Capítulo 25

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"Solo el latido unísono del sexo y el corazón puede crear éxtasis."

Había pasado ya unos meses luego de que aceptara unirme a Nelson en una relación amorosa. Me había demostrado ser leal a lo que sentíamos, al principio fue duro pero siendo principio era de esperarse.

Melvin intentó alarmarnos con una amenaza pero le habíamos amenazado con algo peor y desde ese entonces se había ausentado por completo. Gustavo por otra parte insistía en que debíamos conocernos pero le ignoré y pase a eliminarlo, ya había alguien en mi vida y no quería perderlo. Ir al modelaje con Melvin fue una experiencia inesperada, pues nuestras expectativas eran otras y no que tendríamos que huirles a unos desquiciados hambrientos de sexo, pero había que comenzar de cero, después de todo, era buena opción.

—A mi no me parece bien que estén juntos, pero quiero que seas feliz.— dijo mi madre.

Me enojé esta vez y no se me dió disimular.

—No sigas con eso mamá, no somos hermanastros, nos amamos y es con quien me casaré el año próximo, y si, estoy feliz.— respondí enfadada, harta de escuchar las quejas de mi madre hacia nuestra relación.

Mi madre asintió, forzándose a brindarme una sonrisa, que levemente me fue calmando. Había enloquecido en cuanto le di la noticia, pues afirmaba que había una familiaridad parecida a la de ser hermanastros, y de saber lo que sucedió durante esa semana que me dejó con el que solía llamar "Nerd", ¿que sería?

Mejor era no darle más vueltas al asunto.

—Ten en cuenta que todo comienzo trae dificultades y aunque a veces no encontremos la forma de comenzar, después que si, nada detiene, aunque intente.— Dijo con tanta seguridad que supuse que era experiencia vivida. Dejándome también, un poco confundida por sus constantes cambios de humor.

—Mamá, Nelson a llegado, debo irme.— le di un suave beso en sus mejillas que ahora estaban invadidas de arrugas, ella sonrió devolviéndome el gesto con un cuídate hija.

Nelson me esperan ansioso en su auto, conteniendo una sonrisa, no comprendí el hecho pero viniendo de él, era un placer verle así, me hacía sentir cientas de cosas por él.

—Princesa, déjame vendar tus ojos.— dijo sonriendo ampliamente, entonces recordé que en unas horas era mi cumpleaños, me alegré por lo atento que siempre estaba.

Acepté, no antes sin besar suavemente sus labios, él respondió con ansias y me envolvió en sus brazos, todo se intensificó de realmente, y sin poder evitarlo. La química era imposible ser evitada, éramos como volcanes que cada cierto tiempo tiene una erupción y nada puede detener.

Nelson retiró su camiseta, despeinando un poco su abundante cabellera, agitados continuábamos besándonos, cada vez profundizando más aquel beso que tan lleno y cargado de pasión estaba, se separó de mi unos instantes que me parecieron una eternidad.

—No es adecuado el lugar, pero las ganas si.— dijo y luego subió los cristales del auto que eran tan negros que nada podía verse de afuera hacia dentro, estábamos estacionados frente a la casa de mi madre, pero ella de seguro se había ido a dormir y no se percataba que aún seguíamos ahí.

Reímos por lo bajo disfrutando de nuestros momentos típicos.

—El amor no puede ser una locura, pero si quiero que me ames con locura, Nelson.— rogué en cuanto comenzó a dar caricias a mi cuerpo, haciendo que todo en mí se encendiera con tan poco.

No dijo nada, en sus ojos supe que haría cualquier cosa por mi.

Pulsó un botón y de inmediato el asiento delantero donde estábamos se fue inclinando poco a poco hasta que quedamos en una posición más cómoda, el uno encima del otro, Nelson tiró de mis tangas y las rompió, ansioso como un ratón por el queso. Llevó su lengua a mi sexo y lo chupó suavemente llevándome al límite de la locura con sus besos allí, luego subió encima de mi y en poco tiempo sentí como entraba en mi, penetrandome lento, duro y constante. Sin parar.

—Eres mía, siempre vas hacer mía.— susurró en mi cuello, acariciando mi piel con su cálido aliento.

—Hazme tuya, siempre hazlo.

Al terminar de decir esas palabras, comenzó a follarme más fuerte dándome a entender que mis palabras tenían validez.

Gemidos incontrolables salían de mis labios mientras que su cuerpo chocaba contra el mío.

El sudor corría por el abdomen de Nelson y nuestros cuerpos hacían un sonido al chocar, sentía que el auto se movía por las embestidas de Nelson.

Nos separamos una vez terminamos, agitados, muy agitados. El abrochó su pantalón y tomó el volante nuevamente.

—Debemos llegar a casa, tengo mucho que mostrarte allí.— dijo colándose la chaqueta que tan bien le quedaba.

Asentí, totalmente sonrojada por el sexo que por tercera vez habíamos tenido en su auto.

Luego tomó el volante y comenzó a conducir, después de vendarme los ojos, pero no me quedé quieta. Estaba inconforme con lo poco que me había dado y comencé a tocarlos hasta que encontré su abdomen y deslicé mis manos hasta llega a su entre pierna que aún estaba dura y erecta.

Sentí que sonreía ante mi atrevimiento, no me apartó, él también quería seguir, así que acomodó mi cabello dejándolo libre para que pueda hacer mejor el trabajo. Tomé su enorme miembro en mis manos y lo masajee, consiguiendo que gruñera a causa de. Lo llevé a mi boca, adaptándome a su tamaño aunque me costaba respirar, pero disfrutaba de su sabor también. Nelson empuñó mi cabello y comenzó a mover mi cabeza al ritmo que necesitaba para deshacerse y así fue, luego de unos minutos sentí algo caliente mezclarse en mi boca y luego lo tragué, sintiendo como resbaló fácilmente por mi garganta.

Nelson respiró profundamente y disfruté escucharlo suspirar. Me hacía entender que podía manejar sus emociones a causa de las mías, que yo podía causar lo que otras no.

—Princesa, hemos llegado, pero aún no te quitaré la venda, debes esperar.— dijo delicadamente.

Estaba roja como un tomate, el ardor en mis mejillas me lo dejaban claro y escuchar el sonido agradable de su risa, me hizo suspirar y sentir emoción por ver qué tenía para mi.

—¡Ya quiero ver!— exclamé emocionada.

Él tomó mi mano suavemente, —Solo sígueme y no te quites la venda.— susurró guiándome.

Nota del autor:

Esto está llegando a su final, solo espero que les guste muchísimo, pueden dejarme un agradable comentario, les recibo con amor.  Pasen por mí perfil y tirenle el ojo a mis demás historias.
Muchas gracias por leer y darle una oportunidad a esta historia, les amo.

Julio Martínez

Una semana con el Nerd {+18}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora