Capítulo 38.

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Lunes mediodía, íbamos de regreso a Madrid, Samantha conducía cantando a pleno pulmón las canciones que reproducía su móvil vinculado al coche, yo la miraba embelesado y la acompañaba a ratos. Estaba muy contenta, el concierto salió de maravilla, los fans alucinaron cuando aparecí para cantar con ella y cuando terminamos la canción yo dejé un tierno beso en sus labios que revolucionó a todo el fandom. El resto de actuaciones con sus amigos de Cactus y la fumiga también fueron muy bien acogidas, un éxito total de concierto que hizo que llegaran felicitaciones de la compañía.

El domingo lo dedicamos a despedirnos de su familia y amigos, prometimos volver pronto los dos juntos y pasar tiempo con ellos.

- Te apetece que paremos a comer algo.- me propuso la rubia al ver un área de descanso en la carretera.

- Vale, la verdad que tengo algo de hambre.- respondí con una sonrisa.

Paramos y nos sentamos a comer algo. Después de pedir al camarero nos quedamos en silencio. Ella me miro y preguntó con voz dulce.

- Fla, estas muy callado, pasa algo.

- No pasa nada, sólo que quería hablar de algo contigo.- al decir eso se le cambio la cara temiendo cualquier cosa así que rápidamente añadí.- no es nada malo es sobre lo que hablamos en Madrid.

- Gilipollas me has asustado. A ver a que te refieres que no me acuerdo.- respondió algo más tranquila.

- Lo de buscar un sitio para los dos, quiero que vivamos juntos de manera oficial, dejar de tener dos pisos alquilados y tener todas nuestras cosas juntas y revueltas.- le dije con una sonrisa de medio lado.

- Hombre las cosas juntas seguro, revueltas no creo que tú lo permitieras.- me respondió picándome.

- Bueno he estado mirando anuncios, tengo varios seleccionados para ir a visitarlos en estos días.- le expliqué obviando su comentario.

- Vaya alguien está deseando vivir conmigo.- me picó para acto seguido acercarse a dejar un beso en mis labios.

- Oye que si no quieres no pasa nada, cada uno a su casa y ya nos vamos viendo.- le vacilé mientras me apartaba de ella.

- Tonto, yo también estoy deseando vivir juntos. Entonces que tienes planeado.- me preguntó dejando de lado los piques.

- Pues he programado para mañana tres visitas, el primero está bien, el segundo me gusta bastante y el tercero me encanta y creo que te va a encantar.- le expliqué con un poco de misterio.

- Pero cuéntame más, como son, dime algo, que parece que te cobran las palabras Flavio.- dijo esto último algo irritada.

- Tendrás que esperar a verlos, no quiero presionarte y prefiero que decidas sin saber mi opinión, por cierto el orden que te he dicho no será en el que lo veamos.- terminé de explicarle sin desvelar nada de los pisos.

La espera se le hizo eterna a la rubia, me acribilló a preguntas durante todo el día y hasta que no llegó el momento de visitar los pisos no paró el interrogatorio. Las visitas fueron bien y como predije hubo uno que le encantó, tenía una gran terraza y el dormitorio principal contaba con un vestidor enorme, además tenía dos dormitorios más que hacía posible montar el pequeño estudio que queríamos ambos. La cocina era amplia y el salón estaba bastante bien.

- Fla me he enamorado.- me dijo dando otra vuelta mirando todo con ojos ilusionados.

- Me vas a cambiar por un piso de tres dormitorios. - la piqué con cara de pena y haciendo un puchero.

- Tonto. Dime que este es el que más te gusta, por favor.- me dijo agarrándose a mí.

- Este es el que te dije que te iba a encantar.- le respondí abrazándola y dejando un beso en su frente.

Mi otra mitadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora