La Dama de Forodwaith

La ratonera

Las altas murallas de Cuernavilla se alzaron frente a mis ojos. Imponentes. Fuertes. Carceleras. Una sola entrada, una sola salida. Y un fuerte repleto de refugiados, mujeres y niños, granjeros y mozos. Al entrar entendí lo que habían intentado explicarme antes. Porque la decisión del rey era tan mala. Acabamos de condenarnos nosotros mismos, nos hemos encerrado en una ratonera en espera de que venga el enemigo a devorarnos. Nos hemos ofrecido en bandeja de plata a Saruman.

Dicen que nunca han atravesado estos muros. Pero...siempre hay una primera vez. Ruego a la gran madre que esta no sea una de esas primeras veces.

Me uno a la gente, ayudando a llevar la comida a las cavernas. Un sitio oscuro y húmedo, un agujero en la montaña sin salida. Aquí es donde se encerrara todo aquel que no pueda luchar. Aquí nos esconderemos. Repartí mantas y comida, ayude a algunas madres a tranquilizar a sus bebes. Conocí a una joven envuelta en lagrimas silenciosas, que se mantuvo quieta en un rincón con la mirada perdida con el vestido viejo que lleva cubierto de sangre seca desde la altura del vientre hacia abajo. Oí a su madre explicar lo que le sucedía, su reciente esposo fue asesinado cuando atacaron su aldea y en la huida, superada por el dolor y el miedo tubo un aborto. Mas y mas historias trágicas llegaron a mis oídos mientras recorría los corredores de piedra del Abismo de Helm. La realidad de la guerra. Las atrocidades que provoca la oscuridad. 

Vi un grupo de niños, sentados al lado de un viejo burro, cada uno con media papa caliente en sus manos. Estaban quietos y silenciosos comiendo a pequeños bocados. No deben superar los ocho años, niños que debería estar riendo y haciendo travesuras, jugando y divirtiéndose. Me acerque a ellos sintiendo mi corazón apretarse cada vez mas cuando sus ojos sin vida se fijaron en mi con desconfianza. Me agache hasta estar a su altura y les sonreí con calma para transmitirles seguridad, decirle que no les haría daño.

Luego saque de mi saco la bola de nieve que solidifique en Carahdras y lentamente la deje en las manos del niño que acepto mi ofrecimiento. 

—Que fría—dijo dando un respingo cuando la bola de nieve toco su piel. La curiosidad despertó en los ojos de los niños y se acercaron para mirar mas de cerca.

—Es una bola de nieve mágica, un poderoso mago la hechizo para que jamás se derritiera—dije, inventando una historia dramática y colorida para entretenerlos—¿Les gusta? Pueden jugar con ella como si fuera una pelota.

—Gracias—dijeron con sus vocecitas agudas. Aunque no logre hacerles sonreír, la curiosidad y el anhelo en sus ojos se ve mejor que el vacío y el miedo de antes.

Subí a la muralla, un campo desértico rodeado por montañas se abrió ante mis ojos. Un valle hermoso, unas vistas increíbles y preciosas, de no ser por todo lo sucedido y lo que sucederá, por el temor que flota en el aire, el aroma a sangre y la incertidumbre que rodea a Cuernavilla, podría apreciar estas vistas como realmente se merecen. Pero tengo la sospecha de que jamás podre verlas con ojos apreciativos, si sobrevivimos a esto, la tragedia de este lugar, las imágenes de ahora quedaran grabadas en mi mente para siempre. Y si en un futuro mejor regresara, solo podría recordar los pasillos llenos de refugiados, de soldados cubiertos de sangre roja y negra, de niños sin padres hambrientos de hambre.  Solo recordaría el miedo y la perdida.

Respire profundo, calmando mi corazón que bombea con fuerza y enfrié mis turbulentas emociones. Repetí las reglas de los maestros de hielo como un mantra para estabilizar mi mente. Y cuando me sentí lo suficientemente estable, saque la flauta de su funda atada a mi cintura y lleve la boquilla a mis labios. Suavemente expulse el aire de mis pulmones el cual entro al tubo de hielo y salió como un suave sonido melódico. Con la guía de mis dedos, los sonidos cambiaros de tonos y ritmo, el mensaje se construyo en el aire y viajo con el viento hacia el norte.

Cuando acabe la canción, note la presencia de alguien a mi lado. Al voltearme encontré un par de ojos azules fijos en mi. Nuestras miradas se encontraron. Nos miramos por largos segundos en completo silencio. El viento acaricio nuestras pieles e inconscientemente recordé el tacto de su piel con la mía. Su rostro suave, sus dedos callosos por el uso de la espada y el arco.

—Hola—susurre después de un rato.

—¿Manen natye? (como estas)

—Luin

Legolas enarco una ceja.

—¿Azul?—pregunto en la lengua común. Enrojecí.

—Estoy bien—carraspeé—ned erin ross, teli ring (en dias lloverá, viene el frio)

Legolas miro el cielo despejado. De repente siento su mano sobre la mía. Lo miro con sorpresa, pero sus ojos están fijos en la flauta. Me trague la pizca de decepción y me sentí muy culpable por tener tales pensamientos en tiempos tan aciagos.

—¿Enviaste un mensaje a tu pueblo?—pregunto—era una canción muy triste.

—Si—asentí—los puse al tanto de los últimos acontecimientos y...me despedía por si acaso.

Nos quedamos en silencio por un rato mirando al sol esconderse lentamente. Legolas no soltó mi mano en ningún momento y mi corazón sufrió cada segundo.

—Indis— me llamo por el nombre que me habia dado y que hasta ahora solo el conoce, uniéndonos con un lazo único o al menos eso me gusta pensar—tul minna, Indis.(vamos hacia adentro)

Legolas me guio de regreso hasta el salón del rey, donde su majestad estaba sentado en un trono liderando a los soldados y organizando a los refugiados. Nos detuvimos en las puertas, las cuales se mantenían abierta con continuo movimiento de soldados y hombres entrando y saliendo. Gimli estaba cerca, afilando su hacha.

—mer lau tul ohta—(deseo que no venga la guerra)—mer omentielme ive ethuil... lau ohta—(deseo habernos encontrado tu y yo cuando las flores florecen, no en la guerra)

El aire abandono mis pulmones y mis ojos se llenaron de lagrimas. Tuve que convencerme de que mis odios no me han engañado y que mis ojos realmente están viendo el deseo en los suyos. El deseo de habernos encontrado en un momento mas oportuno. En anhelo... la pizca de esperanza que nececitaba para saber que no era la unica con tales sentimientos.

Tome su mano, aferrándome a el como mi único salvavidas. 

—Yo también—susurre con dificultad. Cerré los ojos un instante para reunir fuerzas y con una pequeña sonrisa y odiando el tiempo en el que vivimos pero sintiendo que el es momento correcto, confesé—wo ai nie.

Legolas frunció un poco las cejas y no pude evitar sonreír al notar su confusión. Vi como busco en su mente un significado a mis palabras sin encontrar ninguno, sin embargo no tuve el suficiente valor para decir su significado.

Un repentino alboroto reclamo nuestra atención. Grata fue nuestra sorpresa al descubrir la identidad del jinete solitario que llego a Cuernavilla.

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¡AIYA!

Como disculpas por la tardanza, publique dos capítulos con mucha información. En el cap "Nos Atacan" descubrimos las habilidades con el sable de Augen y algunos de los misterios de la magia de los maestros del hielo. Y en este cap...bueno, hay algunas confesiones interesantes, pero para seguir manteniendo prendida la llama Legolas no conocerá el significado de esas palabras después de mucho tiempo.

Ahora quiero hacer una aclaración. Las conversación en élfico, esas frases largas fueron armadas por mi con palabras que saque de un diccionario élfico. No se élfico y creo que gramaticalmente están mal, así que si alguien sabe no dude en dejármelo en los comentarios para que pueda arreglarlo. Y si tienen alguna duda acá les dejo el link del diccionario élfico que utilice: http://lambenor.free.fr/ardalambion/vocab.html

Bueno, eso es todo por hoy. No se cuando podre volver a publicar, la verdad es que hace unos meses empecé a trabajar, con el trabajo y los estudios y cuidar a mi abue el tiempo que tengo para mi es muy escaso. Hoy mi jefe me dijo que no tenia que ir así que aproveche para ponerme al día con las historias que tenia algo abandonadas. Disculpen por todo este tiempo y espero que les haya gustado estos caps. 

BYE

S.A.Z