La Joya Holmes

Caso 13: Un caso centenario (III)

En la noche

Sapphire está en el cuarto de su hermano jugando con un juego de mesa.

–Así que la secta Luck Cat...puede que hayan vuelto a aparecer debido a los casos de asesinato que ha habido en estos pocos días–indica Sapphire mientras tira los dados.

–Sí, pero la ciudad cambió totalmente a como era a finales del siglo XIX. No sé donde estará ahora mismo el lugar de reunión–indica Mercury moviendo su muñeco por el tablero.

–En el museo de la tortura. Allí seguramente se lleva acabo la mayoría de los asesinatos, las máquinas estaban demasiado bien cuidadas–dice Sapphire con una sonrisa.

–Lo increíble es la casualidad que descubrieras donde tiraban los cuerpos durante tantos siglos. Ni siquiera nuestro antepasado pudo–con una pequeña sonrisa mueve la pieza.

–La casualidad y el cambio del terreno. Eso antes era tierra pero debido a la deforestación durante la revolución industrial, las lluvias torrenciales que suelen caer por esta zona, provocó que se convirtiera en una ciénaga. Además ya escuchaste al abuelo, para ellos el bosque siempre estuvo maldito por lo tanto la gente no se acercaba–Sapphire cuenta y llega a la meta.

Cuando ya es algo tarde Sapphire vuelva a su cuarto tranquilamente y entra apagando las luces. La puerta de la ventana se abre y un par de sombras entran por la ventana.

Sapphire sonríe y cuando van a la cama notan que no hay nadie.

–Las brujitas cayeron en la trampa, como dijiste tío Sherlock–sonríe Sapphire y enciende la luz dando la señal.

–Nos han descubierto–maldice y en la ventana aparece un helicóptero con varios policías y las detienen.

–Esto no ha terminado, sino les damos las pruebas seguramente sean liberadas–Mycroft indica con seriedad.

–De eso se encargará el tío Sherlock–dice Sapphire mientras nota como su padre se queda a su lado.

–Ahora ve a descansar, esto no te incluye más. A partir de ahora todo va a ser muy movidito–le indica Mycroft y mira como su hija va a negar pero aparece Mercury.

–Sapp, ven. Esto te va a gustar. Deja que padre y el tío Sherlock se encarguen–le dice Mercury y la joven mira a su hermano. Se levanta y mira a su padre algo molesta y se marcha.

Mercury la lleva al lugar que descubrió y la pequeña empieza a tener curiosidad –Uhh, esto es el secreto de la mansión.

–Sí, aquí se encuentran varios casos que resolvió nuestro antepasado y que nunca se escribió sobre ellos. Es decir, es una hemeroteca enorme de información–le indica su hermano y la joven suspira.

–Está bien, leeré estos archivos pero no me gusta que papá me dejara atrás ¡Soy la aprendiz de Sherlock Holmes! ¡Seré la futura detective asesora cuando el tío Sherlock se retire!–dice mientras cierra los puños.

–Tienes 16 años, por ende eres menor de edad y estás bajo cuidado de nuestro padre–responde Mercury sentado mientras lee algunos documentos.

Un par de días después

Sapphire está tomando una taza de chocolate caliente que le preparó su abuela cuando observa a su tío dar vueltas, muy molesto.

–Los policías son unos inútiles. Dejaron libre a las brujas–se queja.