Caso 3: La obra del tren (I)

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Sapphire está tumbada en el sofá del salón del piso que comparte con Josh. Está leyendo twitter y molestando a los usuarios que siempre están criticando todo lo que ve para estudiar su comportamiento, a la vez que consigue sus perfiles reales y toda la información sobre ellos. Si encuentra alguno que tiene algún aspecto de posible asesino lo envía a su hermano para que lo tenga en la lista de posibles delincuentes.

–Oye, Josh ¿Qué estás haciendo? Tecleas mucho en tu portátil–se levanta y deja el móvil en el sofá para acercarse.

–El Dr. Watson, me dijo, que una buena forma de poder sanar las heridas psicológicas debido a la muerte de mi familia, sería escribir un diario. Me dejó la contraseña y usuario de su blog que lleva abandonado dos años. Me he puesto a escribir nuestros dos casos anteriores y publicarlos, parece que al público le gusta y en los comentarios ponen que están deseando leer más casos del dúo de la nueva generación. Aunque hay otros que se quejan de que no haya más Sherlock.

–Genial ¿Quieres que llame a mi amigo Ralph para que cree bots y así el blog llegue a más gente?–pregunta con buenas intenciones.

–No...dejemos que crezca a su manera, si no aumenta los lectores significa que no valgo para escritor–responde y al terminar de escribir el caso de La casa de las muñecas, cierra el portátil.

Suena el timbre de la puerta de abajo y unos pasos que suben las escaleras.

–Ralph, Emily–saluda a sus dos amigos, uno que trabaja para el gobierno como hacker informático y encargado de la ciberseguridad y su buena amiga que es periodista afiliada a los Holmes.

–Menos mal que estás en casa–suspira Emily.

–¿Sucede algo?–pregunta Sapphire.

–Antes presentanos a tu amigo, soy Ralph–extiende su mano y Josh se la da.

–Josh Waterson compañero de piso y ayudante de Sapphire–se presenta.

–Te has sacado la lotería, vaya hombre que tienes en casa. Normal, con la cualidad de hombres que hay alrededor de tu vida, al fin tienes algo fresco–le da codazos Emily y Sapphire ríe.

–Bueno, parece que tenéis prisa ¿Ha sucedido algo grave?–pregunta Sapphire.

–¡Sí! Nos vamos a las Bahamas de vacaciones pasado mañana...Pero mi cariñin había conseguido dos tickets para el Tren intercontinental que va desde Londres hasta Elgin en Escocia. En un tren antiguo y que se tarda dos días en llegar ya que funciona con una tipo nuevo de energía renovable–sonríe Emily.

–Por eso queríamos darte estos dos tickets, seguro que haces buen uso y conociendo la suerte del apellido Holmes, puedes tener un caso–responde Ralph.

–Con mucho gusto tomo los dos tickets. Josh se quejaba de que necesitaba algo de descanso. Le ha tocado dos semanas seguidas de guardia, ya sabéis, es un caballero inglés y le cuesta decir que no a las mujeres y por ende se aprovechan de él, pidiendo que haga sus turnos de noche–Sapphire chismorrea con Emily.

–Ya veo, ya veo. Es de ese tipo de persona que cree que las mujeres somos débiles–niega Emily–Baja los puntos de mi escala de chico perfecto del 9 al 7.

–Pero...–Josh se va a quejar y nota como Ralph con una sonrisa le detiene.

–Déjalas, así son las mujeres–tras decir eso, el tacón de su novia sale hacia su cara y este lo esquiva–Perdón cariño, ya sabes que te amo.

–Bueno, tomen los tickets del tren y pasen una buena velada–se despide Emily dejando los dos papeles en la mesa y se marchan.

–Bien, Josh. Aquí está tu merecido descanso ¡Será divertido!–sonríe y camina hacia su cuarto para hacer una pequeña maleta.

La Joya HolmesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora