olvidando que estaba por desmayarse por la corrida de su vida.

—¿Por qué todos son unos gorilas? Fuerza y velocidad sobrehumana... Maldición voy a morir —el ojirojo estaba en el suelo sin saber la situación con su voz temblando, en cuanto Ukyo salió disparado, ellos lo siguieron porque significaba que algo malo pasaba y que solo él podía oír, la desgracia era que los tres Generales restantes no estaban en tan buenas condiciones físicas como el ex-marín o el rubio ambicioso.

—¡Puta madre les dije que me esperen, dejarme solo no es muy malote! —Chrome fue el último en entender la situación de que debía seguir a sus amigos—. ¿Eh? ¿Suika qué pasa?

Sin duda alguna, alguien sería consentida y mimada por todos ese día.

—Bueno vamos a que desayunes, ¿si? —la niña asintió aún en sus brazos pero ya calmada y con sus lentes sobre su cabeza—. Ryusui dijo que te daría un banquete, pero todos sabemos que François es quien lo hace, es algo flojo, ¿no? Bueno en realidad no sabe ni hacer un pan, solo rocas negras —la rubia rio bajamente cubriendo su boca con sus manos.

Lazos efímeros (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora