Jinetes de Rohan

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Tres dias y sus noches llevamos persiguiendo a los orcos que se llevaron a nuestros pequeños amigos. Dejamos el bosque y corrimos por la meseta. Sin descanso recorrimos las tierras con la urgencia en nuestros corazones. Con la esperanza de que no sea demasiado tarde. 

Hallamos indicios, una hoja de Lorien, huellas que nos dejaron los hobbits para que sepamos que aun están vivos. Pero los orcos nos olieron y aceleraron el ritmo. Resistentes criaturas sin temor a la luz del sol, seremos afortunados si los alcanzamos antes de que lleguen a Isengard.

Llegamos a las llanuras de Rohan después de un largo viaje y en el momento en que vi las llanuras de  pastos verdes, me estremecí. Hay algo extraño en el aire. La influencia de la oscuridad ha llegado a estas tierras.

La vista privilegiad de los elfos nos ayudo a seguirles el rastro. 

Dos dias después de perseguirlos hasta el agotamiento, nos encontramos a los jinetes. Decenas hombres cruzaron frente a nosotros montados en poderosas bestias, armados con lanzadas, flechas y espadas filosas.

Aragorn confió en ellos y salió del escondite. Nosotros le seguimos.

-¡JINETES DE ROHAN! ¿Qué nuevas traen de la Marca?

Los caballos que ya nos habían pasado giraron bruscamente y en menos de lo que canta un gallo Decenas de guerreros nos rodearon, las puntas de sus armas apuntando a nuestras gargantas.

Espalda con espalda les enfrentamos, sin embargo Aragorn levanto las manos en señal de rendición. Solté el mango de mi sable pero no deje de estar alerta. En tiempos de crisis, los aliados pueden convertirse en enemigos. 

-¿Que asuntos trae a un elfo, un hombre, una mujer y un enano a la Marca?-un jinete se acerco, su rostro oculto tras un yelmo, el capitán se impaciento cuando no dijimos nada-Explicaos.

-Dadme vuestro nombre caballero, y les daré el mío-Gimli hablo primero. 

El jinete desmonto el caballo y se acerco mas a nosotros. Amenazante, dijo

-Enano te rebanaría la cabeza si se alzara un poco mas del suelo.

Legolas fue mas rapido. Preparo su arco y apunto una flecha a la cabeza del rohirim. 

-Estarías muerto antes de tocarle.-dijo y todos volvieron a sus poses de defensa.

-¡Parad!-tome el brazo de Legolas que sostenía el arco y lo baje después de lanzarle una mirada-Soy Augen del norte y el es Legolas del bosque oscuro. Pido disculpas.

- Yo soy Aragorn, hijo de Arathorn, y el Gimli hijo de Gloin. Somos amigos de Rohan y de Theoden, tu rey.

El jinete se quito el yelmo, su rostro estaba sucio y su cabellos rubios desordenado. Pero ni toda la tierra del suelo podía ocultar la pena y el dolor de sus ojos.

-Theoden no distingue amigos de enemigos, ni siquiera a los de su propia sangre-ante el movimiento de su capitán, las lanzas dejaron de apuntar a nuestras cabezas-Saruman tiene envenenada la mente del rey y reclama la soberanía de estas tierras. Mi compañía somos los leales a Rohan y por eso sufrimos destierro.

"El mago blanco es ladino, vaga aquí y allá según cuenta, como un anciano encapuchado y por doquier sus espías escapan a nuestras redes" 

El jinete miro a Legolas, sus ojos amenazadores y sus palabras daban un mensaje obvio. Inconscientemente me puse de pie frente al elfo y sonreí con cuidado para calmar un poco el ambiente.

-No somos espías, estamos persiguiendo un grupo de uruk-hai, secuestraron a  dos de nuestros amigos.

El jinete me miro de arriba a abajo, la duda en sus ojos. Legolas se tenso detrás de mi, agarro mi brazo y me empujo con cuidado hacia su lado. Lo mire, pero el estaba concentrado en los movimientos del jinete. Al final, el rohirim decidió hablar con su igual, Aragorn.

-Los Uruk ya no existen, los abatimos durante la noche. No quedaron sobrevivientes.

-¿Que?

Me congele y a mi memoria llegaron sus rostros. No puede ser...no puede ser...Si fuera mas fuerte, si no hubiera temido... ellos estarían con nosotros. Frodo y Sam seguirían con nosotros. Todos estaríamos juntos. Si fuera mas fuerte...

-Ondath -murmuro a mi lado.

-¡Pero había dos hobbits!-exclamo Gimli-¿No encontraron a los hobbits con ellos?

-Son muy pequeños-explico Aragorn-como niños a nuestros ojos.

El jinete negó con la cabeza.

-No quedo alma con vida. Apilamos los cadáveres y los quemamos-dijo señalando un lugar en la lejanía donde el humo se levantaba hacia el cielo.

-¿Muertos?-pregunto Gimli incrédulo.

-No puede ser...

Cerré los ojos, recordando todos los momentos que pasamos junto a los hobbits. Ellos trajeron risas en nuestra misión, alegraron nuestros dias y evitaron muchas veces con sus sencillos actos que me sumiera en la tristeza y la negatividad. Y les falle.

Un brazo cálido me rodeo, reconfortándome. Pero la pena es demasiado. Pedí tres compañeros, tres amigos por mi cobardía. Es mi culpa.

-Lau-negó la voz de Legolas-na thalion (no, se fuerte)

Asentí, agradecida por sus palabras. Agarre toda mi tristeza y la enterré en lo mas profundo. Aun tenemos cosas que hacer.

-Hantalë.

El jinete nos entrego dos caballos, deseándonos mas suerte que a la de sus anteriores amos. 

Al ser dos caballos, tuvimos que dividirnos. Gimli fue con Aragorn y yo monte al caballo blanco junto al elfo. Cabalgamos hacia la columna de humo, nuestros corazones latiendo con pena y vana esperanza.


La Dama de ForodwaithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora