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Quiero llorar. Quiero hacer un gran berrinche.

Debería estar feliz, todo salió bien con mamá. Ella está de acuerdo, se lo tomó muy bien y estaba feliz por mí.
Pero la cena arruinó todo.

Traté, en verdad trate de satisfacerla, pero me dolía tanto el estómago. Chan notó esto y me alzó las cejas en señal de pregunta. Pero fingí que estaba bien, deje la mitad del plato sin acabar, sentía que no podía más, que si lo hacía vomitaria todo. Mamá trato de convencerme, pero no pude.
Preferí ser sincero y decirle que dolía mi estómago y no quería arriesgarme. Dijo que los nervios me irritaron un poco, pero que tratara de comer un poco más. Ardía, todo mi esófago. Pero lo comí. El dolor estuvo ahí todo el tiempo.

Y bueno, mamá dejo que Chan se quedara en casa, así que cuándo ella se fue a dormir, discutimos un poco.

Otra vez el mismo tema.

De verdad Christopher no entiende nada de lo que le digo e insiste en decir que estoy mal, que deberíamos buscar ayuda.
Más aún luego del dolor durante la cena. Me puso tan de los nervios que tuve que ir a vomitar todo.
Insistió en que fueramos a ver a un doctor, le dije que no, que no, que no quiero. Y dió uno de esos suspiros agotados y me dijo."Bien." Se molestó mucho porque estuvo en la otra punta del sillón hasta que nos fuimos a dormir.
Es un tonto.

Lo abracé durante la noche y si me abrazo de vuelta, pero incluso dormido tenía esa expresión de enojo enorme.

No quiero que Chan se moleste conmigo, pero no quiere escucharme.

[....]

Jeongin

Chan seguía algo molesto en cuánto tuvimos las tutorías y solo se dedicó a eso, ningún beso, en absoluto. Tomó mi mano, la acarició y me sonrió, pero lo sentía distante.

Dejé el lápiz al sentir el ardor en mi esófago y me apresure a ir al baño a vomitar. Escupí hasta lo último, sintiendo que me quemaba todo. Me quemaba horriblemente. Me levanté y trate de "eliminar evidencia" en lo posible en caso de que Chan decidiera seguirme. Salí del cubículo, limpiando mi boca y noté en el espejo dos cosas.

Una de ellas fue ver tras de mi al chico de el otro curso. Hace mucho que no me lo encontraba y el hecho de que ante la mínima de nervios mi estómago arde, hizo todo más horrible. La segunda fue que tenía sangre en mi boca. No miré lo que boté, no puedo hacer eso, entonces no noté si es que tenía sangre o no. Traté de lavarme pronto para poder irme, pero le puso seguro a la puerta de los baños. Quería llorar, sentía las lágrimas juntándose en mis ojos y el ardor en mi estómago vacío. Traté de ir a la puerta pero me acorralo antes de llegar a esta.

Tocó mis muslos y me quedé de piedra, sin saber que hacer. Quería empujarlo y huir, pero no podía mover ni un músculo.
Su boca trato de buscar la mía y solo atine a esquivarlo lo más que pude, dejando que sus labios tocaran mi mejilla.

—sueltame.- solo salió como un pequeño susurro.

—¿por qué estás así de esquelético y asqueroso?-preguntó, apretando mis muslos, dolía la fuerza que aplicaba para esto. - antes tus piernas no estaban así. ¿qué paso? ¿estás estupido? - trato de besarme otra vez y seguí evitandolo, era el único movimiento que podía hacer.

—¿Innie? ¿Te sientes bien?- Preguntó Chan, tratando de abrir. - Abre la puerta, por favor. No voy a regañarte, lo prometo.

Él puso su dedo en mi boca en señal de que me quedara en silencio.

—Chan.- solo salió un pequeño llamado.

—¿Jeongin? Abre, vamos. Debemos hablar.-

—Chan no puedo abrir.- dije un poco más angustiado, recibiendo una muy fea mirada por parte de este tipo. Tome aire para poder gritar pero su mano cubrió mi boca por completo. Aún así grite, en caso de que él me escuche.

—Jeongin, abre. ¿Por qué no puedes? - preguntó. - No quiero llamar tanto la atención empujando la puerta...-

Traté de gritar otra vez, sintiéndolo girarme y apoyar mi cabeza en los lavamanos, restregandose contra mi, ya solté lágrimas sin parar. Me da mucho asco, pero no puedo quitarlo, aunque lo intento, mis brazos ya no tienen fuerza. 

La puerta sonaba en cuánto Chan trataba de abrirla.

—Jeongin. -llamó. -¡Jeongin!- empujé, tratando de quitarlo, de quitar sus manos, y pude quitar su mano de mi boca.

—¡Chan ayúdame!- grité. Su mano se cerró en mi pelo y me dió un golpe contra la cerámica de los lavamanos. - ¡Ayúdame!- otra vez un golpe. Mis pantalones iban a medio quitar. Pero la puerta ya sonaba fuerte con las patadas de Christopher.
No puede ser que los seguros sean tam fuertes. - ¡Christopher!- traté de safarme, lo más que pude, quería soltarme, que no me tocara más, que no siguiera. Me aterraba. El miedo estaba en todo mi cuerpo, tratando de impedir que quitara mi ropa interior, pero recibiendo esos azotes en mi cabeza.

Y por fin la puerta chocó contra la pared. Sentí el jalón de Chan y me escondí contra su pecho. Acomodó mi ropa, manteniendome lejos de él. Me sacó y cerró la puerta, o más bien trató y la sujetó, para impedir que salga de ahí.

—¿Estás bien?- preguntó, mirando la herida en mi cabeza, me puso unos pañuelos con delicadeza. Negué. Se empezaba a juntar la gente que había salido del salón de enfrente ante el bullicio. Sentía todas sus miradas encima. Cómo no. Tengo la ropa hecha un desastre, por poco y desgarrada. Una herida en la cabeza y estoy llorando sin parar. Llegaron algunos maestros, supervisores y el rector. Tuve que parar de llorar para tratar de explicarles, pero no podía. Chan acabo explicándolo todo.

No me quería soltar, me tenía escondido en su pecho, a salvo.

—Bang, se que está un poco a la defensiva por lo ocurrido recién pero debemos llevar al joven Yang al hospital para que le vean esa herida...-dijo una maestra. Chan aflojó un poco su agarre.

—Yo voy a llevarlo.- dijo. - ¿Puedes caminar bien?- me preguntó. Negué al ver todas las pintitas del suelo moverse.

—Estoy mareado.- dije. Él asintió y me levantó en sus brazos muy fácilmente. Me avergonzó esto. Que haya tenido que llevarme en sus brazos. Soportando mi peso en sus brazos.

—Quiero matarlo.- dijo entredientes. - le quiero partir la cara. - me aferré a su pecho, llorando. Subimos al auto de una maestra y Chan, para aparentar tuvo que dejarme sentado un poco más lejos, pero no me importó y me aferré a él. - Todo está bien ahora, Jeongin. - me dijo.  Aún así preferí quedarme en la seguridad de sus brazos en todo momento. La maestra no nos miró raro ni nada. Lo debe haber tomado como que es por instinto.

Aún así el asco no se va de mi cuerpo.

weight diary - chaninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora