Jonathan la siguió llevando una lampara de alcohol en su mano y asegurándose de mantener el ritmo de sus pasos. Estaba oscuro y la temperatura había descendido considerablemente, pero a Olivia no parecía importarle, iba decidida hacia el gazebo del jardín, que se encontraba al otro lado del terreno del señor Morgan.
—Ve más lento o terminarás tropezando.
Ella no le escuchó y no se detuvo hasta que llegaron al gazebo y pudo apoyar sus manos en la barandilla de hormigón y exhalar todo el aire acumulado.
Jonathan dejó la lampara colgando de un gancho que había en el techo y se acercó por la espalda.
—¿Qué sucede?
—Siento que me estoy asfixiando —sollozó.
—¿Asfixiando? ¿Puede que sea el corsé? ¿Quizás está muy apretado?
—No, no, el corsé está bien...Es todo esto, Jonathan, todos los riesgos, las decisiones...El constante miedo de no saber si hago lo correcto —. Se giró y apoyó su cuerpo contra la barandilla—. Llevo toda la noche y todo el día pensando sobre tu propuesta...Sobre casarnos para garantizar el bienestar de los niños.
—De acuerdo ¿y cuál ha sido tu conclusión?
—Que debo hacerlo...Debemos. Ellos están tan felices aquí que sería egoísta obligarlos a volver a donde estábamos antes, sería como retroceder todo lo que nos costó meses alcanzar —. Acarició su vientre por sobre el vestido y comenzó a negar—. No puedo volver a verlos pasar hambre, Jonathan, me destrozaría...Y Adrian se divirtió tanto en la escuela que...
—Shh, respira —. Él se acercó a ella y sujetó su mentón para levantarle el rostro—. No debes decidir todo ya.
—Tengo qué, porque tu madre irá a comprar los vestidos mañana y los padres de Marla también están preparando a esa pobre niña. Y de tanto pensar, decidí que estoy dispuesta a casarme contigo, pero —continuó, antes de darle el tiempo de emocionarse—. Primero hay algunas cosas que debemos hablar.
El ceño de Jonathan se arrugó ante la confusión, pero no objetó nada al respecto y aceptó escuchar.
—Aunque será mejor que te sientes.
Eso activo algunas de sus alarmas, pero aun así obedeció y se acercó al banco de hormigón y tomó asiento en la penumbra del gazebo.
Olivia llenó sus pulmones de aire esperando que eso le diera valor y se sentó a su lado.
—De acuerdo, primero...Debes saber que no soy virgen.
Él arrugó aún más sus cejas y giró su cuerpo hacia ella, claramente sorprendido.
—¿No? —. Olivia negó—. Oh, vaya...¿Estuviste casada?
—No, Jona...Jamás lo he estado.
Él se quedó mirando el suelo con el ceño fruncido y se aclaró la garganta.
Conocía mujeres que perdían la virginidad antes del matrimonio, pero normalmente no eran señoras educadas y correctas como Olivia, sino prostitutas, criminales o tan pobres que ya dejaban de preocuparse por lo que era correcto o no.
—Entonces no comprendo, cuando estábamos en Louisville me rechazaste porque lo eras.
Los nervios de Olivia aumentaron y tuvo que dejar de mirarlo a los ojos para que no la consumiera el pánico. ¿Cómo se lo decía? Comenzó a preguntarse y su pierna se agitó nerviosa debajo del vestido.
—Sí, respecto a eso...mentí, pero juro que tenía un motivo para hacerlo.
—¿Temías que te juzgara? Porque sí eso es lo que te preocupa, te aseguro que jamás lo haría.
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Vidas cruzadas: El ciclo. #1 TERMINADA +18. BORRADOR
Historical FictionOlivia Eades es psicóloga y periodista con una vida hecha en el 1970, con su madre y hermano, sin deseos de casarse o tener hijos, sin preocuparse por la comida que todos los días tiene en su mesa y sin tener que luchar cada segundo para sobrevivir...