El General Huanglon estaba sumamente preocupado por la situación de su planeta.
En la reunión que tuvo con Sailor Fighter hace unas horas concluyó en que una fuerza mayor los estaba acechando peor que aquella vez cuando los atacó Sailor Galaxia, pues ella junto a sus fieles servidores, los Animamates, llegaron a atacarlos de frente, ellos vieron al enemigo, sabían a quienes se enfrentaban , pero en esta ocasión no sabían nada, solo sentían la presencia maligna que manipulaba la naturaleza.
Huanglon recordó el momento en que tuvo que despedirse de su amada princesa Kakyuu, en aquella ocasión el perdió su vida para que ella pudiera escapar a otra galaxia en busca de una guerrera que poseía un Poder sin igual.
Para él no existía un ser tan hermoso, tan noble y puro como Kakyuu, prácticamente crecieron juntos , pues su familia siempre le había servido a la familia real antes de que los anteriores gobernantes perecieran , aunque él era un simple soldado a su servicio porque su espíritu elemental no había renacido, siempre fue valiente y fiel.
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El joven guerrero llegó a su residencia que se encontraba ubicado entre el cuartel de los soldados y el palacio real.
Caminaba muy pensativo por su jardín y por curiosidad observó unos hermosos pájaros amarillos revoloteando cerca del nido, los pichones cayeron al suelo, luego el más grande bajó tras ellos y nuevamente los tres emprendieron vuelo hacia la rama más alta del árbol. El pájaro más grande dejó a los pichones en el nido y voló hasta el cielo perdiéndose en el espacio.
El rubio entró a su casa, olió el delicioso aroma de los guisos de la señora Hiroko.
La amable señora le trajo su té de osmanto caliente, le encantaba su olor porque le hacía recordar a su amada princesa, la dueña de sus pensamientos y la causante de que su corazón latiera muy rápido.
Después de analizar la situación, se acordó del hechizero Majishan, con su don de la adivinación, él podría descubrir la identidad del enemigo.
Al amanecer iría al Reino Minami en busca de respuestas.Para Huanglon la noche pasó muy rápido, se despertó con una extraña sensación, no se sentía él mismo, salió de su habitación, miró en la cocina y la señora Hiroko no se encontraba, siendo algo raro en ella ya que nunca antes se había ido sin avisarle, consiguió el té caliente, se bebió un sorbo, no tenía ese olor a osmanto que tanto le gustaba, luego miró hacia el jardín vio los pichones en el suelo caminando entre el arbusto pero eran de otro color, eran de un negro intenso, por ninguna parte se veía el más grande, el General pensó que seguro eran otros pájaros.
Huanglon quería buscar al hechizero pero de la nada se sintió cansado y regresó a su habitación, se durmió otra vez.
Las horas pasaron y Huanglon se despertó nuevamente, ya no se acordaba de ningún compromiso , no se acordaba de que necesitaba hablar con el hechizero, no se acordaba de la hermosa princesa de ojos rojos que le hacía latir el corazón.
Se dirigió a la cocina, consiguió un té que se veía caliente, bebió un sorbo, estaba sin sabor pero tampoco recordaba que existía un delicioso sabor y aroma que le gustaba. Él se encontraba solo en su casa, se sentía muy cómodo sin preocupaciones, se asomó por el jardín, vio unos pajaritos negros caminando en el suelo de un lado a otro como si no pudieran volar. No había nada extraño en ese hecho, se recostó otra vez porque sintió mucho cansancio.
Al despertarse en esta tercera ocasión, quizás fueron más ocasiones en que él se despertó pero no se había dado cuenta. Escuchó una música clásica muy relajante en toda la casa, caminó hacia la cocina y consiguió su acostumbrado té desabrido, bebió un sorbo mientras miraba el jardín. Habían dos pichones negros y otro grande que parecía ser la madre, solo caminaron de un lado a otro, no volaron hacia el nido a pesar de que sus alas estaban en buen estado, se veían muy monótonos caminando a la derecha y a la izquierda, como si su nido no fuera necesario, como si volar no fuera parte de su ser.
El General Huanglon sintió un gran vacío en su corazón, su razonamiento y su instinto le decían que eso no podía ser toda su vida que había algo más fuerte que lo motivaba.
De repente el anillo que tenía puesto en su mano derecha con la figura de un Dragón dorado comenzó a brillar, él tuvo un mal presentimiento, su elemento se lo estaba advirtiendo. Un grito desgarrador de una mujer pidiendo ayuda cruzó por su mente, se acordó de la princesa Kakyuu; en ese instante su hermosa casa se veía distorsionada, definitivamente algo no andaba bien.
Sin él esperarselo, Kakyuu entró a la casa, ella estaba más hermosa que nunca, tenía puesto un hermoso vestido negro muy ajustado mostrando sus atributos.
—¡Mi apuesto General! ¿Qué es lo que te aflige? Vine para quedarme contigo...viviremos juntos por siempre , este será nuestro nido de amor —le dijo de una forma muy seductora caminando hacia el hombre que se encontraba en shock, solo la miraba sin entender nada, luego se percató de que sus ojos no eran de unos rojos brillantes, eran negros como fondos vacíos sin expresión.
Cuando él levantó su mano derecha, ella se aferró a él con una fuerza sobrehumana haciéndolo debilitar.
—¡Mi Huanglon, no desperdicies esta oportunidad! Tu y yo juntos sin nadie de por medio, disfrutando de nuestro amor por la eternidad —le dijo nuevamente acercándose más a él con intensiones de besarlo.
—¡Por el Poder del Sagrado Dragón Amarillo!¡Destruye! —De su mano emergió una fuerte luz dorada que hizo desaparecer todo el lugar.
Huanglon se despertó todo sudoroso con el corazón acelerado, miró a su alrededor, no se escuchaba la música clásica, ya no se encontraba solo, la señora Hiroko estaba limpiando la casa mientras todo olía delicioso, corrió a mirar en el jardín y vio los pajaritos amarillos emprendiendo vuelo hacia el cielo, no eran como títeres estáticos en el suelo.
—¡Fue una horrible pesadilla! —se dijo a sí mismo, luego miró su brazo y tenía unas ampollas rojas muy reciente en la parte donde se había aferrado esa mujer. Ella lo hubiera matado si él no actuaba rápido.
Se dirigió donde la señora y le preguntó:
—¿Señora Hiroko, dígame cuanto tiempo estuve dormido?
—Usted durmió toda la noche y todo el día , ya va cumplir 24 horas en ese estado. Lo invadía alguna fiebre de vez en cuando, nunca lo deje solo ni un instante, le puse compresas de hielo para bajarle la fiebre, ya me tenía preocupada —dijo la señora con un tono de alivio.
—Ya estoy repuesto...¡Muchas gracias por cuidarme! Mi princesa me necesita, una fuerza oscura va tras ella.
El General Huanglon se dirigió al Palacio de las Flores Doradas, por poco no sale librado de ese ataque inusual, donde un ser oscuro lo tenía cautivo en una dimensión onírica para alimentarse de su energía .
🌠Próximo Capítulo: Néctar de Felicidad.🌠
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No Me Rendiré.
FanfictionDespués de la lucha contra Sailor Galaxia, Serena nunca volvió a ser la misma, constantemente la invade la nostalgia y la tristeza por extrañar la compañía de aquella estrella fugaz que una vez le enseñó a nunca rendirse...Ahora le tocará enfrentar...