🇨🇦40🇷🇺

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Habían pasado las semanas y con ello México y Canadá pasaba cada vez más tiempo juntos. Para el latino era tan entretenido convivir con el de climas fríos, podía visitarlo muchas veces sin tantos problemas.

Canadá tenía libertades que, por ejemplo, su hermano no tenía. Él disfrutaba de más vacaciones, días libres y permisos de su gobierno para ir a donde quisiese. Y últimamente al lugar a dónde más iba era el territorio del mexicano.

México por su parte tenía bastante apoyo de su gobierno para recibir al primermundista, la razón principal era por el nuevo intercambio económico que tenían y que beneficiaban mucho al tricolor. Por esa razón aceptaban recibir al canadiense con frecuencia y parecían atenderlo con toda la amabilidad del mundo

Y esta era una de esas ocasiones. El canadiense llevaba algunos días en la casa del mexicano y era su último día.

Escuchó como tocaba a su puerta, era el chico

—Vamos a desayunar maple—se veía un poco adormilado, algo que le resultaba muy adorable

Fatigué?(¿Cansado?) —dijo mientras apretaba un poco su mejilla, el tricolor trato de apartar la mano de su rostro, asintiendo— Je t'ai dit que ce n'était pas une bonne idée de regarder des romans jusqu'à tard(te dije que no era buena idea ver novelas hasta tarde)— volvió a sonreír cuando el otro bostezó sin cuidado alguno

Attends ce que je répare, d'accord ?(Espera en lo que me arreglo ¿sí?) —ambos seguían en pijama

—Ay wey ya hay confianza— palmeó su espalda— si yo estoy en fachas tú también —rio— ya luego te cambias y toda la cosa. Vámonos que se enfría— lo tomó de la mano guiándolo hacia el comedor a pesar de que ya sabía muy bien por dónde era

Le emocionaba saber que el tricolor ya confiaba en él lo suficiente como para traerlo a casa o andar como quisiera sin tener pena frente a él. Tampoco le avergonzaba reírse muy alto o hacer mucho ruido cuando estaba con Canadá.

Y para el de maple significaba que la distancia se reducía poquito a poquito entre ellos.




—¿Quieres terminar el capítulo de ayer? — lo miró pícaro a lo que el canadiense respondió afirmativo con una risita

Se pusieron a ver La Rosa de Guadalupe

Mientras el de escudo reía por cualquier estupidez que pasaba en el programa el más alto lo observaba. Hace unos pocos días le había regalado una de sus camisetas porque le gustó mucho al latino, ahora la usaba de pijama junto con los típicos shorts cortos. Según él "estaba en su casa y no tenía que usar ropa formal si no trabajaba"

Estaba tan distraído que no checó lo caliente del café, quemándose la lengua y soltando un quejido

—No mames ¿estás bien? —aguantó la risa un poquito— te dije que estaba caliente porque yo también me quemé —soltó otra risotada — a ver ven— y se acercó

Tomó su rostro con una mano sin mucho cuidado apretando las mejillas del canadiense

—Ah bueno... de esto no te mueres maple— y se rio lo que logró acelerar los latidos del chico

Se puso a analizar su situación, sabía que nadie los molestaría en un buen rato porque ese día el tricolor no tendría juntas sino hasta la tarde, además de estar completamente solos. Por lo que tomó su mano sin esa típica vergüenza que antes lo caracterizaba

¿Y si...?

Pasó la mano al rostro del más bajito con cuidado, recibiendo una sonrisa como respuesta. México solía ser mucho más penoso cuando el canadiense cambiaba de actitud rápidamente

AMOR DE TELENOVELA |Usamex||Canmex||Rusmex|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora