El tiempo pasa y no tengo noticias de lo que pasa dentro de ese quirófano. La paciencia se me acaba y le pregunto a cuanta enfermera pasa que me de información pero no sabe nada.
Tres horas y media entra Liam por la puerta de la sala en la que estamos y llama a los familiares de Samantha. Se levantan el general Williams, Isabella y Carter, me uno a estas personas y Liam nos da el informe.
–No fue fácil– dice con una carpeta entre las manos– Los golpes que recibió afectaron sus costillas y un pulmón. A eso le sumamos un golpe a su organismo que parece ser provocado por un golpe también.– dice mirándome y se a lo que se refiere.
–¿Ya salió de operación?– inquiero
–Sí, está siendo llevada a una habitación de post-operatorio.
–Quiero que la pongan en la mejor habitación que tengan.– indico
–Sí general.– dice Liam y se va
Me aparto del grupo de personas y me voy al escritorio de la secretaria que hay en la sala. Necesito que me den la lista de cosas que debo comprar para cuando Samantha pueda salir.
La castaña busca lo que le pido y manda a imprimir la lista de las indicaciones que dejó Liam. Cuando me la entrega llamo a Kimberly para que me consiga todo lo necesario y lo envíe al apartamento.
Luego de las llamas que tenía que hacer me vuelvo a acercar a la secretaria y le pregunto si puedo entrar a ver a Samantha, ya pasaron como 30 minutos desde que vino Liam y no tengo noticias.
–Familiares de la teniente Williams– dice Liams en la entrada de la sala.
–¿Ya ponemos verla?– inquiero
–Sí, pero solo uno a la vez.
–Gracias Liam
–No hay de que Christopher.
Nos movemos todos al mismo tiempo para poder ir a verla pero hay que seguir las indicaciones del médico y solo uno puede entrar. Le doy el paso a Mason por que quiera o no tiene derecho a verla y yo estuve con ella antes de que entrara a quirófano.
Los minutos se me hacen eternos esperando a que el padre de Samantha salga de la habitación. Camino por la sala, me siento, bebo agua, hablo con Erick y termino hastiado de todo en un rincon. 5minutos despues llega Mason.
–General Adams– dice firme– ya puede ir a verla.
Dicho eso me encamino a la habitación que pedí para ella. De todas las que están en el pasillo la suya es más grande y con más luz o así se mira desde afuera.
Cuando entro, la habitación es espaciosa y cómoda. Tiene dos sofás pequeños, la cama en la que está Samantha arrecostada, el equipo médico y los ventanales. Samantha está en la cama y parece estar dormida. Miro sus brazos y su rostro llenos de golpes y quemaduras, me parte verla así. Sin fuerzas, sin la luz de vida en sus ojos, me duele y sé que quien hizo esto lo debe pagar en los infiernos.
Me acerco a ella, despacio y con cuidado de no hacer ningún ruido que la altere. Cuando llego a su lado tomo su mano y le siento junto a ella en la cama. Las palabras sobran, el maldito vacío en mi pecho me golpea.
Muevo mi mano y la coloco sobre su vientre, el golpe que arrasa con mi pecho y el nudo que se crea en mi garganta son casi insoportables. Trago grueso cuando siento las dos gotas saladas caen rodeando mis mejillas.
–Lo siento hermosa– susurro a la mujer que tengo en frente.
Samantha no se mueve, está tranquila. Reviso sus brazos intentando no despertarla. Me quedo unos segundos observandola hasta que se comienza a mover. Cuando abre los ojos me mira directamente y se aparta. Sus reacciones me desconsiertan y me muevo de la cama poniendome en pie.
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Pasión por hoy
Teen FictionSamantha Williams una chica de 21 años cree que su vida es perfecta y que nada podría arruinarla, pero no tiene ni idea de lo que está por llegar. Christopher Adams entra a su vida sin previo aviso, de la forma más inesperada y de un momento al otro...