—Toda yo.— conseguí decir mientras él seguía un camino de besos que lo llevaba hasta allí.
Pegó sus labios a mi clitoris y lo chupó suavemente, consiguiendo que un gemido escandaloso escapara de mis labios, había música a todo volumen, las paredes retumbaban, al igual que esta cama en breve, cuanto lo deseaba.
Chupó mi parte.
Introdujo un dedo, él mismo que metió a mi boca de una manera explosivamente excitante.
Introdujo dos, y luego tres. Grité, me sostuve de las sabanas, hasta correrme.
Los latidos de mi corazón se escuchaban por doquier. Pero mis deseos de tenerlo dentro eran mayor, era exigente y perturbador. Lo quería ya.
—Po-por favor.— logre decir sosteniendo su cabello, él sonrió ante mi súplica. Satisfecho del poder que tenía y lo que provocaba.
Por eso lo odiaba y lo deseaba tanto...
—Inclínate.
—Lo que desee, señor.— dije mientras doble mis rodillas ante él.
Levantó mi barbilla y nuestras miradas, cargadas de perversidad, se encontraron, pero ya se había agotado de hacerme sufrir con sus torturas y rodeó mi garganta con su mano derecha, y me besó salvajemente, luego metió su miembro hasta llegarlo a mi garganta, empezó a batir, adentro y hacía afuera.
Primero lento, luego un poco más rápido, y finalmente a una velocidad que me asfixiaba, pero lo amaba así; salvaje y posesivo. Dos puntos, dos debilidades mías.
Sacó su gran miembro de lo profundo de mi garganta y pude volver a respirar.
Tomó mi mano y me hizo rodear su pene, arriba y abajo, unas veces hasta que toda su maravillosidad calló en mi rostro.
Todo el maquillaje quedó curvierto.
Y un gruñido salió de su garganta al instante en que lo esparció en mi rostro, sus venas estaban alteradas, nuestras respiraciones alcanzaban distancias.
Entonces la vi... vi a Ashley detrás del armario con la cámara prendida, había grabado aquella escena, tal y como lo planeamos, es que no me equivocaba al llamarle "mejor amiga".
Pero, estaba tocando su parte, no se veía la pupila de sus ojos, estaba tan excitada, y ahí fue cuando Nelson siguió mi mirada y la observó muestras me penetraba fuertemente, salvaje, feroz y brusco.
Ashley se acercó a pasos lentos.
Nelson tenía mis pies en sus hombros y penetraba una y otras vez, provocando un fuerte sonido con el choque de nuestros cuerpos bañados en sudor.
Mi mejor amiga apretó mis pechos, los besos mientras metía un dedo en mi boca. Nunca lo había hecho pero me excitaba aún más, has que explote.
Nelson salió de mi, Ashley comenzó a toquetearlo y él respondió ante su tacto. La llevo a la orilla de la cama, abrió sus piernas y con su gran poya empezó a rozarla una y otra vez en la vagina de mi mejor amiga, hasta que la introdujo poco a poco, hasta quedarse todo dentro, y fue pronto a moverse rápidamente.
Los gritos de Ashley llegaban al cielo, su parte estaba tan roja como su cara, su cabello se mecía al compás del ritmo que llevaba Nelson con sus entras y salidas.
Quedé tan excitada viéndolos que lo permití todo. No podía oponerme, Ashley estaba ebria y había buscado sexo con mucha sed.
Nelson soltó un gruñido que retumbó en aquella habitación cuando explotó, dejando todo el líquido blanco regado en el trasero de mi mejor amiga, que lindo adorno.
Mi mejor amiga y yo habíamos montado el mismo chico, había quedado todo grabado.
Habíamos tenido sexo hasta más no poder.
Salvaje.
Con coraje.
Habíamos ido a una fiesta sin obsequio para el cumpleañero, pero que gran obsequio el que recibimos de su parte...
Ashley y Nelson quedaron tan agotados que se tumbaron en la cama a dormir.
En cambio yo, escuché un gruñido al otro lado de la puerta, provenía de afuera.
La música había cesado.
Entonces salí de la habitación topetándome con aquella escena.
Por Dios!
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Una semana con el Nerd {+18}
RomantikAlgo pasa cuando dos personas de sexos opuestos se encuentran a solas, encerrados en una casa y, en cierto tiempo, cosas grandes tienden a suceder. Uno de los dos debe disponerse y hay casos en el que el hombre no es quien siempre toma la iniciativa...