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El viaje bajo el rayo del sol con dos niños no era sencillo.

Olivia pasó la mayor parte del trayecto mirando sobre su hombro para asegurarse de que ambos estuvieran bien bajo la sombra de una manta y el resto lo pasó intentando no caer del caballo desmayada. Eli y Adrian habían dejado de llorar hacía algunas horas, poco después de que dejaran la granja atrás, pero se negaban a hablarle o responderle cuando les preguntaba cómo se sentían. Su vida no la había preparado para ninguna de esas cosas, pero especialmente no la había preparado para tener que decirles a dos niños que sus padres no volverían por ellos y que sus abuelos tampoco, que estaban varados en un mundo cruel con una mujer inexperimentada y al borde de morir deshidratados y hambrientos.

Hubo momentos, durante el camino, que temió haber cambiado de rumbo en un segundo de distracción y que estuvieran alejándose de Jonathan en lugar de ir hacia él. Sabía que sí ese resultaba ser el caso, entonces no sobrevivirían la noche en el bosque.

Cuando el sol se ocultó el viaje se volvió considerablemente más ligero, sin el calor cocinando su cabeza y a los niños en la carreta, entonces podían viajar un poco más rápido y su caballo no se cansaba.

Se adentró por el bosque que quedaba a unos considerables kilómetros de Waco y a tan solo unos minutos del pueblo Ennis, anduvo más lento agachándose entre las ramas y siguió la única fuente de luz que se perdía entre los árboles hacia un campamento. Las voces se hicieron lentamente más altas a medida que se acercaban y los hombros de Olivia comenzaron a relajarse de alivio, habían cabalgado todo el día, los niños solo habían comido una manzana y no tenían agua, le dolía la cabeza por el sol y estaba segura de que Adrian comenzaba a tener fiebre.

—¿Quién anda ahí?

Una sombra masculina apareció de entre los árboles y apuntó con un rifle hacia ella.

—Mi nombre es Olivia Eades, señor, por favor no dispare...Vengo con dos niños.

—¿Usted sola y dos niños? —. No quiso responder por temor, pero el hombre tampoco espero que lo hiciera—. Está muy lejos de la ciudad, señora, debe regresar por el camino.

—No me dirijo a la ciudad, señor, busco a Jonathan Morgan.

El hombre emergió de entre los árboles por completo y se acercó a ella.

—¿Qué quiere con Jonathan Morgan?

—Confío en que él pueda ayudarnos.

Cuando el hombre la sujetó del brazo y tiró de ella para bajarla del caballo, su cuerpo impactó violentamente contra el suelo, golpeando su pierna en la caída y un pequeño forcejeó se formó entre ellos cuando la obligó a enderezarse y tiró de ella hacia el campamento. Olivia se resistió por un momento y miró sobre su hombro hacia los niños cuando otro hombre los bajó agarrándolos de la camisa y los hizo caminar con ellos.

—¡No los toque, maldito infeliz! —. Lanzó manotazos al aire en un intento por soltarse y correr hacia Adrian quien lloraba, pero no tuvo caso—. ¡No los toque!

Kyle la empujó hacia el suelo cuando llegaron a la luz de la fogata y Olivia no perdió tiempo para ponerse de pie y correr hacia los niños. Abrazó a Adrian contra su pecho, alejándolo de aquel asqueroso y enorme hombre y sujetó la mano de Eli, a pesar de que él estuviera enojado con ella, para que no se alejara.

El altercado y el miedo hicieron que su corazón comenzara a golpear agresivo contra su pecho y su respiración se aceleraba.

—Nos iremos ¿vale? No les causaremos problemas, por favor...

Kyle escupió en la tierra y la miró relamiéndose los labios.

Era intimidante, pero no tanto como el rifle en sus manos y el hecho de que ella hubiera dejado el suyo en el caballo. No que hubiera sabido como usarlo adecuadamente y más rápido que esos hombres, pero al menos tenerlo cerca le habría proporcionado cierta tranquilidad.

Vidas cruzadas: El ciclo. #1 TERMINADA +18. BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora