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Cuando los Seward llegaron para la cena los niños se alegraron por volver a encontrarse con los amigos que habían hecho durante aquel viaje en agosto, así que no los detuvieron de correr a recibirlos y comenzar a jugar. Olivia abrazó a la señora Seward y Jonathan estrechó su mano sana con Trace Seward y los invitó al salón.

Para esa noche, Olivia se había puesto uno de sus mejores vestidos (de los que conservaba de su tiempo en la mansión) y también había aprontado la mesa con esmero siguiendo las indicaciones del libro de cocina que la señora Solomon le había regalado.

—Que hermosa casa tienen.

—Muchas gracias, Lisha. Tomen asiento que yo traeré la cena.

Olivia se fue hacia la cocina y los niños también se sentaron en la mesa del salón. Jonathan y el señor Seward comenzaron una charla de políticas, discutiendo la votación de esa mañana y los partidos puestos en la mesa; rápidamente quedo evidenciado que Trace Seward apoyaba a Lincoln tanto como Jonathan y eso los unió un poco más.

—¡Oh, guau, Olivia, que excelente comida!

Se emoción con la alegría en el rostro de Lisha y le agradeció.

—Ha sido un trabajo familiar, los niños y Jona me han ayudado.

—He confirmado que soy el desastroso cocinero que siempre pensé era —. Los tres se rieron y Olivia se sentó a su lado y comenzaron a servirse—. ¿Cómo han estado este mes?

—Al principio no muy bien, pero tuvimos suerte ¿verdad, querido?

—Así es, encontré una buena oferta en el periódico y me lancé por ella.

—Habla de un local —aclaró Lisha—. Curioso porque él nunca lee las promociones del periódico, pero justo ese día se le dio por echar un vistazo y lo encontró.

—¿Así que ahora tienes un local? —. Seward asintió con orgullo—. Felicidades para ambos.

Brindaron por ellos y durante la comida Jonathan y Seward hablaron del trabajo, política y el aumento de robos en la ciudad y Olivia y Lisha charlaron a veces con los niños y otras veces entre ellas sobre la casa, la cocina y otras cosas triviales. Lisha tenía algunas recetas que se interesaba en compartir con Olivia y cuando le pidió la receta de la comida, Olivia le recomendó el libro que la señora Solomon le había regalado.

El ambiente en la mesa cambió cuando escucharon que los hombres hablaban de una guerra.

—Indudablemente va a suceder. No sé si ha leído lo que el Sr. Stephens dijo al respecto, señor Morgan.

—Lo leí, sí...Aseguró que habría una revolución, pero yo honestamente espero podamos hacer entrar algo de razón al sur y que no suceda.

—Espero lo mismo que usted, en estos momentos lo último que deseo es ir a una guerra.

—No sucederá, querido, no pienses en eso —. Lisha tomó la mano de su marido y forzó una sonrisa—. Suficiente hablar de temas tan tristes, ¿Cómo han estado ustedes? ¿Qué novedades hay?

—Hemos estado muy tranquilos. Jona tiene un trabajo en el banco y los niños han estado estudiando, así que me alegra decir que hemos estado bien.

—¿Y cuantos años es que ustedes llevan juntos?

—Oh, un año —mintió Olivia, era más fácil recordar la fecha si era la correcta a excepción del año—. En octubre del cincuenta y nueve fue.

—Que belleza y se ven tan bien juntos y tan enamorados. ¿No crees que se ven muy enamorados, querido?

Vidas cruzadas: El ciclo. #1 TERMINADA +18. BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora