Sueños profundos

18

Salí corriendo de allí y Liam me siguió.

El hecho de que Oliver tuviera tantas bibliotecas ahora tenía sentido. Su casa no estaba tan lejos, corrimos aceleradamente mientras la noche se volvía aún más oscura.

Al llegar golpee la puerta repetidas veces, Liam respiraba pesado detrás de mi sacudiendo su cabello mojado. Oliver abrió la puerta con la pijama puesta y una botella de alcohol en la mano.

—¿Qué mierda les paso?

—Necesito que me ayudes en algo— hablé rápidamente.

—¿Estas bien?, ¿te ocurrió algo?

—Está bien, se encontraba conmigo— contestó Liam.

—Eso no es reconfortante.

Pasamos a su casa y deje mi abrigo en el perchero de la entrada. Oliver nos indicó que no hiciéramos ruido ya que Leyla se encontraba dormida porque había llegado exhausta de las compras. Todo lo que ocurrió ese día había pasado tan rápido que olvide por completo lo que hicimos por la mañana. Era realmente increíble como las cosas podían cambiar de un segundo a otro.

—Seré breve, Oliver... ocurre algo malo y al parecer eres el único que podría tener alguna respuesta.

—¿Respuesta de qué?— tomo asiento en el sofá y prendió el televisor para después indicarme que también tomará asiento.

—No hay tiempo, necesito saber por que tu familia tiene los libros faltantes en las bibliotecas de todo Shielside.

—Sinceramente no lo sé, mira Hera, esta casa está desde hace cientos de años— miro al rededor con tranquilidad.—Los libros ya estaban aquí desde que yo nací.

—¿Tu padre nunca te contó el por qué?— preguntó Liam recargado en la pared de atrás.

—No, además de que no me importa mucho la razón. Solo e leído algunos, y no es nada interesante.

Ambos lo miramos, Liam reflejaba furia y yo confusión. Estaba segura que aquellos libros podían contener algo importante, tal vez un poco más acerca del eclipse o de aquel bosque, algo que pudiera ayudarme.

Oliver soltó un suspiro largo y pesado, tomo un trago de su botella y me miro a los ojos con algo de tristeza.

—Bueno... mi padre hace tiempo me dijo que nadie podía entrar allí porque tenía información importante sobre Shielside que solo era conocida por nuestra familia, ni el estúpido del alcalde lo sabe, lo que te enseñe en la cabaña Hera solo es la tercera biblioteca... vamos— se levantó del sofá y comenzó a caminar hacia el segundo pasillo.

De un momento a otro la casa de Oliver me parecía algo tétrica y con una vibra extraña. Probablemente solo era mi cabeza que todavía estaba algo afectada por todo lo que había pasado durante el día, eso quería pensar.

Pasamos a la biblioteca donde hablé con Liam después de tanto tiempo. Encendimos la bombilla aunque solo emitía una luz realmente débil, Oliver atravesó algunas repisas de libros y se detuvo frente a la pared que estaba al final de la habitación, la observo por un momento y presiono una de las maderas de la pared, está hizo un sonido extraño y se fue hundiendo, segundos después las maderas se recorrieron automáticamente mientras crujían y dejó a la vista otra pequeña habitación completamente oscura.

—Muévanse.

Camine hasta allí y me detuve a su lado sintiendo pequeños escalofríos en mi espalda y una sensación insoportable en el estómago. Ambos entramos despacio y Oliver encendió otra bombilla, Liam entro después de nosotros observando todo detenidamente.