Antes de la boda

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Para ser sinceros nunca pensé en enamorarme, menos en casarme, yo durante mucho tiempo solo quise ser una kunoichi, acompañar a papá y mi hermano en el campo de batalla, saltar por los árboles, aprender jutsus, ir a misiones, viajar, conocer el mundo.

Pero no fue así, no se pudo. Mi cuerpo no fue suficiente, todo un fastidio. Así que seguí el sueño de mi hermano y me dejé llevar, me convertí en una nube y me dejé arrastrar por el viento. Y ese dejarme llevar me trajo una sorpresa.

Genma Shiranui.

Y aquí estamos, a menos de cuatro horas de mi boda, con mi madre gritando por todos lados mientras mi padre y mi hermano están aquí, acompañándome en mi habitación, jugando shogi. Y yo frente a un espejo viéndome sin poder creer que a pesar de la resistencia que en un principio pusieron mis padres y hermano, voy a casarme.

Siento que es la primera vez que estoy haciendo algo que de verdad quiero.

-¿Nerviosa, pequeña?- pregunta mi padre intentando lucir sereno aunque él está más nervioso que yo, no deja de verme, ni siquiera puede concentrarse en su juego, tal vez es porque  dentro de una horas dejaré de ser Nara para ser Shiranui, decisión mía.

-Para nada papá- digo mientras me giro para verlo a él y mi hermano.

-¿Cómo me veo?- pregunto con una enorme sonrisa.

Ninguno de los dos habla, solo me miran, sus miradas me revelan que están entre sorprendidos, felices y tristes.

-No te ves mal, pero tampoco eres la gran cosa- dice Shikamaru al mismo tiempo que esquiva un golpe de papá.

-Sin duda alguna eres y serás la novia más bella del mundo- dice papá.

-Todavía puedes arrepentirte. ¿Sabías que tu futuro marido tiene un largoooo historial de exnovias?-

-Sí, Shikatonto. Sí- digo mientras intento darle un golpe pero no puedo porque casi me tropiezo con el frente de mi kimono y de no ser por mi hermano ya estaría en el suelo.

-Recuerdo que él fue el árbitro en los combates finales de mi examen chunin... ah y sus compañeros de equipo fueron Ebisu y Guy, y su sensei el papá de Choji-

-¿Y cuál es el punto, Bakamaru?- digo mientras alzo mi falda y me acerco amenazante.

-¡Qué cuando nacimos él ya era un chunin!- dice y se oculta detrás de papá riendo.

-Niños, ya por favor, compórtense, están peleando como cuándo tenían cuatro años- grita papá fastidiado por unos segundos, para después sonreír por recordar esos tiempos.

Nuestro momento lo rompe mamá que entra preocupada por el escándalo que armamos.

-Shikamaru, deja a tu hermana en paz y tú... ¡por Kami!, no tiene ni 20 minutos que te dejé y ya te estás despeinando, vamos, todavía puedo arreglarlo- dice mi madre mientras me ayuda con el kimono y salimos para 'corregir' el desperfecto.

-¡Mamá tranquila! no pasa nada- digo riendo mientras insiste en reacomodar mi pelo aunque luce igual. En realidad creo que ella está más nerviosa que yo y busca cualquier pretexto para mantenerse ocupada.

-Yoshino, calma. Yo estoy bien, mejor ve con papá o Shikamaru, ellos sí están nerviosos-

Ella me ve y me abraza fuertemente.

-¡¿Cómo quieres que esté?!, eres mi única hija, eres tan pequeña, te falta mucho por vivir... y ahora tú- mi madre comienza a derramar lágrimas.

-Hija, por favor ¿estás segura? Si te estás casando porque estás embarazada

-¡Yoshino!, ¿cómo se te ocurre pensar eso?- pero ignora mi reclamo y continúa.

CervatillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora