Capítulo 9

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Cuán distintas son  nuestras vidas cuando sabemos qué es lo verdaderamente importante para nosotros
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— su orden señor — le extiendo el paquete

— deberías considerarlo

Niego — no tengo nada que considerar, le agradecería que tomará su orden y se marchara, estamos por cerrar — giré dispuesta a irme pero él era más insistente

— le doy mi número privado por si cambia de opinión, por favor piénselo — entregándome una tarjeta

Lo mire por unos segundos y luego rodee los ojos, tome con desgana la tarjeta y me gire, lo deje solo en medio del local, él entendería que debía marcharse, yo entre a la cocina y acompañé a las chicas a lavar platos, necesitaba distraerme.

Es de esos hombres que parecen no aceptar un no por respuesta. Aunque su propuesta fue respetuosa, debe entender mi posición, y respetar mi decisión. De haberlo preguntado antes, tal vez habría accedido.

¿Porque yo?

— Layla, ya se fueron todos... Deberías subir y descansar

Yo salte en mi puesto y volteé a mirar a Frank, estaba en el marco de la puerta, yo estaba sola, no se en que momento se fueron las chicas.

— ¿hace cuanto estamos solos?

— las muchachas se fueron hace 10 minutos, se despidieron de ti pero creo que no les contestaste

Asentí — me disculpare con ellas mañana, estaba distraída en algo que no lo note, disculpa

— tranquila, ve sube a descansar, yo me iré a casa, las puertas están cerradas, yo cerraré la del pasillo

— claro, gracias Frank, buenas noches

— buenas noches

Termine de secar los platos y ponerlos en su lugar  verifique que las hornillas estuvieran apagadas y las ventanas cerradas, deje mi mantel en la cocina y salí, apague las luces y subí las escaleras. En casa todo estaba apagado, supuse que mi tía ya estaría dormida pues ya pasaban de las 11, no tenia hambre así que solo tome un vaso de jugo, lo lavé y apague la luz de la cocina, cerré la puerta con llave y camine a mi cuarto.

Lave mi cara y cepille mis dientes, me puse el pijama, antes de acostarme revise mis redes, tenia algunas notificaciones de amigos antiguos, viejos grupos y algunos nuevos, nada importante, verifique mi correo por si tenía algún mensaje del trabajo y estaba vacío, así que dejé el teléfono en la cómoda y me acosté. No tenía sueño pero necesitaba descansar.

Mañana será otro día

***

– Buenos días tía  — entré a la cocina

— Buenos días — mi tía estaba en pijama sentada en la barra comiendo cereal y leyendo en su teléfono — el pan está en la tostadora y el café está listo

Me acerqué y le di un beso en la cabeza — por eso te amo tía — sonriendo

— déjate de cursilerías, es muy temprano para tu buen humor

Yo me reí — se tiene que empezar el día con el pie derecho, en cambio tu pareces salida de una película de terror — señalando su nido de pájaros — entiendo que es sábado y no te arreglas y así... Pero no vendría mal una peinadita...

— peinadita es la que te voy a dar a ti si no te callas, déjame disfrutar de mi desayuno

Tomé  mi plato y me senté en frente de ella — a ver, ¿porque tan gruñona? no puede ser por algo del local, hasta donde se todo está bien — empecé a adivinar — fuera de eso no tienes más vida social... Salvo por... — fingí estar pensando — ya se, ¿algo paso con el  "club de lectura"? — sonreí pero lo oculté dándole una mordida al pan

De Principio A FinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora