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La verdad me preocupa no ver cambios. Además de que me enoja muchísimo. Me enfurece no verlos.

Mi estómago duele cada vez más y siento la bilis subirme casi todo el día, y si como algo, se me devuelve. ¿Mi cuerpo me está castigando para que no coma verdad? mamá me presentó a su novio y tuvimos una larga charla sobre relaciones, amor y esas cosas. Me hizo sentir más seguro sobre contarle de Chris. Hyung estuvo preguntándole a mamá cosas del tipo "¿Y que pensarías si uno de nosotros estuviese saliendo con un chico?" y esas preguntas. Para mi suerte, solo rió y dijo que estaría bien siempre y cuándo fuese una buena persona para nosotros.
Esperaré a una mejor ocasión para hablarle de esto, cuidadosamente.

Hyung me trajó pasteles y tuve que hacerme el ocupado, le agradecí y corrí a "comprar materiales". Así cuándo volví el estaba en su habitación y no vería que subi los pasteles y no los comí.

Pero es terrible el no notar ningún cambio en mi cuerpo. Sentirme tan cansado. Además este interminable ardor en mi esófago y estómago. Le diría a mamá que me lleve al doctor, pero no quiero que me regañen por el sobrepeso.

Los doctores lo dicen tan de golpe, que cada vez que me toca subir a la báscula en la consulta siento que llorare.

"hmm tu IMC esta algo alto, rozando el sobrepeso, debemos bajarlo a un IMC saludable"

Escuchar eso desde que soy un niño y nunca escucharles decir que estoy en un margen sano me hizo no querer ir más. Hace más de un año que no piso la consulta del doctor, no quiero ir. Y si mamá no tiene tiempo, no voy tampoco.

Aún así me inquieta un poco el ardor en mi estómago. ¿Será que tanta chatarra le afectó?

Chan me regañó ayer porque me vió botando la merienda. Dijo que debía comer y mantenerme saludable, no saltarme comidas y picotear algún snack durante los recesos para mantenerme con energías. Solo dije que sí y que sí, pero no lo haré.
Hace unos días estuvo en mi casa y lo pasamos bien, fue divertido, pero cada vez que me abrazaba de la cintura y mi camiseta dejaba que quedase la piel descubierta, se instalaba una tensión horrible, él acomodaba mi camiseta y me sonreía un poco, tratando de no hacerme sentir incómodo tocando mi piel directamente. Me gusta que sea considerado de esa forma, que no pase de mi en ese aspecto. Pero una parte ee mi sigue insistiendo en que solo es por asco, porque no me quiere tocar.
A la vez se que no es así, siento cuándo nos besamos o cuándo me acaricia que es por gusto, que es porque quiere. Odio este sentimiento, esta inseguridad.

Siento que si me quiere de verdad, pero a la par, que no lo hace. Esta esa pelea en mi cabeza todo el tiempo. Me irrita.

[..]

Jeongin

Chan acarició mi cabello, mirándome con preocupación, lo veo con mi vista periférica, pero cada vez que lo miro, cambia de dirección sus ojos o me hace alguna pregunta.

—¿Pasa algo?- dije. - No dejas de mirarme... ¿Preocupado?- dije. Él suspiró.

—Solo, estoy nervioso... Con locde tu madre y eso. - dijo. Mentiroso. Eres mal mentiroso Chan. Fruncí el ceño.

—No tienes que mentirme.- dije. Él suspiró. - ¿Pasa algo?- Se sentó recto en el sillón, girándose un poco hacía mi.

—Estoy muy preocupado por ti.- dijo. Alcé la ceja.- Me preocupa lo delgado que estas. Has bajado muchísimo de peso desde que nos conocimos, y no te ves saludable. Me preocupa que estes llevándolo de una mala manera. O que hayas enfermado.- dijo.

—Sigo igual que cuándo nos conocimos, y no sé quizá... No lo sé.- dije, tratando de quitarle importancia.- Es el cansancio.

—¿Seguro? Mira, si antes ya ibas con ropa holgada, ahora esa misma se ve aún más grande.

—Se hace más grande en la lavadora...- excusé. Él me tomó la mano.

—¿Estás comiendo bien?- preguntó. - ¿Qué has comido hoy?-

—Café por la mañana y unos hot cakes.- mentí.- A media mañana me comí unos snacks de camarón. - mentí otra vez.

—¿Los envoltorios?-

—En la basura por supuesto.-dije. Él suspiró.

—Y ahora... No has comido desde la mañana, y no te has sentado a comer algo, y durante el almuerzo me dijiste que comería acá en casa.-

—No tengo hambre, Chan. Además debemos dejar espacio para la cena, mamá pidió comida y unos postres, debo tener el estómago vacio.- excuse.

—Tienes una excusa para todo, ¿No es así?- dijo y negó, con desaprobación.- Me llevas al baño por favor Innie.- asentí y me puse de pie, fingiendo acomodar los huesos de mi pie al sentir un ligero mareo. No era tan ligero porque Chan tuvo que sujetarme. - ¿Estás bien? -asentí, pero seguía demasiado apoyado en él. - Vem, tomate un agua con azucar, para que no estes tan mareado. - dijo.

—No, no te preocupes. -dije. - Estoy bien.-

—Déjame darte algo. No estás bien, si te suelto vas a caerte.- dijo, con un toni serio.

—Que estoy bien, te digo.- dije, soltandome. Pero di dos pasos y tuvo que sujetarme otra vez.

—Jeongin.- dijo, serio. - Vamos a la cocina. - dejé que me llevara y me ayudara a sentarme en la barra de la cocina, sentí que mis brazos no tenían fuerza. Me extendió el vaso luego de revolverlo y lo miré, inseguro si tlmarlo o no.

El agua no tiene calorías, pero esta trae azucar, no vi cuánto azúcar le puso al vaso.

—Te lo daré yo, probablemente si lo tomas se te resbalara.-dijo, acomodando el vaso en mi boca. Voy a engordar si me bebo esto.

—No quiero. - dije.

—¿Por qué no?-preguntó.- Por favor, es para que te sientas un poco mejor.- dijo.  Negué.

—Me siento bien.- dije.

—No puedes caminar dos pasos recto, ¿como vas a estarlo? Incluso ahora veo tus ojos sin mirar un punto fijo. - dijo, apretando la mandíbula. Me tomé el agua, sintiendo gritos desesperados en mi cabeza.

—Ya. Bien. Lo bebí. - dije, sin mirarlo.

—Jeongin... Quiero ayudarte, en verdad, no seas así de arisco conmigo. - dijo.

—¿Ayudarme en qué? ¿En qué vas a ayudarme? ¡Estoy perfectamente bien!- dije. - ¿Vas a ayudarme a que siga subiendo de peso? A que me ponga tan horrible y gordo que...- cubrí mi rostro, sin querer llorar delante de Chan.- No quiero que estes conmigo por pena. Ni siquiera se que te gusta de mi... No hay nada bueno por lo que pudiese gustarte. -

Sujetó mis manos, acariciandolas, tratando de hacerlas entrar en calor.

—Hey, no digas eso.- dijo. - Eres precioso. Eres muy muy precioso. Me encantan tus ojos, tu nariz, tu boca, toda tu cara, tu cuerpo, tus manos, tu estómago, tus piernas. Todo de ti. Mírame Innie..- dijo, tomando mi mentón. - Hay algo aquí que te está haciendo ver cosas que no son.- dijo, tocando suavemente mi cabeza. -Y si quieres ayuda con eso, primero debes aceptar que algo pasa.- dijo.

Negué. Limpiandome los ojos.

—Es que... ¡No pasa nada! ¡Está todo como siempre!- dije. Tratando de convencerme de eso.- Yo... No quiero seguir hablando de esto, mamá llegara pronto y no quiero que se lleve una mala impresión de nosotros. - dije. Él me ayudó a bajar sin caerme. Me quedé ahí, esperando en caso de cualquier cosa. Me sentí un poco mejor, y pudimos ir hasta la sala, a seguir viendo el drama que dejamos en pausa.

Chan acarició mi mejilla, mirándome con mucha más preocupación que antes.

weight diary - chaninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora