Capítulo 26

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Salí del camerino con las lágrimas corriendo por mis mejillas, en la puerta estaba Iván que al verme pasar en ese estado no me dijo  nada  y entro a ver al chico. Llegué a mi camerino y Mai al verme vino rápidamente a abrazarme.

- Sam que ha pasado.- preguntó con voz preocupada.

Empecé a contarle lo ocurrido, cómo había encontrado a Flavio con Aria y la discusión que tuve con él, cuando llegué a la parte en la que me agarró y me grito no pude parar otra vez las lágrimas.

- Mai cuando me agarró del brazo y me gritó se me vino a la cabeza lo que me pasó con Eric y entre en pánico.

- Bueno Sam tranquila que él no es Eric y lo sabes, quieres una tila o algo.- me preguntó Mai mientras me acariciaba la espalda.

- No Mai lo que quiero es irme, necesito ir a mi casa con mi familia, ahora no puedo más con esto.- le dije mientras me levantaba y recogía mis cosas.

- Pero Titi como te vas a ir así, tienes que hablar con Flavio y contarle lo que te pasó para que lo comprenda.- me dijo nerviosa mi amiga pues estaba viendo mi intención de huir.

- No puedo ahora mismo cada vez que pienso en él me viene la imagen de Eric y todo lo que pasó, lo siento Mai pero no puedo, tengo que irme.- replique cogiendo mi mochila y saliendo del camerino.

Mai me paró en la puerta y tras darme un abrazo me pidió que la mantuviera informada de mis pasos. Salí a la calle y tomé un taxi hasta nuestro piso, una vez allí cogí la maleta que tenía fuera para las vacaciones y empecé a llenarla de cualquier manera con ropa del armario mientras las lágrimas corrían por mis mejillas. Escribí una breve nota de despedida y salí del piso a la carrera para evitar que Flavio pudiera encontrarme allí, volví a tomar otro taxi hasta la estación de Atocha y allí tomé un billete para el tren que saliera antes hacia mi tierra, tuve suerte pues había uno que salía en quince minutos.

Una vez acomodada en el tren llamé a mi hermana, ella era la única que junto a Mai sabía toda la historia de Eric, en su día no fui capaz de contárselo a mis padres y ella me apoyó en todo momento, ahora volvía a recurrir a ella otra vez.

- Tata.- dije entre balbuceos cuando ella descolgó.

- ¿Qué te pasa Sam?.- me preguntó preocupada.

- Voy para Alicante, puedes recogerme en la estación, llegó sobre las once y media.- le dije de corrido entre sollozos.

- Claro sin problemas, dejo a la pequeña con Patxi y allí estaré.- me respondió sin preguntar más, pues conociéndome sabía que era mejor dejar que estuviera delante para poder hablar con tranquilidad.

Tras colgar con mi hermana vi que tenía varias llamadas de él y su chat aparecía con varios mensajes, llamé a Mai para contarle cuales habían sido mis pasos le prometí que la llamaría mañana cuando estuviera más tranquila, tras colgar miré las nuevas llamadas y decidí  apagar el móvil.

Pasé el tiempo del viaje en un sueño intranquilo con pesadillas continuas que me despertaba con sobresaltos que si hubiera tenido a alguien cerca se hubiera asustado. Cuando el tren llegó salí rápidamente hacia la zona donde siempre me esperaba mi hermana, al verla no pude evitar volver a llorar y cuando estuvimos frente a frente nos fundimos en un abrazo que me reconfortó. Montamos en el coche sin decir palabra y empezamos la marcha hacia mi pueblo.

- Bueno Sam, ¿me vas a contar que te ha pasado?- me preguntó mi hermana tranquila, al rato de estar en carretera.

La miré con ganas de volver a llorar, me sequé los ojos y tomando una bocanada de aire empecé a contarle todo, desde la llegada de Aria hasta la discusión de esta noche.

Mi otra mitadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora