Capítulo 26

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Mis ojos seguían vendados, Nelson me guiaba hasta su amplia habitación, lo supuse porque subíamos las escaleras. No podía parar de sonreír como niña entusiasmada en su primera fiesta y preguntar en cada paso que avanzábamos "¿llegamos? ¡Ya quiero ver!

—Ya está, hemos llegado.— susurró erizando mi piel al acariciarla con su aliento.

Un agradable y dulce olor me embriagó.

Nelson desató suavemente el nudo de la venda, dejando mis ojos libres de la oscuridad. Quedé mucho más que asombrada con todo aquello que estaba en frente de mis ojos. Llevé mis manos a mi cara que estaba sonrojada, di pequeños saltos al ver cómo había decorado la habitación para mi, con mis colores favoritos; morado y negro.

—¡Es increíble!—susurré aún sin poder quitar las manos de mi rostros.

La cama estaba llena de pétalos morados, en medio había un corazón que tenía escrito en el centro: Te amo. En otra esquina había un número 23, comencé a llorar de la emoción, corrí a sus brazos y lo rodeé con los míos, él descansó su barbilla en mi cabeza mientras susurraba "te amo" muchas veces, con miedo, se sentía atemorizado, como imaginándose que podía algún día, perderme y lo repetía una y otra vez para asegurarse que me tenía y no me perdería.

—Estás palabras no se las llevará el viento, ¿entiendes?— dije con mis manos alrededor de su cuello, atrayéndolo más a mi, —Quedarán en lo más profundo de mi corazón, por siempre.— volví a decir posando mis labios sobre los suyos, él respondió con delicadeza y pasión.

El silencio reinó unos instantes.

Nelson aún me sostenía en un fuerte abrazo, peinaba mi cabello hacia abajo, con sencillez y delicadeza.

—Afuera hay algo más importante, nos esperan.—comentó.

¿Todos? ¿Afuera?

Nelson había organizado una fiesta y ni siquiera una pista lo delató, nunca imaginé esto, no para mi.

Nos separamos y bajamos las escaleras, tomados de las manos como en las películas.

—Soñé esto, ¿sabes?— dije luego de estar en la sala.

—¿Soñaste que tendríamos una fiesta organizada para ti?

Negué con la cabeza, deteniéndome a mirarle a los ojos, él comprendió que me refería a otro tema y se detuvo a observándome.

—Creí ser una chica dura, de las que enseñan a jugar, de las que jamás se enamoran, y lo fui ¿sabes? Lo fui hasta que llegaste tú.— limpie una lagrima que rodó por mis mejillas y continué, —Pero en las noches soñaba con encontrar al príncipe azul del que todas hablan. Te encontré, Nelson.— Dije sonriendo, viendo como sus ojos delataban lo tanto que sentía por mi y que mis palabras, le habían llegado al corazón, creía en mi.

Me incliné hacia él para dejarle un pequeño beso en la mejilla, sentí como se encendieron al instante.

Caminamos hasta la puerta trasera, Nelson pasó delante de mi y la abrió lentamente, dejándome a la vista la cantidad de personas que estaban a la espera en el patio trasero, me llenó tanto de felicidad, que corrí como loca a dar abrazos a cada uno de los presentes, y por último a mi mejor amiga que me esperaba con los brazos abiertos, estaba orgullosa de mi, se veía en la forma en que me miraba, siempre quiso verme junto a alguien, feliz.

Una semana con el Nerd {+18}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora