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En la mañana el despertador de Calum hizo que brincara sobre mi cama individual. Y no recordé que Amy estaba durmiendo sobre mí hasta que escuché su pequeño cuerpo caer sobre la alfombra.

-Mierda-musité medio dormido-Amy...-Los créditos de Oliver y su pandilla seguían reproduciéndose en la pantalla al ritmo de un viejo blues. Amy y yo debimos quedarnos dormidos después de verla siete veces.

-Luke eres muy lindo pero un idiota-Dijo ella con la boca en el suelo.

-Lo lamento-me disculpé aun sin salir de la cama.

-Calla, no lo haces mejor. Me duele la cabeza-Refunfuñó y volteé a ver la botella de tequila vacía en el suelo junto a ella. Tenía el cabello en una coleta alta y los pantalones de pijama arremangados hasta las rodillas.

Recordé los buenos besos con sabor a cereza y tequila. Y sus manitas pequeñas recorriendo mi trozo. Mierda, había sido un buen domingo.

-Lárgate cuñada pecosa, vendrán a regañarnos, ¿quieres regresar a casa?-Le dijo Calum saliendo del baño con el cabello mojado. Los resaltes rubios de su cabello se mezclaban con la parte castaña porque claramente no se había cepillado el cabello.

-Yo también te quiero-Amy se levantó corriendo y afortunadamente logró salir antes de que la almohada que Calum le lanzó la golpeara. Yo vi el almohadón resbalar por la puerta de madera y no pude evitar reír.

-¡Oye!-Y me lanzó la toalla-No te rías con tu noviecita-Me advirtió.

-No es mi novia.

-Aún.

-Aún.

Y sonreímos cómplices.

(...)

Michael no estuvo con nosotros en la mañana y llegó hasta la tercer hora que era Historia Universal con el Profesor Jenks. Irrumpió en su clase lo que hizo al hombre enfurecer.

-¡Señor Clifford!-Su barba negra y prominente se movió con sus palabras-¿Qué le hizo pensar que tiene el derecho de llegar a interrumpir mi clase?

-Uh...-Dijo él con los ojos bastante rojos. Ni siquiera durmió en la habitación por lo que Calum y yo supusimos que había salido a una fiesta o algo. Ahora confirmábamos nuestra teoría, se había drogado toda la noche-Yo...Uh...me quedé dormido y no vi la hora. ¿Puedo pasar?

-¡Pero si ya está adentro!

-¿Entonces me salgo?-Preguntó Michael tomando el borde de sus ojos con los dedos.

-¡Ah!-Suspiró el señor-Siéntese Clifford por favor.

El profesor siguió con su aburrida charla sobre cómo los Alemanes lograron salir adelante con su economía, lo que a nadie le interesaba en absoluto. Algunos dibujaban, otros intentaban no dormirse. Había unas chicas que lograban escabullir libros bajo sus bancas y otros que tenían los audífonos escondidos entre los gorros y el cabello. No era que la clase me interesara pero si yo fuera el señor Jenks me sentiría mal porque me pasé unos seis años perfeccionando mi carrera, otros dos intentando encontrar este puesto y cada mañana durante unos diez años-que deben ser los que lleva trabajando aquí-levanto mi trasero de la cama para venir a enseñar durante ocho horas a un grupo de estudiantes que sólo buscan demostrar que siempre hay algo mejor que su clase. Si yo fuera él, estaría en depresión o algo. Por eso no seré profesor y por eso hago lo mejor para que personas como el profesor Jenks, que decidieron arruinar su vida con una carrera como esta, obtengan el respeto que merecen de por lo menos un estudiante.

No sé de donde vino todo esto pero ahora estoy viendo a Michael escondido en un asiento del fondo con los audífonos enredados en el cabello ahora rubio natural. Debía admitirlo, ahora que sabía lo roto que estaba no podía evitar verlo diferente. Era divertido tomar y drogarse con amigos o con tu chica o con tu hermano o con tu chico; pero hacerlo solo, era otra cosa. Para mí significaba que no lo haces por pasar un buen rato y reír sino por asfixiar tus penas y llorar hasta quedarte dormido y fumar hasta que haya tanto humo que no puedas ver tus propios errores y tomar hasta que no recuerdes el nombre que tus malditos padres te pusieron. Para mí, si tomas solo lo haces porque te sientes solo. Y en este momento cuando miraba a Michael marcar el ritmo de una canción con sus dedos cortos sin enfocar en algún sitio sus ojos rojos, lo único que sabía era que yo necesitaba hacerle saber que no estaba sólo. Me tenía a mí, tenía a Amy, tenía a Ally, tenía a Calum y, en algún lado, tenía a Dallas.

La clase terminó y todos salieron rápidamente sin escuchar las últimas palabras del señor Jenks. Ni siquiera yo lo hice porque Michael iba por delante de mí y ahora mismo no podía dejarlo ir.

Y ya sé que mis padres me matarían-si es que todavía se acordaban de mí-por lo que haría ahora. Porque si ya les había dado una razón para estar molestos conmigo ahora les daría tres más:

1)Por no asistir a las clases de mi nueva y cara escuela.

2)Por no asistir a las clases de mi nueva y cara escuela para escapar con un chico.

Y

3)Por no asistir a las clases de mi nueva y cara escuela para escapar con un chico a drogarnos y tomar en el bosque.

Entonces cuando divisé su suéter desgastado con olor a vómito me apresuré hasta llegar a su lado y entrelacé nuestros dedos de las manos libres de libros a la vez que gritaba:

"Corre, corre, corre".

Y no me importó nada. Ni que yo negara mi enamoramiento por Michael. Ni que nos estuvieran gritando groserías por empujar personas. Ni que a medio camino mis libros se me hayan caído y los de Michael también. Ni que los rectores intentaran detenernos. Ni que casi me diera un ataque de asma. Ni que Michael apestara a vómito de vodka. Ni que yo no fuera gay y Michael sí. Ni que Amy me haya dicho que tuviera cuidado. Ni que las aves no cantaran. Ni que hiciera frío afuera. Ni que me tropezara más de diez veces.

Porque éramos Michael y yo. Porque Michael no estaba sólo.

Y se lo iba a demostrar.

I'm not gay::muke {editando}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora