Luna de miel

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Las siguientes semanas fueron de puro amor,  ella disfrutaba de esta nueva etapa mientras Genma aprovechada cada instante para amar desesperadamente a su esposa.

-Genma... amor, espera...

-Mi Cervatilla no pidas que me detenga cuando ya me tienes así- reclama el chico mientras tiene a su esposa recostada en la mesa del comedor con las piernas abiertas y él en medio frotando por encima de la ropa su miembro contra ella.

La chica ríe, toma el rostro de su esposo y le clava un beso, mientras él continúa desabrochándose el pantalón con una mano y con la otra hurga debajo de la falda de su esposa.

- Genma- dice al detenerse y mirarlo. Él le pone rostro de cachorros triste, haciéndola reír.

-Bueno, pero no te tardes mucho- responde mientras comienza a desabotonarse su blusa.

-Viniste a comer-

-Y eso haré, voy a comerte- el chico sigue besándola, ella responde sus besos y demás acciones. Para eso momento a su esposo ya le estorban las bragas de su esposa, las cuales se las quita y lanza.

-Genma, ¿y si llega alguien? ni siquiera me dará tiempo de bajar por ellas.

-Entonces ya no uses- dice el chico mientras sigue besándola.

La Cervatilla se ríe y se deja llevar por su esposo,  amándose intensamente pasaron varios minutos, aunque el chico va de poco a poco, sabe que debe ir despacio pues no tiene mucho que inició a su esposa en las artes amatorias y ella apenas se está acostumbrado a él.

-Cervatilla, dime si todo va bien-

-Mmmmju- susurra mientras se relaja y se mueve suavemente.

La Cervatilla se aferra al cuerpo de su esposo sin poder emitir ninguna palabra más allá de intensos gemidos que revelan que se la está pasando muy bien. Tras un rato así, su marido termina y la coloca suavemente en la mesa para que se relaje.

Ella se abotona nuevamente su blusa mientras su marido busca con que limpiar el desastre que dejó en su esposa.

-A la izquierda, ahí está lo que buscas- dijo al verlo torpemente buscar en la cocina algo para limpiar a su esposa.

Tras ayudarla a limpiarse, recoge sus bragas y se las pone, baja su falda y suavemente la ayuda a levantarse.

-¿Ves?, aquí no pasó nada Cervatilla y todavía nos quedan 20 minutos para comer- asegura mientras le da un tierno beso en los labios.

-Genma... te amo- dice antes de bajar de la mesa y dirigirse a la cocina a servirle algo de comer.

-Esto huele delicioso Cervatilla- dice mientras la abraza y espera a que le sirva algo de comer. Ambos comen y hasta la chica tiene tiempo para contarle un chisme.

-Por cierto, Kurenai ya eligió nombre para su bebe, se llama Mirai-

-¡¿Qué?!, ¿cómo sabes eso?-

-Ayer me tocó revisión y antes de mi pasó Kurenai, llevó a consulta a su bebé, es hermosa.

Por algunos segundos Genma luce sorprendido, pero de inmediato se espabila y centra en lo que le importa de verdad.

-¿Fuiste al doctor Cervatilla?, ¿por qué no me dijiste?, ¿todo bien?, ¿te sientes mal?- dice mientras se le acerca, toca su frente y observa su rostro evidentemente preocupado.

Shikara se ríe por la exagerada preocupación de su esposo.

-Sí Genma, todo bien, era mi revisión de rutina y...- afirma con cierta felicidad en el rostro

CervatillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora