Capítulo 18

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Samantha

No me bastó con lastimar a mis amigos con la estupidez que hice si no que tambien jodí a Christopher. Soy una completa mierda, el peor ser que pudo pisar esta tierra. Él no se merece esto, no se merece tener que soportar lo que soy luego de haber perdido una de las posibles personas más importantes para él.

Está conmigo en el suelo de la celda en la que me jodieron días atrás, rodeándome con sus brazos y cuidando no lastimarme. No ha dicho nada desde que le dije lo del bebé pero es claro que fue un puñal en el tórax. Su respiración le pesa y está sumamente tenso.

No puede hablar, tal vez no quiere verme ni dirigirme la palabra y lo entiendo, soy la asesina de su hijo. Por mi culpa ese bebé ya no existe. Sus últimas dos palabras se repiten en mi cabeza y la nariz me arde.

"Mi hijo"

Su hijo, era su hijo y yo lo maté. Siento como Christopher levante el mentón que tenía apoyado sobre mi cabeza y voltea su cabeza a un lado mirando hacia arriba.

–Christopher...– intento hablar con él

–No Sam, ahora no– dice y se le quiebra la voz.

No se aleja, me mantiene entre sus brazos pero sé que no soporta ni siquiera la idea de verme ya que no puede ni hablarme. Las lágrimas no han dejado de caer por mi rostro y tampoco hago nada para detenerlas.

De un momento al otro se escucha algo dentro de la celda y veo a Carter entrar. Su mirada se va en mi viendo lo que quedó de quien era su hermana tirado en el suelo de la celda. Intenta no quebrarse pero su nariz enrojecida y las lágrimas que se asoman de sus ojos muestran lo que está sintiendo.

–Pequeña...– dice sin poder terminar la oración

Me alejo de los brazos de Christopher y camino lentamente hacia Carter. El hombre frente a mí solamente abre sus brazos y me recibe con un abrazo que me devuelve la vida.

Carter me sostiene y me percato de que Christopher se levantó del suelo y hace el ademán de salir de la celda y lo llamo.

–Christopher– digo con esperanza de que voltee y se quede conmigo.

–No, ahora no Sam.– dicho eso sale de la habitación firme, pero se muy bien que algo dentro de él se quebró.

–Está molesto con el mismo, tranquila muñeca– dice acariciando mi cabeza

–No Carter, no es eso– digo y la voz se me apaga.

Carter me envuelve entre sus brazos he intenta cubrirme con su chaqueta. La pone alrededor de mis hombros y me abraza fuerte con cuidado.

–Vamos, tenemos que salir de aquí

–No quiero que nadie me vea así Carter, por favor.

–Tranquila, yo me encargo.

Carter me toma entre sus brazos y me saca de la celda. Me cubre al salir al pasillo ya que hay varios soldados intentando sacar a las mujeres de las celdas que están a ambos lados del pasillo.

Carter aumenta el ritmo de sus pasos y me saca del sótano. No hay rastros de los hombres de Walker. Salimos del edificio en el que estaba el sótano y Carter me sube a una camioneta.

Cuando entro, intento cubrirme con la chaqueta que me dió Carter y entonces me percato de que Erick está en el asiento de copiloto.

–Ya estás a salvo Sam.– dice Erick sin voltear a verme, por educación

–¿En dónde está Christopher?– pregunto y él se voltea.

–¿No venía con ustedes?– inquiere preocupado

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