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Bajamos todos a la sala he hicimos un fuerte en el sofá más grande para pasar la noche allí.

Fue muy complicado dormir, de hecho creo que ni siquiera lo hice. Entre las peleas estúpidas de Leyla y Oliver, los quejidos de Daniel diciendo que todo estaba muy oscuro y el humo del cigarrillo de Liam expandiéndose por toda la sala no pude pegar el ojo. Conseguí dormir dos horas, las cuales no fueron nada comparado a lo que necesitaba y estaba acostumbrada.

. . .

Shielside era realmente frío y todos los habitantes ya estábamos completamente acostumbrados, no se sorprendan si ven a un grupo de adolescentes en la piscina a medio día tomando cervezas heladas.

Todos se encontraban dentro jugando voleibol, incluso Liam, solo que el permanecía en una esquina con los brazos recargados mientras tomaba algo. Yo no tenía muchas ganas de meterme con ellos, me dolía la espalda y enserio tenía sueño, sin embargo me puse el traje de baño y por encima una playera que me había prestado Dani lo suficientemente larga como para taparme el culo. Permanecí en una de las mesas leyendo algo de la biblioteca de Oliver y comiendo las sobras de la ensalada de anoche.

—¡Hera ven!— grito Leyla agitando sus manos para llamar mi atención.

—No quiero.

—¡¿Pero por qué?!

—No me dejaron dormir por sus idioteces, no quieran que ahora acepte meterme con ustedes a jugar, no me interesa.

Leyla hizo su cara de berrinche y antes de que volviera a gritar Daniel la hundió junto con el. Oliver salió de la piscina y camino hacia mi moviendo su cabello mojado, de puso una toalla alrededor del cuello y tomo una pieza de fruta con el tenedor.

—¿Qué lees?

—Un libro.

—¿Enserio?— tomó el libro de mis manos y comenzó a estudiar la portada. —Sabes, amo que te la pases leyendo, me parece muy tierno, pero tienes que divertirte.

—¿Por qué tendría que...

No pude terminar lo que iba a decir ya que me tomo de los muslos y me cargo como si fuera un saco de papas para después aventarme a la piscina. Me sumergí un poco en el agua y cuando recuperé la compostura me pase el cabello hacia atrás y me quite la playera de Dani, se la aventé molesta a la cara y lo único que dijo fue...

—Sonríe linda— después camino hacia dentro de la cabaña mientras secaba su cabello.

—¿Te lastimaste?

—No, estoy bien.

—Es un idiota.

—Oye Hera, ¿te puedo hacer una pregunta?— pronuncio Daniel.

—Supongo.

—¿Por qué tienes tantos moretones?

—Eso no es algo que te importe— contesto Leyla.

—No creas que no he notado que tú también tienes... ¿se meten en peleas callejeras o algo por el estilo?

Sueños profundos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora