Hospital

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Lo último que recuerdo es que papá y mamá fueron a visitarme, después me caí de las escaleras. Ahora sé que llevo dos semanas en el hospital y tuve tres fracturas, una en el brazo, otra en la pierna y una más en la mi muñeca, en realidad nada de gravedad. Lo de siempre.

También se que mi corazón cada vez late más lento, nadie se explica porque, para mi no hay dudas que es porque extraño a Genma. Necesito verlo y saber que está bien.

El día que desperté vi a Shikamaru conmigo, pero en ningún lado veo a Gemma, yo solo me pongo a llorar.

-Hasta que despiertas berrinchuda- dijo sonriendo y acariciando mi pelo.

-¿Cómo te sientes?, ¿Te duele algo?-

-Shikamaru, ¿dónde está Genma?-

Mi hermano guarda silencia y solo me ve, sabe que eso es lo único que quiero saber y tras pensarlo un rato habla.

-La verdad, no lo sé. Raido se encarga de sus funciones, a él solo lo he visto dos veces, creo que ni siquiera está aquí-

-Gracias Shikamaru-

Minutos después llegó mi madre quien no dejó de abrazarme y besarme, luego entró papá, se veía bastante aliviado al ver que desperté.

-Shikara, ¿cómo estás?-

Yo solo lo veo y soy contundente en mis palabras.

-Quiero ver a Genma-  mi padre lució bastante molesto pero no dijo más, mientras mi madre se sentó a mi lado y comienzó a hablarme de cosas que no me interesan. Más tarde entraron los tres doctores que desde pequeña me atendían. Esta vez no traen buenas noticias, mi corazón está muy débil y su ritmo es más lento.

Ellos hablan y hablan, tienen varias teorías de porque pasa pero ninguna se ajusta a mi tan perfecta salud que tuve hasta hace unas semanas, pues todas se relacionan con padecimientos que no tengo.

-Tenemos una última pero conociendo al desastre que es su hija, es muy difícil creer algo así- dijo uno de los doctores mientras tocaba mi cabeza.

-¿Cuál es?- preguntó papá.

- Pues que ha decidido dejar de pelear por su vida, simplemente ha decidido comenzar a dejarse ir... pero eso no es posible, no con ella-

Papá y mamá se me quedan viendo, yo creo que el doctor tiene razón, si no puedo estar con Genma ya no me interesa nada.

Un día después me dieron de alta, ahora para mayor seguridad estoy en una silla de ruedas, mi nueva rutina es ver el estanque, el jardín y los árboles.

Cada tarde papá o mi hermano me llevan cargando a mi habitación después de cenar y cada mañana papá entra a despertarme.

-Shikara ¿cómo te sientes?- dice papá.

Yo solo me giro del otro lado, esa es mi nueva forma de decir que todo está normal, ya ni siquiera le pregunto por Genma, no tiene caso, nunca responde.

Desde que regresé ya no me dejan sola, si mamá tiene que salir voy con ella, algo que me parece completamente innecesario.

-Mamá- digo mientras cepilla mi pelo y escoge un lindo vestido que me compró hace poco.

-No tengo ganas de salir, si quieres déjame amarrada a la cama o con la silla frente al patio, pero no quiero salir-

-El día es lindo. Vamos, no puedes pasar todo el día encerrada-

-Entonces ponme un gorro o una pañoleta, cubre mi pelo-

-No Shikara, hace calor-

-Entonces déjame aquí-

CervatillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora