⛧ 𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟭𝟱⛧

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𝟒/𝟒

𝑩𝒓𝒐𝒕𝒉𝒆𝒓....

Brother....

T/n Santors

Cuando estuve fuera del ascensor, y parada en el pasillo. De nuestro apartamento, se escuchaban gritos, y a alguien que parecía estar rompiendo todo a su paso. Sabía que podía tratarse de Owen o de Aegan, aunque luego de lo que hizo... no me esperaría eso de él. 

Golpeé la puerta, lo cuál hizo que me siente completamente estupida, dado que también vivía allí. 

No me abrieron, por lo que supuse que estaban discutiendo, volví a golpear. Nada.

Suspire, y escuché como alguien abría  una puerta a mis espladas. Me gure con cuidado y me encontré a la misma vecina, que siempre se quejaba. 

─ ¿¡Se puede saber que demonios pasa allí dentro?! ─ preguntó irritada

Crees que si lo supiera no estaría aquí afuera?

Eres mala.

Ella también lo es.

Me dediqué a encojerme de hombros, y seguir golpeando la puerta. Ella suspiró y se corrió de la puerta.

─ Ven pasa, mi balcón se conecta al balcón de uno de tus amigos. ─ mencionó haciéndome un ademán para que pase.

Mi mirada recayó sobre ella, miré la puerta del apartamento y camine hacia dentro con paso decidido.

Ya si nos morimos, lo haremos. Hemos vivido tantas cosas en estos días. 

Y tenía razón, solo que.. el balcón se conectaba a la habitación de Adrik. Dios mío, matame.

Con cuidado pasé una de mis piernas por fuera, quedándome casi colgando. Entre los dos balcones había un pequeño espacio, lo cual quería decir que podía pasar tranquilamente.

Cruce mi otra pierna, agarrandome fuerta de la baranda, pise el marmol del balcón de enfrente, sin mirar hacía abajo. Quede entre ambos balcones, un pie en uno y el otro pie en el otro, con una mano agarrada al de Adrik y con la otra al de la chica.

Pase mi otra pierna agarrandome esta vez de la misma baranda. Y pasé, me quede allí respirando con pesadez. Me acerque al gran ventanal y vi a Adrik acostado en su cama.

─ Mierda ─ masculle viendo como él se daba la vuelta hacía mi dirección. 

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Y se preguntarán ¿Como pasé hacía mi cuarto? Sencillo, le dije a la vecina que llamará al teléfono de Adrik. Él se levantó, y salió del cuarto. Así que pude pasar hacia mi habitación. 

Cerré con cuidado la puerta, pero me quede escuchando la pelea, de la cocina.

─ ¡Todo esto es tu maldita culpa!

Supuse que se trataba de Owen, así que solo decidí seguir escuchando.

─ ¿¡Mi culpa!? Yo no fuí quién, la invitó a esa fiesta!

─ Pero fuiste quien la dejo!! ¿Dónde está? ¿La vez? No! La dejste allí, sola. Así que, sí. Es tu culpa

Se escucho un gran golpe, por lo que retrocedí, chocandome con unas zapatillas que había tiradas. Esto yo no lo había dejado así. Seguramente, Owen entró. 

─ Llamaré a la policía. 

─ Owen.. ya lo has hecho, 25 veces.

─ ¡Demonios Aleix, Cállate! ¡Es mi hermanita! Lo haré todas las veces que sean necesarias, hasta no verla pasar por una de todas las malditas puertas.

Silencio. Owen se pasó. Se oyeron unos pasos, debería de ser Aleix.

Tomé una bocanada de aire, tomé el pomo de la puerta, pero antes de abrirla se oyó algo más. 

─ Mira, Owen.. relájate.  Ya vendra, ya aparecerá.

─ No intentes calmarme Aegan. No vengas a querer tocarme las pelotas, con esa mierda. ─ se escuchaba enojado.

─ Mira, entiendo. Estas enojado, pero no te la agarres con nosotros, ¿bien? Ya hemos hecho todo lo posible, y eres un egoísta, porque no ves el esfuerzo que hemos hecho para que aparezca. ─ Aleix. Ya le había tocado los huevos.

Decidida, giré el picaporte para salir de mi cuarto. Me abracé a mi misma, y caminé descalza hasta el pasillo. Pude ver todo el desastre.

Había un charco de agua gigante, y a su alrededor vidrios y algunos petalos de flores. Un rastro de sangre que guiaba hasta el sillón, allí estaban Issac, Alan, Morgan, Jackie, Daniel y Ethan. Alan tenía un papel dentro de su nariz y estaba teñido de rojo.

Le habian pegado, Morgan a su lado le revisaba la nariz siempre que podía mientras que miraba a Aegan y Owen discutir.

Mi hermano tenía su teléfono en el oido izquierdo, y estaba a una distancia prudente de Aegan. Aleix, estaba unos pasos mas adelante mío. 

La primeraen notar mi presencia fue Jackie, quién comenzó a llorar. Se paró de donde estaba y se acercó a abrazarme. Me apretujo entre sus brazos, y la verdad no me importaba que me este quedando sin aire.

Tenían olor a protección, y eso era lo único que me importaba. Comencé a llorar junto con ella, en su hombro.

Inmediatamente, sentí como más personas nos rodeaban. Alce un poco mi cabeza y pude ver los ojos del pelinegro.

Sus ojos grises estaban cristales, tenía unas grandes y notoria ojeras debajo de estos. Su nariz estaba roja, y su cabello despeinado.

Me separé de mis amigos para abrazar a mi hermano. Owen al verme, soltó su teléfono y se arrodilló llorando. Con sus manos cubría su rostro. Lo que me faltaba. 

Me agache a su altura y lo abracé, apoyando mi mentón en su hombro.

─ Soy una mierda.

Negué, ─ Claro que no lo eres.

─ Sí, si lo soy. Te deje sola cuando mas me necesitabas. Les prometí que jamás volvería a hacerlo. ─ me miró. 

Sus ojos estaban rojos e hinchados. Lágrimas sin parar caían por sus mejillas, con mi dedo gordo las limpié cuidadosamente.

─ No, eres mi hermano. Mi mejor amigo. Oye, fue mi culpa. Debí de irme cuando lo vi allí, no debí de haberme tomado ese vaso. ─ mencioné mirándolo ─ Acá, la que tiene toda la culpa, soy yo.

Él no dijo nada solo me abrazó. Eso era lo único que necesitaba en estos momentos. Sus abrazos me reconfortan de una manera extraña.  Siempre lo habían hecho.

Yo solo espero que nunca llegue el día en el cuál, llegué de casa y no reciba uno de estos.

Amo a mi hermano, por lo que verlo llorar, hace que saque lágrimas de no se dónde.  Y me ponga a su lado, siempre había sido así, y siempre lo será. 

Cαsh, Cαsh, CαshDonde viven las historias. Descúbrelo ahora