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Quedé estancado en esta cifra. No bajo más aunque lo trate. No puedo.

El doctor me lleno de medicamentos. Pidió escáneres y mil mierdas más. Chan le contó a mamá que estoy enfermo. No le dijo muchos detalles, porque dijo que eso me corresponde a mi. Dejará de trabajar pronto en mi escuela, así que podremos salir un poco más despreocupados.
Básicamente, tengo el esófago hecho mierda, lleno de llagas y una úlcera.

La falta de nutrientes, el estrés y la ya diagnosticada ansiedad me tienen con los mechones cayéndose solos.

Chan ha estado de los nervios desde que fuimos al doctor. Siento que con la relación así estoy enfermandolo.

Lo veo morder sus uñas todo el tiempo y mirarme, cada cinco segundos.

Me estresa. Quiero dejar de ser una molestia para él.

[...]

—Ven aquí amor.- llamó Chan. Me asomé por la puerta de la cocina, viéndolo. Me miró, con el ceño fruncido, la servilleta con las pastillas abierta en su palma. Me escondí tras la puerta, sin querer mirarlo. - Amor por favor, ven aquí. - dijo.

Fui hasta sus brazos abiertos y dejé que me diera un abrazo.

—¿Por qué no las tomaste?- preguntó.

—Porque me mantienen somnoliento. - dije, mirando mis dedos, mis uñas débiles. - No me gusta estar dopado todo el día.

—Innie...- dijo, pasando sus brazos por mi cintura.- Aún no recuperas la masa corporal suficiente.- dijo con angustia. Estoy yendo cada semana con el doctor, mide mi masa corporal todo el tiempo y me da dietas que odio seguir.

Pero debo hacerlo, si de aquí a la próxima consulta no recupero al menos una medida más va a internarme.

—Tienes que tomar las pastillas.-dijo.- Recuerda que no hay solo ansiolíticos, estan los medicamentos para tu estómago.- dijo, besando mi frente. Extendió su mano y le di el pastillero. Llenó un vaso de cristal con agua y tomo las píldoras correspondientes. Besó mi mejilla y fue dándome los medicamentos en orden, acompañado de besitos luego de cada pastilla.

Guardo el pastillero en su bolsillo y me llevo hasta el salón.

— Ven aquí. - dijo sentándome en sus piernas. - ¿Te sientes bien? - preguntó. Asentí.

—Solo no me gusta estar como un zombie...- dije. Él asintió.

—Lo sé amor, a mi también me pone triste pero, debemos seguir las indicaciones del doctor.- dijo y me dio un beso suave. Correspondi su beso, frotando nuestras narices. Sujetó mi cintura y dejó que intensificara un poco el beso.

—¿Y si me internan?- pregunté, escondiendome en su hombro. - No quiero estar en un hospital...

—Entonces debemos esforzarnos.- dijo.- Amor... ¿Sigues sintiéndote igual referente a tu cuerpo?- preguntó, acariciando mi espalda. Asentí.

—Es peor aún. - dije, entrelazando nuestros dedos. Él suspiró y besó mi mejilla. - Odio aún más mi cuerpo, porque ahora estoy enfermo. Fui tan debil y no pude soportar nada, y ahora estoy enfermo. - dije. Chan me abrazó y me llenó de besos.

—Mi amor... De verdad me apena mucho no poder ayudarte.- dijo y puchereó, vi sus ojos llenos de lágrimas. - Quiero que veas lo que yo veo.. Quiero que notes la belleza que noto yo en ti... Que saques esas ideas de tu cabeza, y me tortura que sea un proceso tan lento, porque se que lo pasas mucho más mal de lo que yo lo estoy pasando.- dijo y sollozó, escondiéndose en mi cuello. Lo abracé y alcé su rostro, viendo sus lagrimitas.

weight diary - chaninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora