Epílogo

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Samantha.

*Cuatro meses después*

Christopher está junto con Erick en la parrilla preparando la carne asada de celebración. Habíamos apostado desde hace meses cuánto duraría Erick en pedirle a Cam que fuera su novia y perdí la apuesta, pero me alegro que por fin estén juntos. Camille se acerca a mí por un lado sonriendo.

–Hasta que al fin se decidió.– digo molestando.

–Ya déjalo, tenía un poco de miedo al rechazo pero la propuesta fue la mejor.

–Hacen una muy linda pareja, me alegra que puedan estar juntos.

–Sí, gracias Sam.

–No hay de qué.

Nos quedamos en silencio en las sillas en la piscina de la casa de Erick. Ambas nos acostamos a tomar el sol en lo que Erick y Christopher terminan con la comida. Tengo cierta curiosidad con respecto a lo que pensaran todos cuando diga lo que está pasando, tarde o temprano voy a tener que decírselo mínimo a Christopher y a pesar de todo tengo miedo a su reacción.

Dejo esos pensamientos de lado y me concentro en los hombres que tengo en frente. Christopher se voltea y me mira, una sonrisa aparece en su rostro en el momento que sus ojos se unen con los míos.

La relación definitivamente está en su mejor punto. Volvimos a dormir juntos y él está mucho mejor con eso. Ya no se muestra tan tenso y no está a la defensiva como solía estarlo antes.

Pasó dos meses sumamente preocupado por algo que nunca me dijo pero ya se estabilizó. No hay día que no me levante con un beso y un "buenos días", y no hay noche que no me acueste entre sus brazos susurrando una que otra cosa al oído.

Ya me estabilicé completamente en lo que a lo físico respecta lo que quiere decir que por fin pude darle lo que tanto necesitaba. Es muy posible que por eso mismo esté más tranquilo, más en paz y eso me tranquiliza a mi también.

Me levanto de la silla y me voy a servir una piña colada. Hago otra para Camille y se la llevo a la silla. Nos quedamos viendo un rato más a los hombres frente a nosotras hasta que escuchamos los gritos de alegría de un niño.

–¡¡¡Tía Sam, Tía Cam!!!– grita Jackson llegando a la zona de la piscina.

–¡Jackson!– decimos las dos al tiempo.

El pequeño se acerca a nosotras y nos abraza a cada una. Cuando se acerca a mi le doy un beso en la cabeza. Se sienta junto a nosotras y se queda mirando a Camille.

–Tía Cam.

–Dime pequeño.

–¿Es verdad que por fin estás con tío Erick de verdad?– inquiere el pequeño y le doy un pequeño empujón de lado.

–Sí Jackson. Ya estoy con tu tío.

–Al fin, duraron mucho. Aunque para ser sincero era obvio que iban a terminar estando juntos– dice y me da gracia su sinceridad.

–¿Ah así? ¿Por qué?– inquiere Camille sonriendo.

–Sí, porque la forma en la que ustedes se miran nos es la forma en la que se ven los amigos. Además, los amigos no se besan tía. Ustedes deberían ser menos obvios si no querían que todos nos dieramos cuenta de que están enamorados.

–¿Enamorados?– inquiero riendo.

–Sí tía Sam. Enamorados, cómo tú y tío Chris.

–Entiendo. ¿Y tú te vas a enamorar algún día?

Pasión por hoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora