Me sentía tan decepcionada después que Nelson me había rechazado de tal manera. Me sentía avergonzada.
Triste.
Triste por todo lo que llegó a mi mente en las siguientes horas. Mis pensamientos estaban ahogándome con rapidez. Solo pensaba y me creía insuficiente, fea y sucia por no ser aprovechada como creí que iba a hacerlo. Pero esto no se quedaría aquí, iba a intentar hasta cansarme.
Decidida a que las cosas cambiaran, empecé a ponerme la mejor ropa que tenía; Escogí la blusa roja que me quedaba por encima de mi ombligo y que resaltaba mi color de piel, para combinar con mi vestuario me pinté los labios con un intenso color rojo, me lucia espectacular, unos zapatos bajitos blancos al compás de mi falda corta que también era blanca, mis curvas se veía con mayor facilidad, mis piernas parecía las de una chica atleta y si, si es presumiendo, por que lucia atractiva hasta con la peor ropa.
Este Nerd de miembro enorme no iba a bajar mi autoestima, pero tampoco iba a irme de allí sin obtener lo que quería: Una noche con el y quedarme un rato a probar de aquellos labios.
Me atormentaba imaginar los placeres que podía provocarme. Me preocupaba lo enorme que era, me preocupaba no tenerlo dentro de mi.
—¿Nos vamos?— Preguntó Nelson rascando su nuca. Está tan nervioso que creí que le daría un infarto.
—No necesito compañía.— fue lo único que dije para después salir y dejarlo allí como un completo estúpido, lo merecía después de todo.
Llegué al súper mercado y lo primero que llamó mi atención fueron unas tangas negras y blancas, las escogí y fui hasta donde habían unos cuadernos, tomé uno y un lápiz; compré todo aquello que escogí para mi plan de seducción.
Llegué a casa una hora después y me encontré nada más y nada menos que con un nerd: Nelson. Estaba concentrado en su portátil, parecía estar exponiendo algún tema sobre la ciencia.
Me dirigí a mi habitación y me quité la tanga que llevaba debajo y dejé mi falda al aire libre.
Sedúcelo hasta que por fin, caiga. Me motive mentalmente.
Tía Ruth aún no llegaba y su padre no vivía aquí. Era el momento. Ruth llegaría a las 8:00pm y eran a penas las 6:30
Baje por las escalera lentamente, con un lápiz y el cuaderno en mis manos. Mis labios entre abiertos, solté un fingido estornudo para llamar su atención, más fue en vano, continuaba concentrado exponiendo.
Mis pechos se veían más que provocativos, es que hasta yo los tocaba como si no fuese de mí que se tratara.
No tarde en sentarme junto a su lado y escribir un 4 en la primera página, lo hice grande para que lo notara y se preguntara para que lo hacía.
Mientras hablaba sin parar, y ni siquiera mirarme, decidí dejar caer el lápiz en medio de su entre pierna.
—¡Ups! Se me ha caído el lápiz.— señale su entre pierna y el desvió la mirada hacia allí.
—Ya te lo paso.— dijo y antes que tomara el lápiz me apresuré a tomarle la mano y... —No te molestes, yo lo hago, puedes seguir en tu tarea.— dije consciente de lo encendidas que estaban sus mejillas.
Definitivamente no era gay, pues en su entre pierna algo se marcaba con tan solo tenerme ahí.
Me arrodillé ante él y sin desviar mi mirada de la suya, tomé el lápiz, sentí como su cuerpo tembló cuando subí lentamente hasta quedar de frente a su entre pierna y atreverme a tocar su miembro.
Empecé a dar masajes por encima de la ropa, y justo en el momento en que iba a bajar el zíper, el me detuvo.
—Eres muy niña, no puedo acudir a estas cosas contigo. ¿Vale?
—No soy Virgen.— declaré y su rostro cambió de nervioso a sorprendido.
—De igual manera eres mi prima.
—Ambos sabemos que no, no eres hijo de mi tía.
—Da lo mismo.
Y como siempre de malcriada, bajé el zíper y su gran polla salió de aquel escondite. Podía jurar que tenía unos 25 centímetros.
Nelson me detuvo otra vez, pero esta vez diferente; se levantó dejándome allí, con mis pechos al aire y subió el zíper después de acomodar su miembro en aquel bóxer que para ese miembro, era pequeño.
El plan iba bien. Pero él no cooperó y unos toques en la puerta nos aviso que Ruth había llegado.
—Ve a la habitación, ahora.— ordenó.
—Eres un Nerd, estás muy cerrado y Virgen.—dije desde las escaleras.
—Puedo demostrarte lo contrario.—Advirtió sorprendiéndome.
—Lo dudo.— dije y subí a mi habitación.
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Una semana con el Nerd {+18}
RomanceAlgo pasa cuando dos personas de sexos opuestos se encuentran a solas, encerrados en una casa y, en cierto tiempo, cosas grandes tienden a suceder. Uno de los dos debe disponerse y hay casos en el que el hombre no es quien siempre toma la iniciativa...