Caso 11: Un recuerdo de crucero

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En el salón del piso de Sherlock.

–Sapp, ¿Te acuerdas?–pregunta su tío mientras agarra un marco de foto.

–Ya sabes que perdí muchos recuerdos anteriores a los 7 años. Es una pregunta estúpida–le contesta sin levantar la mirada del móvil ya que está muy concentrada.

Sherlock deja la foto y se sienta en el sofá. Cierra los ojos.

Un recuerdo de crucero

11 años en el pasado

Mycroft está junto a sus dos hijos de 5 años en el puerto esperando para subir a un enorme crucero lujoso.

–Papá, ¡Quiero subir ya!–grita una pequeña niña rubia, muy emocionada.

–Sapphire, compórtate. Tenemos que esperar a nuestro turno–Mycroft nota que no puede controlar a su enérgica y curiosa hija.

–Papá–Mer, el niño de pelo negro y ojos grises quién es mucho más tranquilo y frío como su padre. Señala como Sapphire corre lejos.

Mycroft suspira y mira a su hijo mayor –Quédate aquí– tras dejar la maleta va tras Sapphire. Mientras Mer intenta tomar la maleta pero pesa mucho y murmura maldiciones. Al rato llega su padre con su hermana en brazos quién ríe.

–Sigamos. Mer saca los billetes de mi bolsillo–le pide y el pequeño los toma y los entrega a los marineros que les dejan subir.

–Quiero bajar para investigar–pide la pequeña Sapphire en brazos de su padre.

–No, primero vamos a ir a nuestro camarote y cuando os aprendáis el camino y el crucero zarpe te dejo libre–Mycroft no la suelta y la pequeña empieza a balancearse para que su padre le suelte.

–Tuviste que salir como tu madre en energía y curiosidad–se queja y llegan a un camarote suite gigante con dos cuartos, dos baños y un gran salón.

–¡Es gigante!–Sapphire al fin pisa el suelo y corretea a investigar el camarote. Mycroft aprovecha y cierra. Mientras Mercury va al cuarto que le toca y que seguramente no la usen porque irán a dormir con su padre, conociendo a su hermana.

Al rato Mycroft se sienta en el sofá y observa a sus dos hijos investigando la suite con mucho interés mientras los vigila para que no les pase nada. Cuando el barco se mueve Mycroft deja que salgan. Pero solo Sapphire se marcha velozmente a investigar.

–Papá, estoy cansado. Voy a dormir, esta noche Sapp estuvo muy emocionada y no me dejó dormir–Mercury se va al cuarto a dormir un rato.

–Espero que Sapphire no de problemas–indica y saca su portátil para adelantar un poco su trabajo.

La pequeña Holmes pasea por el crucero llegando a un gran hall donde hay dos enormes escalinatas a ambos lados que bajan al piso inferior y en el centro una enorme estatua de una mujer tirando agua desde un vasija. La pequeña baja los escalones y se pone a correr por el piso de abajo y llega a una enorme zona en la cubierta con piscinas, bar, sillas, mesas y tumbonas.

–¿Sapp?–escucha una voz que conoce muy bien.

–¡Tío Sherlock!–grita y se gira, corre hacia él y lo abraza–¿También viniste a la exposición?

La Joya HolmesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora