El sonido del impacto de la bala fue lejano para mis oídos.
Su frente por poco estalla ante mis ojos, capte todo como si el mundo se hubiera detenido por un segundo y luego ejecutó las escenas en cámara lenta.
Su cuerpo inerte se desplomó hacia atrás chocando conmigo. Intente mantenerla en mis brazos pero mis débiles piernas no soportaron y ambas nos desplomamos en el piso.
Intente detener la sangre con mis manos mientras gritaba y las lágrimas bloqueaban mi visión, pero el agujero en su frente desprendía una gran cantidad de sangre al igual que en su abdomen.La mantuve entre mis brazos ignorando los gritos de terror de todos y con una mano tomé su rostro.
Incapaz de controlar mi llanto lo único que pude hacer fue gritar pidiendo ayuda desesperadamente.
Su sangre espesa y cálida corría por mis manos manchando todo mi vestido blanco y formando un gran charco brillante que cada vez se volvía más grande.Incapaz de poder respirar retire algunos mechones que se habían quedado pegados a mi cara por el sudor y la sangre. La dejé en el piso y me puse de rodillas a su lado; con las manos temblando y y mis ojos inundados en lágrimas le tomé los signos vitales.
Pero ya era demasiado tarde.
Su corazón dejó de latir.
La tomé de los hombros y coloqué su cabeza en mi pecho. Incapaz de poder ver algo además de ella o de hablar, permanecí allí y el tiempo dejó de correr. El sonido cesó, todo el lugar se volvió más iluminado y luego oscureció por completo.
La abracé con fuerza y un grito lleno de agonía y tristeza resonó desde lo más profundo de mi ser.
El escándalo volvió y contemplé como Daniel se derrumbaba junto a nosotras y sus ojos poco a poco se volvían cristalinos hasta explotar en lamentos ahogados.
Mis brazos comenzaron a perder fuerza y Daniel atrajo hacia él el cuerpo sin vida de Leyla. Enterró su cabeza en su cuello y comenzó a llorar con fuerza y decir algunas palabras que no fui capaz de escuchar.
Sentí que todo me daba vueltas, las ganas de vomitar y llorar hasta quedarme seca se apoderaron de mi. Me senté y coloqué mis piernas cerca de mi pecho, recargue mis codos en mis rodillas y me tomé a mi misma del cabello; mi mirada se quedó clavada en la nada. Con el corazón hecho trizas abrace con fuerza mis piernas he imite a Daniel.
Ese instante me pareció eterno, una eternidad destructiva que me desmembraba poco poco hasta dejarme con la mente en blanco.Entre la multitud de personas corriendo de un lado a otro alcance a ver como Liam y Oliver entraban al salón con una expresión genuina de pánico. Al estar tan concentrada en que mi mejor amiga, la que me había besado hace unos minutos atrás, había muerto, no había comprendido la situación con exactitud. Las personas corrían si, pero no sabía el por qué hasta que unas horrendas figuras se hicieron visibles.
Y para mi desgracia, las reconocí de inmediato.
Las sombras de los niños que habíamos visto en el bosque cuando consumimos la droga de Albert, divagaban libremente de manera extraña y al mismo tiempo terrorífica. Los hombres que Daimon había enloquecido hace cientos de años atacaron a una chica y arrancaron sus extremidades como si se tratara de una simple tela; el caos no era simplemente por un arma, era mucho más que eso.
Uno de los ancianos corrió hacia nuestra dirección y automáticamente recobré el sentido.
—¡Daniel!— exclamé con fuerza zafando a mis piernas de mis brazos.
Un tercer impacto resonó. Pero ahora Oliver había sido el que lo provocó.
Atravesó la garganta del anciano y provocó que esta explotara con un solo disparo.
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Sueños profundos
Mystery / ThrillerDespués de la muerte del padre de Hera ella empieza a desarrollar sueños extraños que siempre giran en un mismo entorno. Apunto de caer en la locura decide investigar que es lo qué pasa en su cabeza y el origen de dichos sueños. ¿Qué pasa si no es...