treinta y tres

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" ya no te veo ¿me dejas verte?, tal vez me haya ido"

" ya no te veo ¿me dejas verte?, tal vez me haya ido"

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Mauro tuvo que pasar todo el día siguiente en el colegio rindiendo un par de materias.
Al pelinegro le costaba llevar bien todas, ya que su principal objetivo era el freestyle.

No había podido hablar con Sibel en todo el día, sabia que era un día complicado para ella, pues el día de hoy. Pero de años atrás su tía estaba falleciendo.

Intento rendir las materias otro día y le negaron un cambio, e incluso pensó en no asistir ese día.
Pero ni Sibel, ni su madre se lo permitieron, así que estaba sentado intentando resolver su último exámen lo más rápido posible.

Cuando por fin terminó y aunque no estaba muy seguro de que las respuestas fueran correctas, entrego el examen y salió corriendo.
Nisiquiera se despidió de sus amigos.

Llego a su casa lo mas pronto posible, pero solo encontró a su mamá.

-¿sib?- dijo preocupado.

- quiso estar sola un rato, hace poco salió - respondió - déjala tomarse un respiro.

-tene' razón vieja - la miró un poco mas relajado.

- Anda a comer y la esperamos juntos - el pelinegro asintió y los dos caminaron hasta la cocina.



habían pasado tres horas desde que Sibel había salido y aún no regresaba.

- Mauro, tenemos que ir a buscarla. Mira si le paso algo - murmuró su madre - empieza a oscurecer.

- vo' quédate acá, yo sé donde puede estar, tal vez se le paso el tiempo y no lo noto vieja. Vo' tranquila- le respondió intentando sonar lo mas calmado y confiado posible.

Pero también estaba aterrado, su corazón latía rápidamente y tenía un mal presentimiento.

Salió de su casa intentando ignorar los malos pensamientos e intento llamarla. El teléfono mandaba directo a buzón.

La preocupación lo ponía bastante mal.
No quería imaginarse una situación en la que tuviera que recibir una noticia tan grave.

No que la relacionara a ella.

paro un segundo en medio de la vereda para respirar e intentar calmarse.

Después de esos dos minutos de recuperación volvió a correr, unos pasos más y ya había llegado a donde esperaba encontrarla.

El lugar donde lo había llevado la otra vez, donde se sentaba a recordar a su tía y tener paz.

Pero ella no estaba ahí.

Mauro llevo las manos a su cabeza desesperado. No sabía donde más buscar, estaba seguro que la encontraría ahí.

Quería llorar de la desesperación.

«donde mierda estas sibel» pensó

decidió caminar a casa de la madre de Sibel, no tenía esperanzas en encontrarla ahí. Sabía que era imposible que volviera por su voluntad con su madre.

Pero no perdía nada con intentarlo y rogaba por estar equivocado y que su pequeña rubia estuviera a salvo.



Después de correr por unos minutos, por fin llego a casa de la madre de Sibel. Las luces estaban encendidas y algo dentro de el se lleno de emoción.

«por favor dime que estás ahí dentro» pensó intentando tranquilizarse.

Tocó la puerta y después de unos minutos la puerta se abrió dejando ver a una madre sorprendida por su visita.

- mauro, ¿qué haces aquí?- le pregunto, y la poca fe de mauro se desvaneció.

«Si Sibel estuviera acá no le sorprendería verme » pensó.

- Buenas noches, ¿ esta sibel acá? - preguntó inquieto

-¿ sibel? ¿que pasa con ella? - se sorprendió cuando el padre de Sibel se asomo por la puerta - creí que estaba con vos.

y de nuevo volvió su preocupación.

¡no sabía donde mas buscar!

- Salió en la tarde y aún no regresa - murmuró, sabía que era el momento de pedir ayuda.

- así es ella Mauro, desaparece de la vida de todos sin avisar. - le restó importancia su madre.

- yo jamás le he dado motivos para que sienta que tiene que huir de mí - le respondió el pelinegro y salió de ahí.

Era claro que buscaba ayuda en los menos indicados. Era solo su momento de desesperación.

iii queda pokis y se acaba:)



Depressive; Lit Killah || terminada ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora