De Principio A Fin

Capítulo 49 (Final)

"Los adolescentes de hoy son referidos como la "generación perdida" pero es exagerado decir eso sólo porque los caminos que recorren no pueden ser vistos por ojos de adultos "
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Las personas cometemos muchos errores a lo largo de nuestra vida.

Muchos los aceptamos y otros los ocultamos por vergüenza o miedo de lo que van a pensar o hacer los demás cuando se enteren de lo que hemos hecho.

¿Porque se preocupan tanto?

Es nuestra vida, es nuestro problema si cometemos errores o no, si cagamos nuestro futuro será nuestro maldito problema.

¿Qué tu lo hiciste diferente?

Te felicito, pero yo no soy una copia de ti, y me alegro de eso, porque estoy cometiendo mis propios errores para aprender de ellos y saber que hacer con mi maldita vida de mierda que me están obligando a vivir.

Pregúntame si volveria a nacer...

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🔞 Contenido sexual explícito

1 mes después

No me gustan estos lugares.

Venir aquí me da escalofríos, y el clima no ayuda.

— mami ¿ya casi llegamos? — el pequeño jala mi mano con fastidio

Hemos caminado mucho ya, no sé porque lo pusieron al fondo del lugar.

Sacudo sus rizos — si pequeño, ya casi

Allister ya tiene 4 años, cumplidos hace poco, y lo que más me apena es no poder hacerle una fiesta de cumpleaños por estas fechas.

Lo mejor será a que pasen estos días de luto...

Seguimos caminando por el paseo rocoso, Allister no despega su mano de mi, me dijo el miedo que tenía de entrar al cementerio, pero lo calme prometiendole un helado cuando salgamos.

Mala idea pues ahora hace un clima frío, y así ni loca le doy helado.

Con ese pensamiento justo comienza a llover, tengo que soltar la mano de Allister y darle las flores que tengo en la otra para poder abrir el paraguas.

— ven lindo, no te mojes — subo la capucha de su abrigo

Le dejo que cargue las flores para yo poder tomar su mano, nos mantenemos debajo del paraguas y seguimos caminando.

— mami no me gusta este lugar

— tranquilo pequeño, no tienes que tener miedo — le doy una sonrisa para tranquilizarlo

Casi llegando al final del camino puedo ver el lugar que buscamos, nos acercamos con cuidado por el césped húmedo y nos detenemos frente a la lápida recién puesta.

Muy bien, aquí estamos

Suelto un suspiro, leo el nombre en la lápida y un sentimiento de melancolía me golpea, no derramo ninguna lagrima, pero bajo la cabeza por respeto.