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Estaba leyendo los dos capítulos que publiqué y en el 12 me quede súper picada y con ganas de saber que pasaría después hasta que me acorde que lo tenía que escribir yo, en fin, solo quería contarles.

Aaaaaa y también me gustaría saber con quien quisieran que Hera se quedará, o básicamente de que team son, para sentirme más profesional🙊

Y yap eso es todo,
disfruten la lectura🍮🌙


—No puedo creer que te hayas tatuado.— Leyla caminaba inspeccionando cada esquina de mi habitación como si nunca hubiera estado allí.

—Ni siquiera yo me lo creo.

—Bueno, al menos fue un buen tatuaje y te queda fantástico.

—Creo que ni siquiera lo he visto.

—¡¿Cómo que no lo has visto?!

—Llegue a dormir.

—¿Al menos te pusiste las cremas y todo eso?

—Si, seguro.

—¿Irás la escuela?

—Supongo— me puse de pie y levante mi blusa.—¿Como se ve? ¿crees que sea malo que salga?

—Se ve completamente normal, no esta rojo ni con salpullido.

—Bien, me pondré un poco más de ungüento y bajo.

Leyla camino hacia la puerta para salir pero se detuvo observando mi librero, se paró de puntillas y bajo una caja en muy malas condiciones forrada de algunos dibujos que hice cuando tenía doce años, la observé mientras se dirigía a mi cama para tomar asiento y abrirla, de ella saco algunos sobres blancos y varias hojas dobladas incontables veces.

—¿Qué son?

—Cartas.

Durante gran parte de mi vida me dediqué a escribir lo que sentía en cartas, las cuales guarde en sobres y dejé en esa caja, algunas también hablan sobre personas, de hecho, había una para cada uno de conejitos rabiosos, incluso una para Dani.

Plasme sentimientos, pensamientos, inquietudes y todo lo que pasaba por mi mente día a día, lo vi como algo para escapar de la realidad ya que con los dibujos no me alcanzaba para poder expresarme.

Pero pasaba noches en vela encontrando las palabras suficientes para poder decir que me pasaba, que me atormentaba, muchas de esas veces estaba seca, había días en los que solo quería tirarme al piso a llorar aún que no lo hacía simplemente por no saber la razón, también había veces en las que no sentía nada, no había estrés, tristeza, felicidad, miedo, todo estaba en blanco. Me encontraba respirando, existiendo en un mundo enorme, y ese mundo pertenecía a un universo infinito, no era nada.

Podía sentirme de mil formas diferentes, pero casi ninguna era positiva, si no estaba inmensamente triste estaba en blanco, claro que también tenía momentos... felices. Se volvió en una especie de escape que de cierta forma también me destruía. Me destruía porque algo me obligaba a leerlas cientos de veces haciendo que las heridas volvieran a abrirse o peor, se hicieran más grandes.

Carta 1.

Para mamá.

No se ni por donde empezar, realmente no entiendo porque me tratas así siendo tu única hija, sabiendo que eres lo único que me queda, tu rechazo, tu mirada, tus gestos, duelen.

Hace poco caí en cuenta que realmente me odias, todas las esperanzas que tenía por que nuestra relación funcionara con normalidad se fueron por el caño. Trate de entender, de verdad trate, pero no pude, se que ambas sufrimos y lo único que podíamos hacer era apoyarnos la una con la otra ya que papá era indispensable para las dos.

Sueños profundos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora