⛧ 𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟭𝟯 ⛧

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𝟐/𝟒

𝑃𝑎𝑟𝑡𝑦 𝒂𝒏𝒅 𝑷𝒓𝒐𝒃𝒍𝒆𝒎𝒔

Party and Problems

Narrador Omnisciente

La castaña, estaba claro que no tenia agua en su sistema. Abrazada a la espalda de Issac, bailando hasta casi tocar el suelo. Aún tenia aquella botella de cerveza de hoy. Comenzó a darle calor, así que, se separó del chico rubio — quién mucha cuenta no se dio —, caminó hacia las escaleras de madera, perfectamente tallada.

Subió los escalones con cuidado, y se encontró con un largo pasillo con todas puertas a su costados.

Para no entrar y llevarse varios traumas en una sola noche, apoyaba su oreja derecha en las puertas. De todas provenian ruidos, asquerosos.

Cuando encontró una en donde no provenía ruido, entro y se llevo la grata sorpresa de encontrase al pelinegro, acostado en la cama con una chica rubia sobre él. Su pecho y graganta se cerraron, y su vista se nubló. 

Salió del cuarto sin hacer ruido, lo que menos quería ahora era hablar con él o siquiera mirarlo a los ojos. caminó hasta la otra puerta del pasillo, y entró. 

Era un baño, abrió la canilla para que pasará agua, se miró en el espejo y su rímel estaba corrido, su labial rojo, ya no estaba en la zona de sus labios. Ni siquiera, cerca de ellos, junto agua con ambas manos y se lavó la cara cuidadosamente. 

Tomó papel higiénico, y se limpio la cara. La toalla blanca, tenía otro tipos de cosas, como sangre y una sustancia verde, extraña.

Se sentó, en la tapa del inodoro, y se quedo mirando el trapo de piso fijamente. Un golpe la saco de su viaje astral, levantó la vista y se levanto del asiento acomodándose el vestido, la cara, los zapatos, todo.

Con aquella imagen, se sentía como la mierda.  Se comparaba, y se arreglaba demasiadas veces, el vestido. Antes de abrir la puerta, respiró hondo y tomó del pomo para abrirla de par en par.

Eran dos personas, un chico, pelirrojo, de tez blanca y ojos cafés. Este sostenía a una chica de tez oliva, su cabello castaño con rulos. Parecía ebria, porque tenia algo de vómito en el escote de su camisa. Salió del baño, dejandolos pasar a ambos, antes de irse, se giró para mirarlo y preguntar.

─ ¿Necesitas ayuda? ─ preguntó acercandose a la puerta y apoyándose en el umbral

El chico se giró, la morena ahora estaba sentada dentro de la bañera con su cara apoyada a un costado, de la pared. Justo debajo de la ducha.

Le dedicó una sonrisa sincera y negó lentamente, antes de hablar.

─ Estaré bien, tranquila. Pero gracias ─ Mencionó sonriendole, mostrando sus dientes, perfectos.

Ella asintió con la cabeza lentamente y salió del pasillo, bajando las escaleras. Cuando llego al último escalón, donde se quedó allí. Alguien paso a su lado entregándole un vaso, con un liquido azul dentro.

Ella miro por donde se había ido aquella persona, solo logró verle la espalda. Se encogió de hombros, y se la tomo de golpe. Al principio se mareo un poco, pero logro mantenerse firme.

Bajo el escalón, pensando que tenía un poco mas cerca el piso, pero no, estaba bastante lejos. Por lo que cuando apoyo el pie en el piso de mármol, se fue hacía adelante. Pero se sostuvo de una pared, a su lado.

Venía a todos doble, pero aún tenía seguro el camino hacía la cocina o la sala.

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Estaba en una habitación desconocida para ella, giró su cara hacía la derecha y veía un enorme ventanal, a su izquierda a una persona, claramente más alta que ella. Ya que estaba de pie a su lado.

Estaba acostada boca arriba en la cama, sus piernas colgaban de la cama y sus brazos a los costados, excepto el brazo derecho el cuál se lo pasaba por la cara.

Su rímel estaba corrido, nuevamente. Ya no tenía labial, solo una mancha roja por los cachetes, barbilla y las comisuras. Sus ojos estaban entreabiertos, y dilatados. Estaba drogada.

─ ¿Q-quién eres? ─ preguntó con dificultad. 

Aquella persona no respondió, solo se acercó a ella y con su dedo índice lo paso por la cara de la castaña. Dejo el dedo pulgar en su labio inferior, como si estuviera revisandolo. Aunque solo, estuviera atraido hacía ella.

Subió el vestido blanco de la castaña, hasta la altura de su cintura, dejándola solo con la ropa interior de encaje negra. La cuál, no tuvo compasión, y se la arrancó de un tirón.

La castaña, sacando un poco de fuerzas, levantó sus manos poniéndolas en los hombros del desconocido. Por eso no lo detuvo, agarro las muñecas de la castaña con fuerza, apartandolas de su cuerpo.

El chico, desabrochó sus pantalones y bajo sus boxers, se acercó hacía la zona íntima de ella, y de una estancada entró dentro de ella.

Comenzó a llorar, las lágrimas gruesas y calientes, salian hacía los costados de su cara, mojando sus orejas y alguna que otra parte del acolchado.

Su agarré fue aumentando, hasta que dejará marca en sus muñecas, las estocadas eran cada vez más bruscas. Cerró sus ojos, intentando soltarse de su agarre. En la habitación solo se oían, los jadeos del chico y el llanto silencioso de ella.

─ P-pa-ra... por....favor... ─ pidió casi sin fuerzas.

Cómo si Dios escuchará sus plegarias, alguien entró en la habitación. Una pareja que estaba besándose sin par. El chico que tenía encima carraspeo, logrando que ambos chicos se dejaran de besar y se girarán hacía su dirección. 

Uno solto un "Lo siento" para salir del cuarto con risitas, de la mano de su novio. Antes de que la puerta se cierre, ella aprovechó a gritar.

─ ¡AYUDA! ¡PORF..... ─ dejó la oración al aire, ya que la cachetada del muchacho hizo que se callara.

Además que la tomo por completa sorpresa, sus lagrimas eran aún peor, que hace unos segundos atrás.  El lado izquierdo de su cara palpitaba con fuerza, y podía sentir la sangre y el sabor a metálico por el interior de su boca.

─ No grites, no quieres que vuelva a pasar lo mismo... ─ mencionó por primera vez en toda la noche.

Siguió con las estancadas, hasta que salió de ella, aún así tenía sus muñecas agarradas. De un tirón, hizo que se levante dejándola sentada en la cama. Se agachó a su altura para mirarla.

Sus ojos aún estaban llenos de lágrimas, por lo que miraba borroso. Y más el alcohol y la droga en su sistema, se le hacía difícil reconocer algun que otro rostro.

─ Eres hermosa... ─ mencionó, escondiendole un mechón detras de su oreja.

Ella apartó la cara, para que no la tocará, aunque sabía que no iba a funcionar de nada. Él tomó su menton con fuerza, haciendo que la miré, aunque no sepa de quien era.

─ Gracias por esta noche, deberías de ir menos provocativa. ─ Susurró a su oído mirándola de reojo.

─ Suel...tame.. por....favor

Él lo hizo, pero la empujó en la cama, salió de la habitación abrochandose su pantalón y saliendo del cuarto dejándola allí tirada. Débil. Sin fuerzas, ni para siquiera abrir un ojo.

Cαsh, Cαsh, CαshDonde viven las historias. Descúbrelo ahora