uno

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“mi cabeza es un sucio trastero, dónde ya nada tiene sentido.
Dime, ¿porque da tanto miedo perder algo que nunca has tenido?...”

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—No tengo ganas de ir — la chica rubia suspiró mientras se miraba al espejo — encima de que me veo horrible y no tengo ganas de arreglarme — su frustración aumento a tal punto que comenzó a llorar.

escuchó el timbre de su puerta sonar, lo ignoro por completo y se sentó recargando su cabeza en sus rodillas

—¿porque estoy así?— murmuró — hace unos días estaba bien, pensé que jamás volvería a mirarme al espejo con asco. — sus palabras fueron interrumpidas por el sonido de su celular, miró la pantalla y se dió cuenta de que su amigo la llamaba

— Sib, tengo rato aquí abajo esperando que abras — fue lo primero que le dijo cuando ella respondió

— perdón, estaba en el baño. Ya voy — contestó

— dale, te espero — dijo antes de colgar.

se levantó del suelo, se puso un buzo y entro al baño a lavarse la cara con agua fría.

«que Mau no haga preguntas, porfavor » pensó limpiando su cara, después de que la tonalidad roja pasará, bajo las escaleras y le abrió la puerta al pelinegro

— boluda te tardaste una banda— se quejo el chico mientras cargaba su patineta — tuve que boludear en  el teléfono y no tengo internet— soltó una risa

— perdón Mau, estaba en el baño y pensé que llegarías más tarde — alzó los hombros desviando su mirada

—no te preocupes wacha, igual solo jodia, todo piola con vos, dale vamos — los dos asintieron y caminaron hasta la plaza en dónde mauro competiría

afortunadamente hoy sería en una plaza cerca y podían ir caminando, a veces mauro por seguir rapeando iba lo suficientemente lejos y tomaba bastantes bondis para poder llegar.

ella a veces lo acompañaba por más que su subconsciente le decía que se quedará todo el día en pijama mirando al techo e imaginando una vida diferente.
Pero después se sentía mal por no querer acompañarlo, no quería que mauro se sintiera mal.

y por su lado el pelinegro estaba muy emocionado por andar en esa movida, le hacía feliz poder ir a rapear y que su amiga lo acompañará, todos los pibes habían pasado de largo por qué a veces eran largos recorridos, pero se sentía cómodo con ella.

— Mau, ¿alguna vez te has imaginado en tu propio funeral? — la pregunta tomo por sorpresa al pelinegro, pero no sé hizo la cabeza por eso, supuso que solo era una de las tantas curiosidades de Sibel.

pero para ella no era una curiosidad, constantemente se imaginaba muerta, y que estaba como un fantasma desde arriba viendo su funeral, y se daba cuenta si para alguien fue lo suficientemente especial como para ir a su funeral.

— jamás me a pasado ¿tu sí? — la miro

—no, solo me dió curiosidad— alzó los hombros, el sonrió feliz por conocerla tan bien y saber que solo eran sus preguntas random de cuando estaba aburrida.

jamás fue una pregunta random, siempre fue una realidad.



la competencia había terminado, y aunque no había ganado se había sentido muy feliz.
Sibel estaba sentada un poco lejos de él, pero podía verla por cualquier cosa que necesitara.
Tomo su mochila y se encaminó hasta donde estaba su amiga después de despedirse de los chicos

—Mauro — la rubia se puso frente a el — perdón por llegar tarde, había estado estudiando — sonrió

—Nadu, no te preocupes — sonrió, hace bastante tiempo le gustaba Nadia, siempre que la veía de ponía nervioso y decía estupideces.

—¿querés que vayamos a dar una vuelta?— el asintió sin pensarlo, olvidando completamente que su amiga estaba sentada justo enfrente, esperando que terminara todo para poder volver a su casa.

— dale vamos— alzó los hombros y camino en dirección contraria con Nadia.

Sibel miró como se alejaban cada vez más, espero un rato para ver si habían ido a hablar, o la había acompañado a algún lugar.
Pero mauro jamás llegó y cada vez oscuresia  más.

Tomo la patineta del pelinegro y anduvo en ella hasta su casa.

No quería llorar, sabía que mauro estaba interesado en esa chica y que son cosas que las personas hacen cuando están enamorados.

«eres lo suficientemente insuficiente para que se olviden de ti tan fácilmente » atravesaban por su mente esos pensamientos

«Nisiquiera le importa que estés aquí, no le importas a nadie»

«siempre llegará alguien mejor, eres fácil de reemplazar, como una bolsa de basura: desechable»

limpio sus lágrimas y entro a su casa, no miró a su familia que estaba en el comedor charlando amenamente.

Y ellos tampoco se percataron de su presencia.

nisiquiera sabían que había salido, pensaron que estaba como siempre metida en su habitación sin querer salir.

Por su parte mauro seguía sin darse cuenta que había dejado a su amiga volver sola.

—un cago de risa hablar con vos — dijo sonriente Nadia

— olvídate que sí — sonrió — ¿pinta que salgamos otro día? — el hermano de Nadia había llegado por ella.

— me pinta — dijo sin quitar su sonrisa — lo vemos después — se despidió de él con un beso en la mejilla y subió al auto con su hermano.

— como un pelotudo me veo sonriendo por esa piba — dijo para si mismo  — wacho dónde carajos está mi patineta — miró a su al rededor preocupado — ¡Sibel! — corrió al lugar donde compitió y miró la banca donde se suponía tenía que estar su amiga, pero no estaba. — una mierda soy, como me voy a ir sin avisarle, mañana hablaré con ella.

suspiró y camino hasta su casa, vivía justo a lado de la casa de Sibel, demasiado cliché pero sus ventanas quedaban justo a la par.
Entro a su casa, saludo a sus papás y subió las escaleras corriendo.
Miro y su luz estaba apagada, supuso que estaba dormida y no quiso joderla.

pero ella no estaba dormida, estaba en un rincón de su cama llorando mientras abrazaba a su almohada, sus pensamientos y su insomnio no la dejaban dormir....

lloro escribiendo esta fic):

Depressive; Lit Killah || terminada ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora