4. La batalla interna de Serena

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La luna estaba tan hermosa como siempre, su luz iluminaba la oscura noche. La mirada nostálgica de cierta chica de rubia cabellera con dos típicos odangos, observaba la inmensidad del cielo mientras unas nubes grises trataban de opacar su luz. Ella veía que la luna estaba sola, más sola que nunca en el inmenso firmamento. Así mismo se sentía ella, a pesar de tener a su familia a su lado, a sus amigas y a su novio; sentía una gran soledad, un vacío en su corazón, extrañaba demasiado a esa persona que le declaró su amor sin pedir nada a cambio.

La suave brisa de la noche rosaba su piel, el frío de la soledad la estremecía, necesitaba aquel resplandor que le brindaba calor y protección. Unas lágrimas resbalaban por sus mejillas recordando aquel día de su cita, fue uno de los mejores días de su vida:

—¿No crees que sería difícil si intentan grabar una novela desde aquí? La aparición de un nuevo amor...Nooo...fue broma. —La chica hacía gestos con la mano.

—Pues...Yo estoy de acuerdo. —respondió el muchacho, a lo que Serena se sonrojó. Ella no se dio cuenta que en ese momento Seiya era un amor no esperado, era la aparición de un nuevo amor. La chica respondió a la defensiva:

—¿Eh...ah...?¡Es cierto, solo te gusta jugar con las mujeres! —Al pensar que el chico era un casanova era su escudo perfecto para evitar sus sentimientos.

—¿De quién hablas? —dijo el muchacho algo molesto, a lo que ella respondió:

—Seiya, ¡Te advierto que ya tengo novio!

Después de recordar eso, Serena miró nuevamente el cielo, esta vez pudo observar que la luna no estaba sola, cerca de ella se veía una hermosa estrella que daba su máximo resplandor para estar a su altura.

POV Serena:

"¿Cuantas veces te repetí eso, que tenía un novio?...¿Porqué ahora te veo a mi lado cuando ya no estás?...Que tonta fui al no percatarme antes de mis sentimientos.

Mi corazón deliraba como un loco ese día que te acercaste a mi, me puse muy nerviosa, hasta me preguntaste que porqué estaba así, yo no pensaba con claridad, tu cercanía nublaba mis pensamientos, mi corazón latía a mil...¡bum, bum, bum...! Era lo único que escuchaba, tenía miedo de que también lo escucharas.

Cuando me dijiste que ibas a ser mi guía, que me iba a sentir muy bien, casi me desmayo, no podía hablar, no hallaba que hacer, tenía muchos sentimientos encontrados, quería evitarlo; tanto así que me repetía una y otra vez:

—Yo...yo...tengo novio...es Darien...lo quiero muchísimo...lo quiero mucho.

Pero por más que mi mente repetía eso, solo escuchaba los latidos de mi corazón acelerandose, tenía tantas ganas de que me besaras, de olvidarme de todo, de sentir esos labios que me estaban provocando.

Volví a la realidad cuando me sacaste a bailar, aunque no duró tanto el tiempo de cordura, nuevamente me confundiste cuando se apagaron las luces y me abrazaste, me dijiste que no me preocupara, que no me pasaría nada. Allí sentí una sensación de calidez y protección casi parecida a la que me producía Darien, pero la tuya tenía algo distinto que me hacía sentir diferente, no quería que me soltaras, quería más de esa cercanía que me estremecía y no entendía porqué mi cuerpo sentía lo que mi mente no aceptaba.

Al final de nuestra cita, cuando te encontré, pensé que te había pasado algo malo, estaba muy preocupada por ti, quería enojarme contigo, pero con solo escucharte decir "perdóname", con sólo oír tu voz, sentí un gran alivio y a la vez alegría por verte bien. Quería correr a abrazarte pero no pude, luego noté que me miraste de una forma diferente, como si vieras más allá de mi corazón, sentí que esos hermosos ojos zafiros me desnudaban el alma e hizo que me sonrojara.

Allí comprendí que eras alguien muy importante para mí, que habías entrado a mi vida y que destrozaste mi tranquilidad, pero todavía yo no era consciente de que ya te pertenecía completamente".

Fin POV.

Con un suspiro ahogado, Serena miró con más intensidad el vasto firmamento, en lo más profundo de su corazón pidió una señal...pero nada ocurrió, todo seguía igual, solo se escuchaba el sonido de los grillos en la oscuridad de la noche.

Sin poder contenerse, Serena corrió hasta su cama, se tiró encima de las almohadas y se volvió un mar de lagrimas, lloró todo lo que pudo, esas lágrimas eran la prueba del inmenso amor que sentía por aquella estrella fugaz a la que no supo valorar, al fin sintió que su corazón era libre por admitir sus sentimientos.

Sin que ella se diera cuenta una gatita negra la observaba impotente al ver de esa forma a su princesa, tan sola y vulnerable, no sabía el motivo de esas lágrimas que la agobiaban tanto.

Sin que ella se diera cuenta una gatita negra la observaba impotente al ver de esa forma a su princesa, tan sola y vulnerable, no sabía el motivo de esas lágrimas que la agobiaban tanto

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No Me Rendiré.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora