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Maratón 2/2

Harry.

Carolina me preguntó si podía acompañarla a recoger a su abuela y no pude negarme. Todo el camino me contó anécdotas sobre ellas, mencionó que Eloisa, su querida abuelita, le enseñó todo lo que sabe, le enseñó a bordar, cocinar, a hacer su famosa tarta de frambuesas y frutos del bosque.

—Esa receta solo me la ha enseñado a mí, ninguna de mis primas o tías la conoce, es secreta —menciona Carito con ternura.

—¿Eres su nieta favorita? —cuestiono con la vista en la carretera.

—Así es.

La mujer fuerte que tengo a mi lado ha sido formada por una igual, desde cosas domésticas, escolares y sobre la vida han sido aprendidas de su abuela. Así que, luego de hacer una parada en el aeropuerto, nos encontrábamos de regreso, mientras ellas se perdieron en una charla de reencuentro, Gomita y yo escuchábamos atentamente.

Cuando llegamos a la casa, ayudé bajando las maletas y me mantuve en silencio tanto como pude, pero la pregunta tan necesaria de parte de su abuela, llegó.

—¿A qué te dedicas, Harry? —cuestionó Eloisa, acomodandose los lentes en el puente de la nariz.

—Es compositor, abuela —Carolina me ganó la palabra, mostrándose emocionada ante mi profesión.

—¡Qué interesante! —ella me dio una cálida sonrisa y volvió a conversar con su nieta.

Lo poco que rescate de Eloisa estas horas, es que, en definitiva, Carito le heredó el carácter, es una mujer fuerte, valiente y al parecer, sus elecciones de vida fueron tomadas con el cerebro y no con el corazón. Excepto cuando conoció a su ya fallecido esposo, el señor Hill. Gracias a esa conversación me enteré que ante mis ojos se encontraba Carolina Hill, una de las promesas del derecho judicial de América. Ella se sonrojo y mencionó que su abuela exageraba, pero estaba seguro que Carito era buena en lo que hacía.

Comimos la rica cena que Eloisa preparó, jamás había probado algo tan rico, claro, aparte de la comida de mi mami. La noche cayó y Carolina se ofreció a sacar a pasear a Gomita mientras yo lavaba los platos y su abuela veía tv.

Hice mi tarea tranquilamente, hasta que me sobresalte al escuchar una voz fina a mis espaldas.

—¿Ella no lo sabe, verdad?

¿Qué? Carajo.

—¿Saber qué, Eloisa? —me limité a preguntar con aparente tranquilidad.

—Harry Styles, el hombre más codiciado y uno de los mejores cantantes del siglo veinte.

Mierda, si ella lo decía de esa forma, hasta yo mismo lo creería.

—Creo que está equivocándose.

—¿Acaso es mentira? —arqueo su ceja.

—No.

—¿Por qué no le dices la verdad? 

—Tengo miedo —ella simplemente suspiró y se sentó en una silla.

—Harry, mi nieta no es como las mujeres que conoces, te diré algo. Carolina ha sufrido mucho, en varios sentidos, tuvo que madurar muy joven, ya debes saberlo —asentí. —Le costaba adaptarse y crear amigos, los pocos que tuvo, la traicionaron, el novio que tuvo, la traicionó, para ella no ha sido fácil llegar donde está ¿entiendes? —sus ojos se ponen algo brillosos y entiendo la emoción y tristeza al hablar de su nieta favorita. —Realmente no creo que seas un mal hombre, es más, me atrevería a decir que podrías ser mi próximo nieto —ríe tiernamente. —Solo no quiero que mi Carolina sufra otra vez. Sé sincero con ella, te va a entender y te va a saber escuchar, no hay mejor relación que una que contenga comunicación, comprensión y mucho amor. No sé qué pasará entre ustedes, pero esas miradas y sonrisas cómplices me hacen creer que la sabiduría de mis canas, está en lo correcto.

Ella se levantó de su asiento y me levanté para intentar ayudarla, sin embargo, me abstengo ya que no sé qué decir. 

—Ya sea una amistad o amor lo que hay detrás de tus intenciones hacia mi nieta, que sean sinceras, por favor —pide encarecidamente, yo asiento porque la entiendo, la veo salir a pasos lentos de la cocina, sin embargo, no me contengo de preguntar.

—¿Cómo lo supo?

—El mundo es pequeño, Harry, te sorprendería saber cuánto.

Y simplemente se fue, dejándome confundido y algo asustado. Con todo eso en la cabeza, salí de la casa de Carolina, despidiéndome de Eloisa y corriendo hacia mi hogar.

Ahora fui yo quien desapareció algunos días, porque no sabía que sentía dentro de mi, porque Carolina significaba algo pero no sabía exactamente que, entonces, como el compositor que digo ser, me encerré hasta que una canción terminó de ser escrita. En ella  podía expresar algunas cosas que no sabía cómo decirlas, cosas que no me animaba a decir, porque la escribí pensando en ella.

—¿Para qué me llamas a las dos de la madrugada, Harry? —Carolina soba su ojo y se acostumbra a la luz de mi sala, la llamé para que escuchara la canción.

—Necesito que escuches esto.

La senté delante mío, tomé mi guitarra y empecé a tocar.

Sweet creature
Had another talk about where it's going wrong
But we're still young
We don't know where we're going
But we know where we belong

Ví que el sueño se le fue rápidamente ya que sus grandes ojos celestes se abrieron cual focos de Navidad, una sonrisa algo confundida salió de su rostro.

And oh we started

Two hearts in one home
I know, it's hard when we argue
We're both stubborn
I know, but oh.

Ella me miraba y sus pómulos se fueron enrojeciendo, sonreí al verla tan cohibida y tímida, una Carolina totalmente distinta a lo que era siempre, sin embargo, su dulce sonrisa no se iba del rostro. 

Sweet creature, sweet creature
Wherever I go, you bring me home
Sweet creature, sweet creature
When I run out of road, you bring me
home
You'll bring me home

Con la voz rasposa y todo el sentimiento que pude contener hacia ella, salieron las últimas palabras de la canción, haciéndome caer en cuenta, que me encontraba encantado con aquella americana de sonrisa perfecta y cabello pelirrojo, cayendo en cuenta que después de un mes a su lado, esto que sentía por Carito, no era amistad solamente.


—Dios, es preciosa ¿La compusiste en estos días desaparecido? —sonrió con pena.

—Sí, cuando una buena inspiración se cruza por mi mente, debo aprovecharla.

—Que suertuda es la mujer a la que me escribiste esta canción, es preciosa, Harry.

¿En serio, Carolina?

—La preciosa, es ella —mencioné acercándome, sin pensar, dejándome llevar.

—¿Quién? —susurró golpeando mis labios con su aliento.

—Tú.

🌻🌻🌻

¡Hola bebes!
Espero se encuentren bien en sus casitas, quise traerles un maratón hoy ya que es feriado en Perú, por fiestas patrias y celebramos 200 años, así que sí, espero les guste haya gustado este mini maratón.

Debo decirles que nos encontramos a la mitad de la novela y que hace unos momentos terminé de escribir el epílogo, casi lloro, espero que esten ansiosas y estoy pensando seriamente en hacer una segunda temporada, pero aún no lo se.

Gracias por sus votos y apoyo, les agradecería muchísimo que me sigan apoyando con ellos y comentarios.

Les mando un fuerte abrazo Harrie.

Clau.

Carolina [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora