26. La liberación de Kakyuu/La identidad del enemigo

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La princesa Kakyuu se encontraba en el plano astral, tenía visiones de toda su vida desde el momento en que nació, de su infancia, del amor que le dieron sus padres, los valores inculcados sobre el respeto, la solidaridad, la bondad, la lealtad, la perseverancia; aunque no siempre los poseía todos, puesto que al ser la unica hija de los reyes de ese planeta al principio fue algo caprichosa, mimada , a veces obtenía lo que quería a costa de los demás. La princesa sintió el poder de la autoridad desde muy pequeña.

Todo cambió desde el momento en que conoció a las tres hermosas guerreras que despertaron sus estrellas para ser sus guardianas.

El día en que el Rey las descubrió junto con el hechizero Majishan, por el fuerte resplandor de sus estrellas, ellas eran unas chiquillas de casi la misma edad de la princesa, pero eran tan únicas, tan llenas de vida. Sin dudarlo le juraron lealtad a la princesa Kakyuu, estaban destinadas para protegerla a costa de sus propias vidas.

La pequeña Fighter era la más atrevida, extrovertida, pero con un enorme corazón. Su hermana mayor Maker, era más tranquila, analizaba todo, y siempre tenía que ponerse en el medio de sus hermanas para evitar las contantes peleas entre Fighter y Healer , pues ésta última era muy peleona, un tanto arisca, nunca se abría para las otras personas, sólo sus hermanas sabían la pureza de su corazón. Desde la muerte de sus padres no quiso sufrir más pues extrañaba demasiado el afecto de sus padres que la consentían mucho.

El encuentro con la princesa cambió la vida de todas, Healer se identificaba mucho con su princesa, era cómplice de sus caprichos, Fighter se mantenía al margen, no le gustaba esa actitud mimada, pero siempre le colaboraba cuando era necesario y Maker la ayudaba con los estudios, la aconsejaba. Además de eso las tres chicas tenían sus constantes entrenamientos, cada día eran más fuertes, incluso mejor que sus maestros de combate.

Kakyuu, siempre se sintió atraída por Fighter, inventaba cualquier excusa para que estuviera cerca de ella. Los juegos por las tardes eran los mejores momentos para las cuatro chicas en donde corrían con su princesa en el jardín. Ellas amaban a su princesa, su resplandor era como afrodisíaco para sus almas.

Kakyuu aprendió a compartir con esas niñas, nunca las vio como a seres inferiores a ella. Esa confianza se afianzó más el día en que perdió a sus padres, allí comprendió que con el poder no se obtenía todo, quizás las cosas materiales, pero no la vida y el amor, fue la lección más dura que le dio la vida. Logró superar esa pérdida gracias al apoyo de sus Starlights, la compañía abnegada de Fighter, el consuelo de Maker y la devoción absoluta de Healer que comprendía a la perfección ese dolor.

La Princesa recordó como se había escapado de Kinmoku gracias a la ayuda de un valiente soldado que sacrificó su vida por ella.

Nuevamente sintió la tristeza que la invadió al abandonar a su gente, a su amada Kinmoku. Su corazón sangró al ver a su planeta destruido, pero no había otra opción, tenía que buscar la ayuda de la princesa de la Luna, poseedora del Cristal de Plata para eliminar a Caos.

Todo eso transcurrió como si fuera una película en cámara lenta, fue todo tan real, sintió su muerte nuevamente en manos de Sailor Galaxia, como dejaba de respirar, era impotente ante esa fuerza maligna, sintió el dolor al despedirse de sus amadas Starlights. Luego revivió gracias al Poder de Sailor Moon.

Al concretarse todos los recuerdos enfrente de ella apareció una figura de un ser que no se podía distinguir y le habló:

—Escoge el camino que deseas, el poder está a tu alcance, con él puedes obtener todo lo que quieras lo que siempre se te ha negado, estas a un paso de cambiar tu destino.

Ese ser le mostró dos puertas, una blanca y otra negra. Cuando la princesa iba abrir la puerta blanca escuchó la voz de Fighter desde la puerta negra :

No Me Rendiré.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora