Capítulo 1, '3700 años después'

609 39 15
                                    

Abrí los ojos con pereza, como si hubiera estado durmiendo por mucho tiempo y lo primero que veo es a él, Tsukasa Shishio, sonriendo y pronunciando dulcemente mi nombre

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Abrí los ojos con pereza, como si hubiera estado durmiendo por mucho tiempo y lo primero que veo es a él, Tsukasa Shishio, sonriendo y pronunciando dulcemente mi nombre. Esto me pareció demasiado extraño, pero lo que lo superó con creces fue la enorme vegetación alrededor de un acantilado siendo que me encontraba sola en Japón la última vez, y para sumarle, estaba desnuda pero cubierta con una extraña manta que sostuve por inercia a pesar de que no sería la primera vez que me viera desnuda.
Antes de poder preguntar qué había sucedido o dónde estábamos, me envolvió en un fuerte abrazo que correspondí de inmediato mientras él ocultaba su rostro en mi cuello. Luego, me dio ropa -de cuero al parecer- y una vez estuve lista comenzó a hablar mientras me ayudaba a levantarme.

—Han transcurrido 3.700 años y la humanidad se vio afectada por un misterioso rayo que nos petrificó, la naturaleza tomó lo que le pertenecía — exclamó con suma seriedad.

Solo quería reír, me parecía tan irreal, pero su seriedad y el hecho que lo último que vi antes de que todo se vuelva oscuro fue una extraña luz verde en el cielo, me indicaba que no me estaba tomando el pelo. Además, estaba rodeada de varias estatuas en diferentes poses y un cascarón de roca estaba a mis pies.
Tsukasa tomó mi mano y caminamos a través de muchos pasadizos de roca hasta llegar a una cueva gigante donde había muchas personas enormes a las cuales convenía no enojar a menos que quieras resultar herido; parecían exconvictos. Era pequeña a su lado y sus miradas en ambos solo me incomodaban demasiado, no sabía que ocurría pero estaba lista para entrar en combate de ser necesario. Al llegar a una especie de trono de piedra, soltó mi mano para poder sentarse procediendo a ordenar a todas las personas retirarse, dejándonos a solas.

—Pareces bastante confundida respecto a lo que pasó —habló con calma, notando que era fría, cortante y estaba muy alerta de su entorno.

Como si algo fuera a provocarle algún tipo de daño y tuviera que defenderse.

—No voy a negarlo, es mucho para procesar y tengo muchas preguntas, Tsukasa —me encontraba confundida y crucé los brazos con fuerza.

Ver a tantas personas con un aspecto intimidante me puso en alerta y los pelos de puntas, no me gustaba el aura que emanaban. Eran peligrosos, y, a pesar de conocer a la persona que tenía en frente, mi mente no descartaba que el resto pudiera hacerme algo. También observé de reojo a las pocas mujeres que se encontraban y solo podía definirlas como hermosas, lo que despertó mi inseguridad y desconfianza ante el hombre que tenía delante de mis ojos.
Mi cuerpo tenía demasiadas cicatrices, y aunque noté la ausencia de todas, no estaba segura de las que tenía del cuello hacia el rostro las cuales prácticamente habían desfigurado mi lado derecho.

—Responderé cada duda que tengas, sólo pregunta... pero antes, acércate.

Obedecí su pedido con recelo, de un simple tirón suave me acomodo sobre sus piernas y me envolvió en un abrazo enterrando su nariz en mi cuello respirando lento pero entrecortado. Parecía querer contenerse de romper a llorar. 

Lazos efímeros (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora