Capítulo 18, seductora venganza

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—¡Ukyo! ¿Dónde carajos se

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—¡Ukyo! ¿Dónde carajos se...—su mirada se centro en la rama del árbol donde oyó un ligero ronquido—Dios, le dije que sería mucho —suspiró mientras dejaba la comida en el suelo para subir.

Rio bajamente, tenía la costumbre de dormir en los árboles lejos del Reino Científico y por ende del ruido. Su respiración era calmada, su rostro estaba cubierto con su característico gorro mientras sus brazos estaban cruzados como sus piernas.

—Ukyo —comenzó a tocar sus piernas para tratar de despertarlo, debía comer— . «No puedo zarandearlo o se irá a la puta y esa cara tallada por los dioses no puede ser arruinada... Mmm, ya sé».

Ágilmente subió a la rama sobre ellos y bajo la parte superior de su cuerpo sosteniéndose con las piernas. Quedó a la altura de su rostro y quito su gorra.

—«Que lindo y tierno, pero esas ojeras indican que no dormiste mucho, maldición» —pensó con desgano—. Ukyo, despierta... Tengo comida hecha por François —comenzó a picar su rostro y ante lo último dicho comenzó a abrir sus esmeraldas—. Maldito interesado, aunque es comprensible, es una de los mejores chefs de este mundo.

El albino no comprendía dónde estaba ni en que año, pero luego de refregar sus ojos tal cual niño y girar su rostro ante el pellizco de su mejilla se sonrojo hasta las orejas por la cercanía de la fémina, de no ser por ella tranquilamente se hubiera caído de espaldas al suelo.

—Cuidado, mierda. ¿No quieres dormir en un lugar más alto? Traje comida, necesitas comer y luego sigues descansando —el contrario asintió nervioso para verla subir su torso para posteriormente bajar con una pirueta al suelo.

Su sueño mágicamente se había esfumado, su corazón era un tambor resonando en su pecho. Intentó cubrir su sonrojo con su gorra pero no la tenía y al observar a la peli_____ notó que la había depositado en el suelo.

—«Calma, Ukyo» —decirlo mentalmente no lo ayudaba, pero de un salto estuvo en el suelo.

—François te hizo esto, me pidió que te lo diera porque el señorito no comió luego de su patrullaje —el varón rio con una mano rascando su nuca.

—Lo siento.

Mientras comía el sueño nuevamente lo estaba atacando, realmente estaba cansado que a duras pena termino de cenar en su caso.

—¿¡Eh! —su sorpresa fue mucha cuando en un abrir y cerrar de ojos estaba en las piernas de la latina.

—Duerme, no quiero saber hace cuanto no descansas porque sé que me enojaré. Ahora solo descansa —con un sonrojo él desvío la mirada, pero rápidamente cayó en los brazos de Morfeo cuando su blanca cabellera recibía caricias.

Parecías un niño que se duerme mientras come —susurró con diversión mientras sus dedos recorrían sus hebras blancas, le era relajante.

Lazos efímeros (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora