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23 de abril 1860.
Texas, Estados Unidos.

Bañarse era un privilegio en esos tiempos, pensaba Olivia mientras secaba su cuerpo después de haberse limpiado con unos paños húmedos y volvía a vestirse

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Bañarse era un privilegio en esos tiempos, pensaba Olivia mientras secaba su cuerpo después de haberse limpiado con unos paños húmedos y volvía a vestirse. Extrañaba las duchas de agua caliente, extrañaba sus productos y peinarse el cabello todos los días. Había demasiadas cosas que comenzaba a extrañar del futuro y su familia encabezaba la lista.

—¿Necesitas ayuda?

Aceptó que Madison le ajustara el corsé a su cintura y la ayudara a peinarse para su viaje a la ciudad. Estaba un poco emocionada, no sabía exactamente que esperaba de una ciudad en pleno siglo diecinueve, pero quería creer que tal vez encontraría alguna respuesta o una solución a sus problemas. Quizás algo la guiaría de regreso a casa.

—Cuídate mucho en la ciudad ¿vale? Te has vuelto como un miembro más en la familia y lo último que desearía es que algo malo te suceda —. Asintió con una sonrisa y la abrazó—. Y cuida de papá también.

—Lo haré, ustedes cuídense aquí en la casa y si los ladrones vuelven, intenten no salir ¿sí? Es más seguro de esa forma.

—Lo sé, tan solo desearía que pudiéramos deshacernos de ellos de alguna forma —. Abrió la puerta de la habitación de baño, donde estaba la tina que rara vez usaban y salieron hacia el salón—. Nos han arruinado ¿sabes? Robando ese dinero y el reloj de papá...Pero no voy a angustiarte con esas cosas, ya has vivido suficiente.

Madison le dio un beso en la mejilla y se marchó hacia sus hijos para llevarlos al huerto y que la ayudaran con los cultivos. Olivia terminó de aprontarse en la sala. Riley le había dado un buen vestido para su viaje a la ciudad, que era de color marrón liso, se abrochaba con unos botones al pecho y cuya falda se ataba en la espalda sin que el cordón se viera. Era sencillo, pero más elegante que aquello que usaba en la granja e incluso un poco más largo aunque no demasiado o se ensuciaría en la tierra. Y en Dallas habría mucha tierra. 

Colocó la manta sobre sus hombros para protegerse del frío durante el viaje y se encaminó hacia la puerta, donde se detuvo antes de asomar.

—¿Qué vamos a hacer, James? La comida no alcanzara, no con otra boca que alimentar.

—No la dejaré en la calle, Riley. Ella no podrá sobrevivir sola. 

—Pero nosotros no sobreviviremos si ella se queda.

—Claro que sí, amor, hemos atravesado cosas peores tu y yo, podemos con esto.

Olivia escuchó desde detrás de la puerta y miró por la ranura como James tomaba las manos de Riley en las suyas y besaba sus nudillos.

—Ya no somos los jóvenes que solíamos ser, James y me agrada Olivia, de verdad que sí...Pero hay mucho trabajo en la granja y ella no sabe hacer mucho.

—Aprenderá, nosotros le enseñaremos y seguro puedo conseguir a alguien en la ciudad para que nos ayude.

—¿Y pagarle cómo? James, por favor...

Vidas cruzadas: El ciclo. #1 TERMINADA +18. BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora