Prologo

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Hanna

Con cada golpe mi cuerpo se mueve en sincronía, no logro distinguir los rostros de cada persona delante de el escenario, mayormente figuras masculinas.

Como siempre.

Mis manos se deslizan sobre mi abdomen a en sincronía con cada compas de la canción ¡Joder! Ni siquiera me importa las ganancias que esto pueda recaudar, hace bastante dejo de importarme, las miradas, los gritos acompañados de piropos, solo podía enfocarme en una sola cosa, en la coexistencia de mi cuerpo y la música.

La liberación.

Entre la multitud de rostros agitados había una cara nueva, desde hace bastante tiempo las personas que recurrían aquí eran frecuentes, familiares con el ambiente, con la asfixia después de salir del escenario. Ella era nueva, sin mencionar que era de las pocas mujeres que pisaban este club.

Su rostro no mostraba absolutamente nada, nada de lo que pudiera hacer podría cambiar ese aspecto de compostura que contrastaba con su vestimenta, un top deportivo de color gris y cabello pelinegro descuidado, ella sería un desafío.

Afortunadamente para ella yo amaba los desafíos.

Mantendría mi mirada enfocada en ella mientras mis manos seguían en la barra de metal bajando sutilmente mi cuerpo mientras mi espalda se encorvaba un poco.

Nada, aun nada.

Mi coreografía era similar a las demás, nunca hacíamos demasiado, esto era más que suficiente para los hombres divorciados que asistían con regularidad, sin embargo, ella no era como ellos.

¿Por qué estaba aquí?

Odiaba que nada pudiera encender algo en ella, sus labios eran una fina línea sin expresión, la odiaba, ni siquiera sabía su nombre, pero ¡Carajo! ¿Qué tenía que hacer?

Caí en mis rodillas para abrir mis piernas un poco y lentamente acercarme a la orilla al centro del escenario.

Tomaría suavemente su mandíbula obligándola a mirarme, generalmente nadie en el Club tenía contacto con los clientes a excepción de que ella lo decidiera así.

Yo había elegido.

Podría haber jurado que por los más breves instantes algo se encendió en sus ojos, acercaría mis labios a los suyos, rozándolos con un toque de intimidad, ni siquiera me tomaría un segundo para mirarla antes de tomar con fuerza uno de los tirantes de su top y guiarla hasta la barra de metal al centro del escenario.

No tomaría más de unos segundos para que más billetes cayeran a nuestros pies, no me molestaría en mirarlos. Su piel contrastaba contra su cabello negro que caía hasta sus hombros, aunque era por unos cuantos centimitos más alta que yo, podría arreglármelas.

Mi cabeza descendió ligeramente mientras comenzaba a bailar contra ella, con solo una barra como barrera entre nuestros cuerpos, por alguna razón tenia habilidad, no necesitaríamos una coreografía, nuestras figuras se sincronizaban con la música de una manera tan natural.

Pero aun nada.

Su rostro seguía impenetrable. Tomaría sus muñecas mientras la arrastraba hacia mi, mientras me movía contra ella y aunque tardo un poco en reaccionar en unos pocos segundos nuestros cuerpos estaban simultáneamente. Ladeo su cabeza para dejar expuesta una parte de su cuello, me acerque embriagándome de su olor y dejando salir un jadeo que ella claramente escucho, sus extremidades se tensaron haciendo que el agarre en mi cintura se ajustara, otro pequeño jadeo ante la fricción de nuestros muslos mientras continuábamos moviéndonos.

Dangerous Woman – Ariana Grande

Parecía que conocía la canción, cada compás, absolutamente todo. Las ultimas notas sonaron y me llevo unos segundos separarme de ella.

– ¿Por qué estás aquí? –Pregunte mientras la arrastraba detrás del escenario, era hora de que otra hiciera su presentación, como la rutina de cada noche.

– Debía de suponer que tenías demasiada confianza...Si haces eso con todos los clientes nuevos –Su tono dejaba en claro que no quería tener que dar explicaciones a una persona que conocía hace unos minutos. – No son tus asuntos. ­–Anuncio finalmente.

– No reprochaste en el escenario, no hay necesidad de quejarte

– ¿Había la necesidad de casi cogerme en el escenario? ­–No, no la había, pero lo quería hacer.

Siempre obtenía lo que quería, ella no era la excepción.

BloodstreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora