Capítulo 3

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La mañana siguiente del primer sábado de campus fue el inicio de una segunda semana que nada iba a tener que ver con la primera. La forma de despertar no fue la mejor y eso auguraba un mal inicio de día. Mai me zarandeo hasta que de mala gana abrí un ojo.

- joder Mai, que es domingo.-gruñí

- Ya Titi, pero son las once y la visita viene a las doce, así que necesito que te levantes, te duches y bajemos a ver si hay por lo menos café para que se te pase la resaca.- me respondió con una sonrisa.

- Borra es sonrisa, tanta felicidad no puede ser buena tan temprano.- le reproché mientras me levantaba y me dirigía al baño.

- Bueno Titi, que pasó ayer cuando te fuiste con Flavio.

- Vaya Mai no se te escapa nada.- le dije irónicamente

- Sam no me escurras el bulto, que paso con el chaval.

- Pues nada Mai, estuve charlando con él, metí la pata, tuve que pedirle perdón y al final nos liamos.- le explique de manera ligera no queriendo entrar en detalles y no hablar más del tema.

- Pero Titi, que forma es esta de contar las cosas, cuéntamelo bien.

- Mai te lo he contado bien, resumido pero bien. La verdad es que no hay mucho que decir.- la enfrente con cara de circunstancia.

- Venga Sam, dime que pasó.

- Pues que va a pasar Mai, que la boca me perdió, intente picarlo y se me fue de las manos, lo seguí fuera del garito y cuando lo tuve en frente no sé por qué pero me lance a él.

- Titi, te lo dije ayer y no me has hecho caso, o al menos no lo quieres ver, te estas pillando de él.

- Mai no. - Dije con enfado.- Fue un rollo de una noche, el alcohol, tu sabes lo típico de una noche de fiesta.

- No Sam no sé, porque no te comportas con él como con otros líos que has tenido. A Flavio lo conoces y te gusta pasar tiempo con él, cuando estas con Fla se te ve feliz como hacía tiempo que no estabas, los otros eran un si te he visto no me acuerdo, seguro que ni te acuerdas de sus nombres.- me dijo Mai con un tono serio.

- Vale Mai, no es lo mismo que otras veces, pero nada cambia, no quiero tener nada con nadie y menos con un niñato imberbe.

- Sam no te pases con Flavio, él no es un niñato y lo sabes. Titi no te entiendo, por qué te cierras a todo, y no vengas con lo que te paso, fue hace cinco años creo que es el momento de superarlo y volver a intentar ser feliz.- me reprendió bastante enfadada.

- ¿Por qué te enfadas tanto? – Le pregunte.- creía que yo era tu amiga.

- Sam sabes que soy tu amiga y siempre te voy a apoyar, aunque la cagues como ahora.

- lo siento Mai, soy lo peor.- le respondí bajando la mirada y pensando en todo lo que me estaba diciendo mi amiga.

- Vale Sam, tranquila, pero te voy a pedir algo.- me pidió mientras me cogía la cara para que la mirara a los ojos.- No le hagas daño a Flavio, no se lo merece y por sí no te has dado cuenta está pillado por ti.

Yo la miré y me abrace a ella pensando en todo lo que me acababa de contar. Me daba miedo toda la situación y no entendía porque, no era la primera vez que me liaba con alguien, pero siempre eran rollos de una noche sin buscar nada más que pasar un buen rato. Era verdad lo que me dijo sobre Flavio, claro que me gustaba pasar tiempo con él y no puedo negar que me atraía bastante, que lío tenía en la cabeza.

Me terminé de arreglar y bajamos al comedor a por un café, después nos dirigimos a la sala donde sería el encuentro con Beret. Cuando llegamos donde estaban nuestros compañeros yo rápidamente me senté al lado de Hugo dejando libre el sitio junto a Flavio, Mai se sentó y le dio un abrazo y un beso en la mejilla, Flavio se lo devolvió y me miro con cara de no entender nada, yo me puse a hablar con Hugo para evitar su mirada.

Mi otra mitadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora