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Me di cuenta que los capítulos están siendo algo cortos, así que intentaré hacerlos más largos para que sea más fácil y no tenga que haber más de los que tenía planeados.
Bueno en fin, gracias por leer<3

—¡Oliver!—llamó Daniel golpeando la puerta—¿Estás dentro? ¡Hera está contigo verdad puerco desesperado! bueno no es que me me oponga ni nada ¡¡el punto es que los estamos esperando afuera para ver lo que nos trajo Leyla!!— siguió tocando hasta que después de unos segundos se fue a paso rápido.

Maldita calentura, ¿qué se supone que estaba haciendo?

Oliver observo por un momento la puerta y después volvió a mi para seguir con lo anterior. Mi cuerpo, mi ser y sobre todo mi pobre vagina adolorida lloraban por más.

Eres una calenturienta de mierda

¿Qué puedo decir? nunca tuve un contacto así, creo que me gusto.

Pero recordé que Dani había dicho que Leyla quería darnos algo, así que sin pensar baje mi pierna de su hombro y ante eso el despego su cara y me dirigió una mirada confundida y un poco molesta.

—Nos llaman— le dije jugando con los anillos de mis dedos.

Volteó los ojos de fastidio y se tiró completamente al piso con una expresión dramática. Me arrodillé cerca de sus hombro y me agaché un poco para que nuestros rostros volvieran a estar a una mínima distancia.

—Vamos.

—Es difícil querer irse después de que me dejarás con el pene completamente recto y estés agachada de manera en que tus pechos cuelguen y rocen contra mi... me tienes muerto— susurró lo ultimo y después soltó un gran suspiro.

Me levante para vestirme y arreglarme el cabello, lo cual me tomo menos de diez minutos, camine hacia la puerta y ya estando ahí voltee a ver a Oliver.

—¿Ya?

—Si si, ya me estoy levantando.

Caminamos juntos de vuelta a la piscina y nos encontramos con Leyla, Daniel y Liam usando unas diademas de conejo. Leyla se la estaba acomodando a Dani el cual se veía que estallaría de la felicidad en cualquier momento y Liam estaba sentado metido en su celular con la diadema perfectamente puesta y su expresión fría como un hielo.

Nos sentamos en el mismo lugar de antes y Leyla nos pasó unas diademas a nosotros también.

—No usaré esto— dijo Oliver mirando con desagrado la diadema que le había dado ella —no quiero parecer un idiota.

—No necesitas una diadema de conejo para verte como un idiota, eso te sale natural— respondió después de aventarle la diadema en la cara.

Al final acepto el ponérsela no sin antes volver a entrar por un peine y acomodarse el cabello. Después de un rato todos lucíamos divinos con las suaves diademas.
Leyla y Daniel parecían ligeramente unidos, de igual manera ella se comportaba algo cortante y no parecía tenerle mucha paciencia al pobre Dani pero el hecho de que pudieran dialogar sin problema ya era un gran avance.

Cabeza de flan seguía ahí sentado sin emitir ninguna palabra o sonido, tenía la mirada clavada en las luces que colgaban de los pequeños pinos que tenía el patio. No se me hacía extraño, aunque hace mucho no hablábamos sabía que el se comportaba de esa manera, cuando éramos niños actuaba igual. Pero quería saber el porqué se había alejado hace años y sobre como se sintió después de eso, no solo quería saber el porqué me abandono, sino también que había sido de su vida. No me gustaba contar mis problemas y tampoco me gustaba escuchar los problemas de los demás, simplemente aveces me daba curiosidad.

Sueños profundos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora