⛧ 𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟭𝟴 ⛧

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   𝑯𝒐𝒎𝒆

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T/n Santors

Bueno sí, admito que esta quizá no es la mejor forma de hacerlo, pero es la unica que encuentro en estos momentos. Tome mi maleta recién hecha y salí con cuidado de mi cuarto, llegué hasta la cocina donde vi la hora en el microondas. 02:46 a.m, todos dormían. 

Salí esforzándome para no hacer ruido, abajo me esperaban Jackie y Morgan. Agradeci de que ellas no preguntaran sobre el tema en todo el viaje, y solo hablaran de cosas que lograron subirme un poco mas el ánimo. 

Me pase la mayor parte del viaje durmiendo, por suerte iba en la parte trasera del auto y sola. Jackie iba de acompañante mientras que Morgan conducía. 

Agradecia de tenerlas, Jackie comenzó a hablar sobre una chica que conoció en una fiesta, mientras que Morgan se limitaba a asentir con la cabeza. Y aguantar su ganas de matarla.

Cuando quería podia ser demasiado cotorra, aunque a mi me molestaba en absoluto.  Me dedicaba a mirar por la ventana, los autos que pasaban por los costados. Los campos vacios con algunas que otras vacas.

La luz de la luna alumbraba mi manta, y comencé a hacer sombras. Con la canción de Good4 de Olivia Rodrigo de fondo.

Deje de respirar y hacer sombras, cuando a lo lejos vi el cartel de mi ciudad natal, sonreí con nostalgia y desabroche mi cinturón para sentarme entre medio de ambos asientos delanteros. 

El sol había comenzado a somarse entre el horizonte y las nubes, prácticamente habiamos pasado la madrugada en la ruta. Y yo solo pensaba en lo que pensaría mi hermano al ver que no estaba, o lo que pensaría Aegan, al ver que me marché.

No podía hablar lo con ellos, son tercos y harían de todo para hacerme cambiar de opinión. Y yo como idiota, me dejaría.  Las unicas que sabian de esto, eran mis amigas.

Llegamos hasta una casa grande y blanca, con plantas a sus costados y las dos columnas de adelante pintadas de Beige. Me baje del auto, tomando mis cosas y le agradecí a mis amigas por traerme y más que nada acompañarme.

Me despedí de las chicas, y me acerque a una palmera que habia en la entrada. Busqué entre sus hojas y encontré la llave.

Cuando finalmente entré, deje mis cosas con cuidado en la entrada. Estaba todo igual, quizas un poco mas colorido a cuando estaba mi padre. Se oían voces desde la cocina.

Me acerque a la puerta lentamente y me escondí detrás de la pared, al ver a mi madre y otra señora que no reconocia debido a que se encontraba de espaldas. 

–– Tiene que hacer eso que tú hiciste, Leonie.

–– Es todo a su debido tiempo, y lo sabes. –– explicó mi madre –– además, cuesta muchísimo. Desprenderte así, no quiero decir que no me sienta mal por ella, claro que no. Estoy demasiado preocupada, pero, tampoco va a sanar y hacer como si nada en tan poco tiempo.

La mujer pareció entender lo que mi madre quería decirle, por lo que asintió lentamente.

–– Creo que tienes razón, Leo.

Al sentir unos pasos acercándose, me aleje de la pared y caminé hacia la puerta tomando mis maletas, haciendo como si recién llegase. 

–– Ya te digo yo, en cuanto vuelva a ponerle una encima a.....

Cαsh, Cαsh, CαshDonde viven las historias. Descúbrelo ahora