Cervatilla

Internado

- Papá, dile a mamá que no me quiero ir, dile que me voy a portar bien- dije entre sollozos a mi padre mientras me tenía en sus brazos consolándome, a pesar de todo lo que hacía él nunca me regañaba.

-Lo siento Shikara, está vez yo no puedo hacer nada. Tu madre tiene razón- dijo con pesar.

-Pero fue un accidente, yo solo quería

-Un accidente que casi te mata, si no fuera por Kakashi tú ya no estarías aquí. Yo no estoy listo para ir a tu funeral-

-Papá, yo me quiero quedar aquí- insistí llorando tratando de conmover a mi padre, el nunca fue  bueno regañándome, esa era tarea de mamá.

-Lo siento mucho Shikara, estamos haciéndolo por tu bien-

-¡No es cierto! Ustedes ya no me quieren, mejor regálenme o dejénme vivir sola como Naruto-

-Naruto esto, Naruto el otro... ¿no crees que hablas mucho de él?-

-Es mi amigo-

-¿Desde cuándo?-

-Desde que me desmayé en la Academia, él se escabullía y me iba a ver al hospital. Ahí me contó que vive solo y puede hacer lo que quiera- dije emocionada a mi padre, pero al contrario él no lucía nada contento.

-¡Qué bueno que me dices que la seguridad del hospital no es buena!... tendré que revisar eso con el hokage- dijo mientras yo seguía en sus brazos, pero sin éxito alguno, al parecer no iba a cambiar de opinión.

-Entonces, ¿qué te parece una fiesta de despedida con tus amigos?-

-No... bueno... llévanos a comer a Naruto y a mí-

-Claro, Naruto también puede ir a tú fiesta... ¿a quién más vas a invitar?-

-Naruto es mi único amigo, el resto solo me habla por el baka de mi hermano-

-Sí bueno... eres muy pequeña para eso-

-¿Eh?- dije sorprendida

-Olvídalo pequeña-

Al final no pude convencer a papá, dos semanas antes de que terminaran las vacaciones mi mamá, papá y Shikamaru me acompañaron a la ciudad del Fuego a dejarme al internado.

Antes de eso mi papá cumplió y me dejó invitar a Naruto a comer, él nos acompañó todo el tiempo, hasta le molestó que me arreglara y dejara ver mi pelo, le pareció muy raro. Yo lo hice porque cerca de Naruto nadie se me acerca, todo mundo lo aleja. Él es muy valiente, está solo y no le importa nada de lo que digan.

Fuimos a comer a Ichiraku, después dangos y helado, hasta pasamos a jugar a aventar shurikens en un puesto, yo no gané nada, Naruto un oso grande que me regaló.

Naruto también se veía feliz, he visto que la gente lo trata mal, pero ahora nadie decía nada pues mi padre iba con nosotros, nadie quería enfrentar al comandante Nara.

Cuando estábamos en el parque columpiándonos, papá vio pasar a Chouza e Inoichi y fue con ellos.

-Vaya, Shikaku ¿será que la pequeña Shikara tiene una cita y has venido de chaperón?- dijo burlón Chouza.

-No, solo quiere despedirse de su amigo, en dos días se va a un internado-

-Entonces nada hizo cambiar de opinión a Yoshino- agregó Inoichi y los tres rieron.

-¿Y cómo es él?- preguntó el Yamanaka sin dejar de vernos, sorprendido de que Naruto se bajó de su columpio para empujar con todas sus fuerzas mi columpio.