Christopher
Camino a mi despacho esperando no tener que hablar con nadie en el camino. Tengo la primera misión mañana y la cabeza me va a explotar. La cantidad de papeleo por el traslado me tiene hastiado, a pesar de que ya han pasado días siguen jodiendo con papeles. Paso lo más que puedo a Erick para ver si logro tener mínimo 2 horas libres al día.
–¡General!– Dicen a mis espaldas y me volteo
–Capitán James
–¿Puedo hacerle una pregunta?
–Adelante
–¿Por qué los únicos entrenamientos supervisados individuales son con la teniente Williams?
–Eso no es de su incumbencia, si es así es porque así lo decidí y punto.–Me doy vuelta para seguir con mi camino.
–Lo sé señor, pero...–Vuelvo mirarlo de frente
–Capitán James, no soy ignorante a su relación sentimental con la Teniente Samantha Williams, no han cometido infracciones y han seguido el reglamento, aún así todo el comando lo sabe y no soy la excepción. Lo que usted está preguntando está fuera de lugar, pueden tener una relación entre ustedes que eso no me incumbe, pero dicha relación no puede interferir en su trabajo y si le dije que mi decisión es tener entrenamientos individuales con la teniente Williams usted no tiene porqué preguntar u objetar mis decisiones, ¿claro?
–Sí señor
–Bien, a trabajar.– Asiente y se va
Por cosas como estas me quería mantener alejado, al margen. Nunca me han gustado las complicaciones, tener que esconderse y no hacer lo que me da la gana sin repercusiones. Ahora vengo y me meto es esta estupidez no se que estoy haciendo. Aunque no niego que el estarse escondiendo y la incógnita de qué nos encuentren o no le de un poco más de "peligro" a acostarme con ella y eso me incentiva. Sigo con mi camino, tengo demasiadas cosas que hacer y pensar en tantas estupideces no me ayuda en lo más mínimo.
–Kimberly, que nadie me moleste a menos de que sea urgente– Le digo a mi secretaria antes de entrar a mi oficina.
Entro a mi oficina, me siento en la silla y prendo mi portatil. Envío y reviso miles de correos. Leo cada uno de los informes sobre los operativos que se van a empezar esta semana para firmarlos y dar el último visto bueno, ya que me obligaron a revisarlos de nuevo. Sigo firmando documentos y de pronto.
–Christopher!!
–Señorita el General no pue...
–¡Silencio!– Grita Sara
–¿Qué mierda está pasando? ¡Así no se entra a mi oficina teniente!
–El embarque de coca que íbamos a desmantelar mañana llega en 2 horas al puerto de embarque que teníamos visto pero llega hoy.
¡Me lleva el demonio!
–Quiero a Lightwood, White, James y Williams en el cuarto de armamento en 10 minutos. Sara, avisales y ve tú también. ¡YA!
Salgo de mi oficina y bajo trotando las escaleras hasta llegar a la sala donde está el armamento que necesito que cada uno lleve a esta misión. Nos íbamos a infiltrar mañana como trabajadores del puerto de embarque y así detener la entrega de coca y capturar a uno de los principales ayudantes del narcotraficante principal pero esta semana nada está saliendo como lo que tenía planeado.
Cuando llego, preparo las armas de Erick, Samantha y las mías. No se cuales son exactamente las que usan los demás y si no usan las que necesitan se va a empeorar el proceso de ataque. Ya que como llegaron hoy todo se adelanta y la única opción que tenemos en tan poco tiempo es atacar.
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Pasión por hoy
Teen FictionSamantha Williams una chica de 21 años cree que su vida es perfecta y que nada podría arruinarla, pero no tiene ni idea de lo que está por llegar. Christopher Adams entra a su vida sin previo aviso, de la forma más inesperada y de un momento al otro...