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13 de abril 1865

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13 de abril 1865.
Bratsberg, Minnesota.

Jonathan bajó a Liam del caballo antes de hacer lo mismo y Adrian los alcanzó después de atar el Tennessee de su madre a uno de los postes, lo último que quería era perder al animal y que Olivia lo matara. Se acomodó el cabello subiendo los escalones hacia la casa de la señora Hobbes y se regresó para mirar a su padre y acomodarle también la remera y el chaleco.

—Adrian...

—Perdón, pero debes causar buena impresión, papá.

—¿Vas a casarte con esta señora Hobbes?

—Eww, podría ser mi abuela.

—Entonces no debo causar ninguna impresión.

Sujetó a Liam de la mano para que no se le alejara y golpeó la madera con sus nudillos.

Lo primero que la señora vio al asomar fue a Adrian y su sonrisa se borró, luego notó que Jonathan estaba detrás de él y se obligó a sonreír. Normalmente, le gustaba recibir a Adrian en su casa, comer pasteles y hablar de libros juntos, también le gustaba que el niño la ayudara a limpiar un poco y jugara con sus gatos, pero desde esa mañana ciertos rumores habían llegado desde French Island y no traían nada bueno.

—Buenas tardes, señora Hobbes ¿recuerda que le hable de mi padre? Pues se lo presento, Jonathan Morgan, padre, ella es la señora Hobbes.

Jonathan saludó a la mujer inclinando la cabeza y notó que ella no los recibía con toda su hospitalidad.

—Señor Morgan, Adrian...que bueno verlos.

—Le he traído algunos libros —comentó Adrian y rebuscó en su bolsa de tela—. Pensaba que podrían gustarles y hacer un cambio, ya me los leí dos veces.

La señora Hobbes forzó una sonrisa y balbuceó un poco en lo que ideaba una forma ingeniosa de rechazarlos.

—Adrian...querido, sé que nos divertimos mucho hablando de libros, pero...Tu hermana...Bueno, las cosas que dicen de ella, realmente no es lo mejor para mí que me vean con ustedes.

Jonathan apretó los labios y los relamió comenzando a curvarlos en una sonrisa cínica.

—Pero...Pero usted es mi amiga.

Miró hacia Adrian y la sangre comenzó a hervirle de verlo dejar caer los brazos, completamente decepcionado.

—En serio lo siento...Yo...Está bien, cambiemos libros, pero no pueden pasar, esperen aquí.

La puerta se cerró en sus narices y Adrian bajó la vista hacia los libros en sus manos y luego la alzó hacia su padre.

—Ella era mi amiga...

—No llores, Adrian —ordenó con firmeza y le apretó suavemente el hombro—. Debes ser fuerte y no llorar.

Hizo el gran esfuerzo de obedecer, pero se le hacía difícil cuando durante los últimos años se había vuelto rutina para él que su hermano lo llevara a visitar a la señora Hobbes y lo dejara todo el día con ella antes de volver a buscarlo para regresar a la casa.

Vidas cruzadas: El ciclo. #1 TERMINADA +18. BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora